Vergüenza
“No voy porque me duele una uña”. “Aunque ando volado de mi trabajo “legislativo” no voy porque no encuentro pasaje”. “Yo tampoco porque de pronto caigo en prevaricato”. Parecían perros sorprendidos robando carne, regañados por el amo. Quedaron como merl – anos al aire los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. No pudieron con el tema de reformar la injusticia. Simón, que está de presidente de algo porque es hijo de otro, y al que hay que “lamberle” (no es el bobito sino el principito) leyó una solemne constancia que las futuras generaciones grabarán en mármol para que la vergüenza perdure. El idioma del Chapulín Colorado. Que si pero no. Que no soy narco ni “para”. La barrera delNuevo Justiniano tampoco pudo detener el flujo. Que el altar de la patria; que mi santa madre que tanbuena era, ahora que me la están recordando: que por fortuna fue en junio y no en mayo, porque soporto más que me mienten el padre. Que fue un despropósito descarado a favor de los que se la gozan, pero que era legal. Señores padres de la patria: no hagan tanto alboroto hipócrita, que este pueblito admirador del éxito mafioso no tiene memoria, y sigue vendiendo barato el voto. Los colombianos no elegimos presidente, sino que nombramos monarca, decía mi hermano Toño, quien también politiqueaba y litigaba. Dos mil quinientos años de formas democráticas diversas bastan y sobran para tener preparadas la triquiñuelas necesarias para cualquier emergencia.
Un tropezón cualquiera da en la vida. Cuidemos la guanábana inmarcesible. Propongo tres años de sesudas sesiones a ver si siquiera cambiamos ese himno poetoide que me obligaban a cantar en la escuela, el sistema abusador de niños: doy un avance de tres mil millones para cubrir los costos iniciales. No puede haber inversión más patriótica: abramos un concurso que valga la pena: nada de dar un cero kilómetros por caer en la nota: más originalidad, oh creativos!. Junio 27 de 2012, celebrable en el futuro como el 7 de agosto, el 20 de julio o el solsticio de invierno con pesebre de congresista: magos hondureños, pastores paraguayos, “héroes” colombianos, subhumanos paramilitares, guerrilleros positivamente falsos, un santo Yo de bulto, con los dos policías mejores del mundo al lado, para representar la economía nacional, y darle un sello típicamente colombiano al pesebre, tan reconocido mundialmente como el sombrero vueltiao, la orquídea Catleya, la palma de cera o los narcos extraditados a Estados Unidos.
Conclusión: las hetairas al poder ya que sus hijos no fueron capaces.
Moneda nueva
Ayer, junio 28 del 2012, mi amigo Víctor Chaparro me hizo conocer la nuevamoneda de cincuenta pesos. Una laminita de aluminio más chiquita que la de un centavo que me daba mi abuelita hace ochenta años, pero más delgadita, y con la que mecatiábamos toda la pandilla en el toldo que sacaba misiá Pobreza a la plaza de Marsella los Sábados. Y el gordote gerente del Banco de la República, el emisor, como cualquier Botero, dijo a barriga llena en TV: “y con esa maniobra nos ganamos quince mil millones de pesos”. Es verdad: envilecer la moneda del pueblo le da ganancias a los dueños del poder. Robarle al pobre siempre ha dado ganancias. Este pueblo, anestesiado por el fútbol, las telenovelitas, el miedo, y la ignorancia, ni fu ni fa.
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