
La comunidad y organizaciones sociales de Cajamarca impulsaron la consulta popular en marzo de 2017, con cuyo triunfo obligaron a la multinacional Anglo Gold Ashanti a salir del territorio, cerrando el proyecto La Colosa. Después de la consulta se abrió un debate político y jurídico de carácter nacional que problematiza el modelo de desarrollo del país. El alcalde en ejercicio para el periodo 2019–2022 representa al movimiento que se opuso a la minería, ¿cuáles son los principales retos que enfrenta esta administración?
Cajamarca es un pueblo de campesinos ubicado en la Cordillera Central andina; por su potencial natural y ambiental es considerado como el municipio la despensa agrícola de Colombia. Entre el año 2005-2006, con el auge extractivista internacional experimentado en Sur América, el municipio vivió la llegada de la multinacional Anglo Gold Ashanti, la cual impulsó el proyecto “La Colosa”, uno de los megaproyectos mineros de oro más grandes del mundo.
Opuestos a tal pretensión, por las nocivas consecuencias que el desarrollo de un proyecto tal conlleva para un territorio y quienes lo habitan, un grupo de ciudadanos y organizaciones sociales del municipio tolimense comenzaron a plantear el debate sobre el modelo de desarrollo del municipio y las consecuencias y efectos naturales y culturales de la minería a cielo abierto.
Sus esfuerzos de todo orden para obligar a la multinacional a salir de su municipio les abrieron dilemas, de ahí que en el 2010 tomaran la decisión de participar electoralmente, sin resultados notables; en el 2015 llevaron a 3 integrantes del movimiento al concejo. Para Julio Roberto Vargas, actual alcalde de Cajamarca, fue gracias a estos concejales que en el año 2016 se aprobó la realización de la consulta popular sobre el tema minero.
La consulta fue una de las primeras en el país en decirle no a la minería: 6.165 cajamarcunos frenaron los intereses extractivistas. Posterior a esta victoria, en las elecciones del 2019 la ciudadanía llevó a un integrante del movimiento ambiental a dirigir como alcalde los destinos del municipio a lo largo de los siguientes 4 años, triunfo obtenido con 5.130 votos, igual al 50.11 por ciento del total de los sufragios contabilizados, doblando al candidato de la política tradicional apoyado por la multinacional.
Hoy los habitantes de Cajamarca tienen la esperanza de que la región cambiará, y que el quehacer del nuevo gobierno girará alrededor de la defensa del territorio, el agua y la vida.
desdeabajo tuvo la oportunidad de conversar con Julio Roberto Vargas, quien nos comentó algunos de los retos fundamentales de su gobierno, como también su visión de lo que implica, en este momento del país, ser elegido y decidir sobre el presente y el futuro del municipio en materia de uso y vocación del suelo.
desdeabajo (da). ¿Cuáles son las organizaciones en las que ha participado y qué papel espera que estas cumplan en su gobierno?
Julio Roberto Vargas (JRV). Vengo del movimiento ambiental y campesino. Acá en Cajamarca se encuentra el Comité ambiental y campesino de Cajamarca y Anaime, el cual es un espacio donde confluyen diferentes organizaciones socioambientales, con una agenda en común que también se articula al comité ambiental del departamento del Tolima y el movimiento ambiental a nivel nacional.
En esta alcaldía buscamos que el movimiento ambiental organizado ayude a construir las políticas públicas en materia ambiental y de desarrollo social del municipio, que tengan voz y voto, que tengan capacidad de articular procesos, jalonar recursos y construir una línea de desarrollo económico armonizadas con la naturaleza y las comunidades.
da. ¿Qué ha pasado con respecto al intento de limitar las consultas populares en el país y todo este debate abierto alrededor del uso y vocación de suelo?
JRV. Cuando se realizó la consulta popular, desde el gobierno nacional y todos los sectores minero energéticos del país, empezaron a decir que los municipios no tenían autonomía para decidir el uso y vocación del suelo en temas mineros, sin embargo esto lo dice el gobierno nacional pensando en los intereses de los grandes conglomerados mineros. Como comunidad y municipio Nosotros nos aferramos a la Constitución y a la ley, que nos dice que los municipios sí tenemos la autonomía territorial para tomar decisiones sobre el uso y vocación del suelo, y nosotros, los cajamarcunos, los campesinos, los amantes de la vida, decidimos que Cajamarca siga siendo la despensa de Colombia, siga siendo la estrella hídrica del departamento del Tolima.
El debate continúa. El sector minero a nivel nacional busca tumbar las consultas populares, busca deslegitimar las decisiones del pueblo, y como alcalde y representante de la comunidad tengo el deber de defender los derechos colectivos y ambientales de la población cajamarcuna, defender el derecho constitucional que tiene la comunidad a tomar decisiones sobre su territorio, promoviendo en todo momento la democracia participativa e incluyente.
da. ¿Qué papel juega en la región y el país su elección como alcalde de Cajamarca?
JRV. En este momento somos la única alcaldía en el departamento del Tolima con un alcalde alternativo y que hace parte de los movimientos sociales. Esto implica políticamente que una alcaldía y una comunidad están dando un debate al país y al gobierno nacional sobre el desarrollo del país. La experiencia de Cajamarca es la mezcla entre movimientos sociales y la administración pública, que tiene una política alternativa, independiente y busca transformar las comunidades con la participación directa de las mismas.
da. ¿Qué tienen proyectado realizar para generar una propuesta alternativa de desarrollo para el municipio que no implique la minería?
JRV. Vamos a profundizar en mejorar todos los sistemas de comercialización de los productos agropecuarios del municipio. Vamos a abrir una línea de exportación de productos agropecuarios hacia Europa y Estados Unidos, así mismo vamos a hacer una apuesta bastante grande en el tema del turismo comunitario en el municipio; hoy tenemos en el territorio los bosques naturales de palma de cera, somos vecinos del volcán cerro Machín –que es el segundo volcán más activo del mundo–, tenemos el páramo del Chiní por todo el cañón de Anaime, tenemos tres ríos que nacen en el municipio (Anaime, Bermellón y Toche), entonces vamos a impulsar el turismo como alternativa de desarrollo municipal.
Otros temas fundamentales, en torno a la cultura, son la creación de la casa de la cultura del municipio, el impulso del festival nacional de música campesina y el museo de antropología; pero también hay temas importantes como la agricultura limpia, mejoramiento de vías terciarias, salud, educación, entre otros.
da. ¿Cómo piensan construir una alcaldía realmente alternativa para el municipio y cómo se puede proyectar esto a nivel nacional?
JRV. Estamos apostando a una transformación estructural en la comunidad cajamarcuna, en la forma de hacer política y generar el desarrollo. Estamos apostando a empoderar a las comunidades. Las JAL, organizaciones sociales, cooperativismo, asociatividad y unidad de la comunidad tienen un protagonismo importantísimo. Lo que queremos es hacer un buen gobierno, y esto implica que los recursos públicos van a ser bien invertidos en obras sociales, proyectos productivos, culturales y educativos.
Invitamos a que todos los movimientos sociales y ambientales de Colombia sigamos construyendo una agenda en común. La unidad de todos los sectores alternativos y sociales del país es la que va a permitir transformar esas condiciones de desigualdad y desequilibrio en la que se encuentra nuestra sociedad. Necesitamos cambios profundos, necesitamos que los movimientos sociales se enraícen en las comunidades, que las empoderen y que se empoderen de los procesos políticos, que la política no la vean como los tradicionales sino como una oportunidad para servir y transformar con las comunidades las condiciones de vida.
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