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Infancia colombiana dislocada

Infancia colombiana dislocada

El panorama de la infancia en Colombia es crítico. Para el 2012 ciento noventa y ocho niños se suicidaron; noventa y siete infantes más en comparación con las cifras del año anterior. El olvido estatal, el padecimiento de un conflicto armado todavía latente y el incumplimiento de políticas públicas que propicien una vida más digna para esta población son algunas de sus causas

En materia de protección de los derechos de niños, jóvenes y adolescentes Colombia cuenta con un marco normativo amplio y acorde a los estándares internacionales. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para garantizar su cumplimiento. Cada cinco años el Estado proporciona el informe del Comité de Derechos del Niño que diagnostica cómo están los niños del país en materia de derechos humanos, paralelo al cual distintas organizaciones nacionales realizan su informe alterno al Comité de Derechos del Niño ONU1. A continuación se retoman algunas de las cifras más significativas recopiladas por los dos informes que van del 2009 al 2013 y que muestran qué tanto se respetan los derechos de los infantes en el país.

 

Niños indígenas son los más afectados

 

Estar en el foco de las confrontaciones armadas lleva a las poblaciones indígenas a sufrir de primera mano las consecuencias del conflicto. El reclutamiento forzado, los altos índices de pobreza y desnutrición, y la ausencia gubernamental han propiciado la marginación de éstas comunidades que tratan de rescatar su cultura en un contexto que la excluye.

  • Se tiene registro que niños y sobre todo niñas de 7 y 8 años de la comunidad Embera acudieron a la horca para terminar con sus vidas.
  • Según el Ministerio de Salud y Protección Social, por cada mil niños indígenas menores de cinco años, 45 mueren, lo que supera el promedio nacional de 24,29 por cada mil nacidos vivos.
  • De acuerdo con un estudio realizado por Save the Children, un niño indígena en Colombia tiene 1,5 veces más probabilidades de morir que los demás.
  • El 50,81 por ciento de casos de violación de niños entre enero de 2006 y junio de 2010, según la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), corresponde a infantes indígenas. El 30,65 por ciento a niños campesinos, el 10,48 por ciento a niños socialmente marginados, el 5,65% a niños víctimas de desplazamiento forzado y el 2,43 por ciento correspondía a otros sectores sociales.
  • Mientras 100 jóvenes no indígenas se gradúan del bachillerato, solo 20 de ellos logran ese nivel educativo y la deserción escolar es 60 veces más alta entre niños y niñas indígenas y afrodescendientes.
  • El 3.5 por ciento de la población menor de 5 años carece de registro debido a situaciones de conflicto, desplazamiento interno o por encontrarse en regiones marginadas, según la información de registro civil de nacimiento disponible en el ámbito nacional. Los porcentajes más altos de no registro están presentes en los siguientes departamentos (todos ellos con presencia de población indígena):

 

La violencia sociopolítica, la mayor causa de muertes en infantes

 

La CCJ registró que por esta razón, entre enero de 2006 y junio de 2010, 398 niñas o niños perdieron la vida. 343 de ellos fueron víctimas de homicidio. De las 183 muertes violentas de niños y niñas entre los meses de enero y febrero de este año, según Medicina Legal, 71 fueron homicidios.

La Federación Nacional de Pediatría y la Red Contra el Maltrato Infantil ha denunciado que en Colombia, en promedio anual, se registran 30.000 casos de maltrato y abuso sexual a menores de 18 años. Un aumento del 40 por ciento comparado con el 2012.

El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó la práctica en 2012 de 21.506 exámenes médico-legales por presunto delito sexual. De estos el 85,7% (18.431) fueron realizados a niños. Las niñas de 10 a 14 años (39,6%) fueron las más afectadas y, en niños, el grupo más afectado fue el de 5 a 9 años (39,3%).
Reclutamiento forzado

En Colombia no existen medidas ni prevenciones acerca de la participación de niños, jóvenes y adolescentes en grupos armados. El reclutamiento forzado en menores de edad, considerado por las organizaciones del informe alterno al Comité de derechos de los niños como “un crimen de guerra” aún no lo debaten en escenarios propicios como la mesa de diálogo con las farc, desde un enfoque transversal y diferencial en las negociaciones.

  • La población menor de 18 años enrolada en los grupos armados puede oscilar entre el 20 y 30 por ciento en algunas unidades guerrillas y paramilitares; sus edades de vinculación oscila entre 7 y 17 años, con un promedio de edad de ingreso que en solo cuatro años creció de 13,8 a 12,8 años, aunque se registran casos desde los 3 años de edad. El reclutamiento ocurre por lo menos en 23 de los 32 departamentos del país.

 

“Persiguen a los niños como si fueran delincuentes y adultos, cuando no han tenido las condiciones para hacer otra cosa diferente. Si un niño comete cualquier tipo de falta, grave o no, es la sociedad y el Estado quien debe asumir el compromiso frente a ese niño. Es el Estado quien debe hacerse cargo de las causas estructurales que hacen que ellos infrinjan la ley. Sin embargo estamos en un país que cada vez los criminaliza más haciendo procesos de penalización cuando lo que debería hacer es garantizar sus derechos, para que los niños no tengan que llegar a ese extremo”.

Aura Rodríguez, Corporación Cactus
Comité de impulso del Informe Alterno
al Comité de Derechos del Niño ONU

“Somos niños y niñas que se nos vulneran los derechos por no producir, por no trabajar. Queremos que escuchen nuestras voces y que en realidad tengan medidas necesarias para hacer cumplir nuestros derechos y que nosotros y nosotras vivamos más felices”.

Nicolai Moreno
Comité de impulso del Informe Alterno al Comité de Derechos del Niño ONU(Cartagena)

“Los padres no nos brindan tanto afecto como deberían por que primero piensan en el trabajo, y sí, es algo primordial, pero también necesitamos afecto. Todos los niños con los que realizamos los talleres planteaban esto: que no tenían afecto en su casa y que veían en las calles y en las drogas una forma de sentirse bien con ellos mismos”.

Luna Flórez,
miembro de la Alianza de la Niñez (Medellín)

“Si bien en Colombia se ha hecho una adopción de normas y múltiples tratados, estos avances son insuficientes toda vez que no haya una debida implementación de los mismos. Todo queda en letra muerta. A esto se suma que ni los adultos ni los niños conocen sus derechos”.

Olga Silva
Comité de impulso del Informe Alterno al Comité de Derechos del Niño ONU

“Algunas personas no tienen en cuenta nuestras opiniones. En el colegio, donde se supone que uno va a hacerse escuchar y a aprender, no nos escuchan. Además nos están enseñando cosas que no son vitales”.

Brayan Gómez,
miembro de la Fundación
Creciendo Unidos (Bogotá)

MAPA

“En Medellín se ven mucho las fronteras invisibles, eso impide que nos desarrollemos como debe ser. No podemos ir a los parques, porque hay adultos que hacen mal uso de ellos, ni demás lugares que supuestamente son públicos pero que terminan siendo solo para ellos, y los niños y niñas no podemos entrar”.

Luna Flórez,
miembro de la Alianza de la Niñez
(Medellín)

Información adicional

Autor/a: DAIANA GONZÁLEZ
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