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En Puerto Gaitán, Meta. Trabajadores petroleros exigen respeto a sus derechos

Periódico desdeabajo

Periódico desdeabajoLubricando la vida. Así, con decisión, y con la sabiduría que brinda la acción colectiva, proceden los trabajadores petroleros de Puerto Gaitán – Meta.

La chispa encendió a partir de la protesta de los trabajadores vinculados a la empresa contratista Montajes JM, en reclamo del respeto y mejoramiento de las condiciones de trabajo, lo que propició reuniones con voceros de Ecopetrol y Presidencia de la República. Sin embargo, entre lo prometido y lo hasta ahora aprobado, es decir, entre el “dicho” y el “hecho”, muy poco sucedió. No mucho más que dilaciones.

Dilaciones y esperas que provocan y desesperan. Desde el momento de las tensiones iniciales –inicios de julio- trascurrieron quince días, y el aire llanero sopla un eco que recuerda la posibilidad de que todo quede así, como otra posibilidad trunca, como simple dilación. Pero entre día y día, el aire lleva las demandas de los trabajadores de Montajes JM a los campos de petróleo que atienden miles de obreros de otras empresas. Los ecos también cruzan el llano refrescando la esperanza de indígenas y pobladores en general. El deseo de justicia crece, y con la dilación la tensión gana espacio.

Es así como el jueves 14 de julio los trabajadores deciden bloquear la vía, y para ello se desplazan en la madrugada al kilómetro 30, frente a la estación de Celcolsa en el pozo Jaguar 1.

La presencia de los obreros es respondida de inmediato –esta vez sí- por el Estado: el Escuadron Móvil Antidisturbios (Esmad) hace pronta presencia, al igual que el ejército. Luego de amenazar y corretear por dos kilómetro a quienes protestaban sobre la vía, y de ofrecer por parte del ejército que nada pasaría si paraban, son detenidos 17 obreros, los mismos que poc despues son entregados por el ejército al Esmad.

La noticia de la detención llega sin demora a Puerto Gaitán, donde la solidaridad de los pobladores no se hizo esperar: la protesta de decenas de estos se sitúa sobre el puente que cruza el río Manacacias, donde también llega el Esmad –y a su alrededor varios desconocidos vestidos de civil- que con actitud ya conocida en todo el país, atacan con gases y garrote a los protestantes; el gas se expande por todo el poblado, los negocios, ante el insoportable aire, tienen que cerrar. La protesta y la tensión entre pobladores, trabajadores, y el Esmad, se extiende hasta las 3 de la mañana del día siguiente.

El viernes 15, la luz de día llega con la inconformidad de los habitantes del poblado, que han sufrido en carne propia las irregularidades de los antimotines, que no reparan en su brutalidad impidiendo que se ejerza el derecho a la protesta. Las horas pasan en medio de refriegas e intentos de negociación. La furia ciudadana pone candela a la camioneta de un contratista. Al final de la tarde se acuerda parar la protesta. La alcadía declara el toque de queda.

Con la tensión en ascenso, las llamadas salen de los celulares una y otra vez. En presidencia Angelino Garzón, el vicepresidente, acepta una reunión en Bogotá para el día 18, además de recordarle a las multinacionales que deben respetar los derechos de los trabajadores.

Vuelve la calma. Chibcha. Con la disposición siempre abierta al diálogo, trabajadores y pobladores aguardan, esperan, que se realice la prometida reunión del 18, a la cual asisten el vicepresidente Garzón, Francisco Lloreda –asesor presidencial- y representantes de Cepcolsa, Ecopetrol, comerciantes, ganaderos, indígenas, Asojuntas, Central Unitaria de Trabajaadores (CUT), así como de la Unión Sindical Obrera (USO).

De la reunión sale la decisión de llevar a cabo, el próximo 3 de agosto, una Mesa deTrabajo en Puerto Gaitán, en la cual tendrán espacio abierto el tema salarial, jornada laboral, seguridad social, estabilidad laboral, salubridad en los campamentos, seguridad industrial, las indemnizaciones, el tipo de contratos, el derecho a la libre asociación, pero también los temas concernientes a la municipalidad, tanto en su casco urbano (pavimentación, salud. y otros) como zona rural, es decir, situación de los indígenas. La sesión estará presidida por el vicepresidnete, y contará además con laa presencia de varios ministerios, trabajadores, USO, alcalde local, gobernador del Meta, empresas petroleras, indígenas, pobladores urbanos.

 

La represión provoca alzamiento

Mientras en Bogotá se discutía y se llegaba a un acuerdo, en la zona rural de Puerto Gaitán, más exactamente en campos petroleros a cargo de la multinacional canadiense Pacific Rubiales –pozo Batería 4-, distante 165 kilómetro del casco urbano, el ambiente era totalmente distinto.

En efecto. A la zona –bajo total control del ejército- llega una comisión de la USO, que tras  fuertes tensiones con la multinacional se les permite ingresar a los campos con el propósito de propiciar la afiliación de los trabajadores a la organización sindical, a la par de establecer con toda precisión las condiciones en que estos laboran.

La presencia de los dirigentes de la USO es bien recibida y cientos de trabajadores deciden afiliarse al sindicato. De acuerdo a una fuente de la de la organización sindical, los afiliados en la zona ya asciende a unos 4.000. Montajes JM dice, a manera de provocación, que tiene los nombres de unos cuatrocientos trabajadors de su empresa que se sindicalizaron. El proceso de vinculación gremial se acelera. El domingo 17, cuando se está adelantando un procedimiento totalmente normal, de participación y organización obrera, quienes estaban en tal dinámica son agredidos por la vigilancia privada contratada por la multinacional, llegando hasta el exabrupto de detener a uno de los trabajadores que estaba por afiliarse. El 18, en horas matutinas, llega el Esmad a provocar y atacar a los obreros, lo que dispara su inconformidad. Entre tensiones y grescas pasa el 18. El martes 19 el calor de los enfrentamiento gana varios grados, y la violencia del Esmad da cuenta de un indígena, el cual parece pierde uno de sus ojos.

Bajo este ambiente, con los voceros de la USO en ejercicio de sus funciones, llega a la zona Rodolfo Vecino, presidente del sindicato, acordándose con la multinacional el fin de la protesta. El espiritu que permite tomar esta decisión: garantizar que las reuniones ya acordadas se hagan efectivas, y no darle pretexto a la empresa –violadora de los derechos de los trabajadores- para que alegue irrespeto a ninguno de los puntos ya establecidos.

Así y todo, con acuerdos en marcha, en horas de la madrugada del miércoles 20 de julio, Pacific Rubiales decide obligar a los voceros de la USO a que salgan de la zona. Como complmento, el ejército hace más presencia, la cual se extiende hasta el municipio, donde copa calles y aeropuerto.

Se espera, como paso previo a la reunión del próximo 3 de agosto, que el 22 de julio se reunan Vicepresidencia,  trabajadores y Pacific Rubiales.

Ambiente deliberativo

La población y los trabajadores esperan con ansiedad la citada reunión de agosto. Con discusiones abiertas para todo el que quiera opinar, aceitan su vida. En espera de la reunión, el jueves 21 en Puerto Gaitán tracurre en medio de un amplio debate ciudadano sobre la situación del municipio y del trabajo: salud, pavimento, empleo, desarrollo, en fin, multitud de temas están en la boca de muchos y muchas que saben que ahora es su cuarto de hora para lograr soñadas y pospuestas reivindicaciones, todas ellas derechos constitucionales de papel.

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