Home » 15 de junio. Más que votos, imágenes y palabras

15 de junio. Más que votos, imágenes y palabras

Mauricio Arango

Mauricio Arango

Bogotá, 15 de junio. Nueva jornada electoral. A cumplir con el sumo de la democracia liberal salieron civiles y religiosas, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, unos/as con buena salud, otros/as con dificultades, las que sumaron, según la Registraduría Nacional un total de 15.794.940 votantes, equivalentes al 47,89 por ciento del total de connacionales en edad de sufragar.

 

En Corferias y en la Plaza de Bolívar todo estuvo dispuesto desde las primeras horas del día. Todo puntual. Mesas, urnas y jurados. Logística, personal e indicaciones precisas para que ningún voto dejara de depositarse por imprecisiones o falta de atención al votante. Sin embargo, el 52,11 por ciento de connacionales no respondieron al llamado, es decir, 20 millones 180 mil 218.

 El ambiente, tanto en uno como en otro escenario, era de tranquilidad. ¿Día de fiesta? ¿Día de mercado? No importa, para quienes levantan el sustento diario vendiendo al paso no importa, todo da igual, lo fundamental es que la gente consuma. 

 Junto a las chazas, parrillas y otras mesas de venta, pasan los sufragantes. Marcan el paso decisivo para “cumplirle a la democracia”. Unos averiguan por su sitio de votación, otros/as ya lo conocen y sin casi colas, pasan con rapidez al cubículo. Allí, a solas, marcan la opción de su preferencia. O simulan hacerlo.

 A la hora del conteo, las verdades salen a luz. La votación creció este domingo con respecto a 20 días atrás –primera vuelta– pero no lo suficiente como para superar a la persistente abstención. En total, 15 millones 175 mil y algo más llegaron a las urnas, el 47,89 por ciento de los connacionales en posibilidad de votar, al resto no pudo convencerlos los ríos de miel y leche ofrecidos por los discursos de siempre, ni el temor a la guerra azuzada por el santismo. Potenciales votantes inamovibles. Tal vez permanecieron en sus hogares disfrutando de la disputa de otros partidos, unos más divertidos, o tal vez estaban por las calles buscando el sustento que ningún político les garantiza. ¿Quién identifica los motivos profundos y reales del recurrente escepticismo nacional? ¿Quién logra colocar en marcha una dinámica que rompa con esa realidad? Otras, votaron, pero en protesta: en blanco, el 4,3% (619.396), anularon el voto: 403.405 y no lo marcaron: 50.152 personas. 

En fin, 8 horas para una elección que marcará la vida de muchos/as durante los próximos cuatro años. 8 horas para que los apellidos Santos y Lleras, los de siempre, los del siglo XIX, XX y XXI, persistan en la palestra nacional como un mal necesario, y donde otros apellidos, menos “ilustres” pero no por ello menos perjudiciales y peligros –Uribe Vélez y Holmes Trujillo– queden purgando, con la resaca, por no engullirse toda la torta del poder político nacional.

 Desde el 20 de julio, unos y otros, representando intereses propios y ajenos, nacionales, regionales, locales, y extranjeros, mineros y especulativos, agrarios y militares, comerciales y de ingeniería, y tal vez un poco más, quedarán enfrentados: unos como la oficialidad y otros como la oposición. Esa es Colombia: dos siglos con la derecha en el gobierno y el poder, ahora adobada por la extrema de su diestra. Cuatro años más de bipartidismo, a la espera del enraizamiento de un poder alterno que remueva por siempre la estructura colonial heredada de las carabelas, impuesta a sombrerazos y más que éstos, con balas y otras técnicas bárbaras que destruyen, atemorizan, dividen, exilian, desaniman, previenen, quiebran.

 

Pese a todo ello, con votos y sin ellos, con marchas y sin ellas, con unidades parciales y mucha dispersión social, con claridades políticas y con desatinos, el escenario nacional gana nuevos ribetes en su horizonte, y llegan tiempos de la esperanza…

Fotografías: Mauricio Arango

Información adicional

Autor/a:
País:
Región:
Fuente:

Leave a Reply

Your email address will not be published.