El historiador judío-uruguayo Gerardo Leibner, residente en Tel Aviv, habla de los ataques constantes de los israelíes a los palestinos. Brecha reproduce a continuación ese mensaje, así como otras dos notas, ambas escritas por israelíes que resisten a la política de su gobierno.
La semana pasada reapareció la violencia en las calles de Jerusalén oriental, luego de que una beba israelí muriera atropellada por un palestino. El joven palestino, que según su familia estaba agotado y se durmió al volante del auto, fue baleado y muerto por la policía israelí. El gobierno uruguayo condenó el supuesto ataque y lo atribuyó a Hamas. El historiador judío-uruguayo Gerardo Leibner, residente en Tel Aviv, le respondió en una carta en la que pone en duda la versión oficial y habla de los ataques constantes de los israelíes a los palestinos. Brecha reproduce a continuación ese mensaje, así como otra nota, también escrita por un israelí que resiste a la política de su gobierno.
La vara con que se mide
Por Gerardo Leibner
Al gobierno uruguayo, algunas aclaraciones.
1) Muy bien por condenar atentados contra la vida de civiles, sin importar su identidad.
2) No hay tal convivencia de judíos y palestinos en la ciudad de Jerusalén. La población palestina en los barrios este de Jerusalén no son ciudadanos de Israel, no tienen garantías ciudadanas, sufren no sólo de discriminación y represión sino que están sometidos a un régimen legal incierto con su derecho de residencia en constante peligro de revocación. Un estudiante palestino nacido y criado en Jerusalén puede perder su derecho a residir en la ciudad sólo por salir durante más de tres años a estudiar en Belén, Ramalah o en el exterior.
3) Ciudadanos israelíes de todo el país son estimulados, con beneficios económicos, a residir en barrios palestinos en Jerusalén oriental. Palestinos de los territorios ocupados de Cisjordania no pueden ingresar a Jerusalén sin permisos especiales y siempre temporarios.
4) Los barrios palestinos de Jerusalén oriental no son todos pobres pero sufren todos de un maltrato y deterioro intencional por parte de la municipalidad de Jerusalén.
5) La actividad política de partidos palestinos (sean éstos de centro, derecha, religiosos o de izquierda) está prohibida en Jerusalén y es considerada “terrorismo”. Hay presos políticos por distribuir volantes, por colgar banderas, hacer pintadas o por “asociación ilícita”.
6) Durante los recientes y trágicos meses cientos de trabajadores y transeúntes palestinos fueron agredidos en el centro de la ciudad (por donde deben pasar para trasladarse a sus lugares de trabajo) por grupos de jóvenes nacionalistas judíos que suelen reunirse para linchar árabes al grito de “muerte a los árabes”. En la ciudad se van acumulando mucho resentimiento y odio, que no datan de ayer pero que están llegando a niveles desconocidos en las últimas décadas.
La violencia contra civiles es siempre repudiable, pero por condenarla no hay que legitimar la ocupación colonialista de una ciudad. Si todo esto es convivencia entre comunidades, yo estoy en contra de ese tipo de “convivencia”.
Vale mencionar, de paso, que en menos de ocho días fueron asesinados dos niños y una niña palestinos en Jerusalén este y Cisjordania. Ninguno cometió ningún atentado terrorista ni participó en ninguna acción armada o violenta, excepto –en algún caso– protestar por la creciente escalada represiva en Jerusalén este y en Cisjordania.
Como testigo cercano de los crímenes que se cometen diariamente y de la actual escalada represiva, afirmo:
• No hay absolutamente ninguna evidencia de que ese hecho haya sido un atentado terrorista ideado o ejecutado por Hamas. Todos los medios que he consultado afirman que fue una acción individual de un joven de 21 que recién había salido de la cárcel y padecía estrés postraumático. Además, el joven fue ejecutado en forma sumaria por las fuerzas israelíes cuando estaba reducido y desarmado, lo cual constituye un crimen condenable.
• A quienes conocemos de cerca y en directo lo que está ocurriendo, nos resulta sorprendente que, ante la magnitud de la violencia institucional creciente que Israel está llevando a cabo en Jerusalén contra la población palestina (centrada en la mezquita de Al Aqsa pero también en los barrios periféricos), hasta ahora no haya habido mayores respuestas violentas palestinas.
• Es lamentable y peligroso hacer declaraciones oficiales sobre un conflicto prolongado y complejo sin conocer su historia y sobre todo su coyuntura y realidad actuales. Ese desconocimiento convierte al gobierno en objetivo fácil de la propaganda y las presiones sionistas que llevan a hacer declaraciones como la mencionada, desinformada y totalmente fuera de lugar y de contexto.
• Espero leer alguna condena del gobierno uruguayo a los reiterados crímenes cometidos recientemente por las fuerzas israelíes que se han cobrado las vidas de niños y jóvenes palestinos inocentes en estos días. De lo contrario tendremos que concluir que para el gobierno uruguayo, al igual que para el de Israel y sus aliados, la vida de las niñas y niños palestinos no tiene el mismo valor que la de sus pares israelíes.
Arde Jerusalén
Por Michel Warschawski*
Hubo un tiempo en que el Estado de Israel tenía verdaderos líderes políticos. Su capacidad para mentir y ocultar sus verdaderos (y odiosos) objetivos bajo una fachada de moderación y disposición para el compromiso los hizo populares en todo el mundo (occidental). Ellos argumentaban que el verdadero problema era la falta de una contraparte que estuviera dispuesta –como los líderes israelíes supuestamente estaban– a hacer “concesiones dolorosas”.
David Ben-Gurion fue ese tipo de gran líder mentiroso, y debido a su capacidad para ocultar los hechos detrás de una cortina de humo de mentiras pudo obtener el apoyo de la comunidad internacional para el establecimiento del Estado de Israel. Teddy Kollek, alcalde de Jerusalén en 1967, fue capaz de anexionar Jerusalén este y aun así conservar la imagen de político moderado y motivado por la voluntad de trabajar por la plena igualdad entre judíos y árabes en la “ciudad unida”.
Los actuales dirigentes de Israel han olvidado casi todo lo que deberían haber aprendido de los padres fundadores, incluyendo la capacidad de mentir. Dicen abiertamente que no están interesados en ningún tipo de compromiso, que desprecian la idea misma de igualdad entre judíos y árabes, y que la judaización de Cisjordania, incluida Jerusalén, es su objetivo estratégico.
Semejante discurso directo hace de la moderación extrema de Majmud Abbas un chiste triste: es él quien no tiene contraparte israelí para algún tipo de compromiso, y sus llamadas a una “vuelta a las negociaciones de paz” son percibidas correctamente como patéticas. Después de años de “esperen y vean”, el pueblo palestino ha perdido totalmente la confianza en un acuerdo político entre la Olp e Israel. Los palestinos sólo creen en los actos del gobierno de Israel, y no en las promesas vacías de su presidente. El gobierno de extrema derecha israelí ha decidido enterrar a Majmud Abbas bajo una serie de provocaciones, principalmente mediante la construcción de nuevas colonias, y no de forma discreta, como el gobierno de Estados Unidos está sugiriendo, sino con anuncios abiertos. Más aun, ha decidido aumentar la provocación apoyando a los activistas de derecha israelíes que invaden la mezquita de Al Aqsa, el sitio más simbólico no sólo para el pueblo palestino sino para cientos de millones de musulmanes en todo el mundo.
Las últimas provocaciones en Al Aqsa bien pueden haber ido demasiado lejos: en las últimas semanas la población palestina de Jerusalén se encuentra en estado de rebelión, y Jerusalén es una ciudad en guerra; una guerra de baja intensidad pero guerra al fin. Los palestinos manifiestan para defender su lugar sagrado, y están listos para hacer frente a la brutalidad de la policía israelí y detener una nueva agresión. Diariamente cientos de policías armados atacan brutalmente a los jóvenes manifestantes, y el gas lacrimógeno y los helicópteros sobrevuelan permanentemente la ciudad; pero cada día la movilización palestina está ganando más impulso. Hace unos meses sugerí que la próxima Intifada será en Jerusalén. Netaniahu, Bennett y el alcalde de Jerusalén, Barkat, están haciendo sus mayores esfuerzos para que esta predicción se cumpla.
* Activista antisionista israelí. Lideró la Liga Comunista Revolucionaria Marxista hasta su desaparición en la década de 1990, y cofundó el Centro de Información Alternativa (Aic). Publicado el sábado 25 por el Aic.
Leave a Reply