El final de la primera quincena del mes de enero de 2024 llega con una serie de escritos, que, como dice el politólogo Mauricio Jaramillo, son desafortunados y sesgados.
El primero de ellos firmado por exministros y exviceministros, que, desde una posición de autoridad por el cargo que tuvieron, manifiestan una serie de afirmaciones, varias de ellas imprecisas y desafortunadas, que generan posible pánico y afectaciones en la población (usuarios del sistema de salud).
En tal escrito, se critica el incremento del 12 por ciento de la Unidad de Pago por Capitación –UPC–; no obstante, cuando se revisa que, según ellos, “el cálculo del valor estimado por expertos debió ser de 15% para la UPC y de 10.6% para presupuestos máximos”, valiéndose de reportes de ACEMI.[2] ¿Y quién es esta entidad? La misma que reúne y agremia a las mismas Entidades Promotora de Salud –EPS–, es decir, una entidad que tiene todo el conflicto de intereses en la estimación, para que le den más recursos públicos. En otras palabras, desestiman el cálculo que realizan los técnicos del MinSalud, proyectado con base en la misma información que estas dieron durante los últimos meses, tal y como se ha hecho a lo largo de los últimos años.
Afirman de forma desafortunada que los pacientes crónicos perderán sus tratamientos; no obstante, en ninguna parte de la propuesta de Reforma esto se menciona, al contrario, se reporta que se generará la articulación de Redes integradas e integrales (RIIS) para que los usuarios tengan transversalidad en la atención; no se entiende de dónde sale esta conjetura. Ah, que puede ser preocupación de algunas asociaciones de usuarios, puede ser cierto, pero es solo cuestión de aclararles y desmentir esté pánico infundado.
El segundo fue escrito por un colega, al igual que el suscrito, perteneciente a la Junta Directiva de la Asociación de Epidemiología de Colombia, y también profesor Universitario de una prestigiosa Universidad de Colombia; el escrito lo denominó el riesgo de la salud para Bogotá[3]. Como se lo manifesté personalmente, estoy en desacuerdo con la mayoría de sus planteamientos, los cuales, de forma muy respetuosa, voy a contra- argumentar a continuación, junto con información complementaria.
1. Es cierto, desde las épocas del Sistema Nacional de Salud, las coberturas de aseguramiento o poblacionales se han incrementado a porcentajes mayores al 97 por ciento; no obstante, como lo hemos dicho en varias ocasiones, mayor cobertura no significa mayor oportunidad, ni acceso oportuno o efectivo. Inclusive para los que tenemos sistemas triples de financiación (impuestos, EPS y medicina prepagada) existen limitantes en las autorizaciones, barreras de acceso, no disponibilidad de agenda, en fin, múltiples barreras que han sido reportadas por el suscrito, por otros investigadores y por reportes que ha hecho la Defensoría del Pueblo.[4] Ahora bien, es contraevidente que con el incremento e implementación de la Atención Primaria de Salud–APS– se generen mayores barreras de acceso como lo plantea el ex ministro Gaviria. La verdad, como actor y estudioso del sistema de salud, no comprendo su afirmación.
2. Las EPS, como también ya lo hemos discutido varios académicos, no se comportan como aseguradoras, no tienen sistemas de reaseguramiento o similares que les permita cubrir las siniestralidades. Ahora bien, su papel como promotoras pocon pocon, en la mayoría; ya lo decía el viceministro Urrego, se le dan los recursos para la demanda inducida de los usuarios, pero con coberturas pésimas en muchos indicadores de los programas de prevención y prevención. En muchos reportes periodísticos y académicos, varias de ellas se han visto (cada vez menos por las denuncias ciudadanas y por los fallos del sistema judicial) implicadas en paseos de la muerte, negación de servicios, muchísimas Peticiones, Quehas y Reclamos –PQR–, cientos de miles de tutelas, entre otros, generando de forma sistemática la violación del derecho a la prestación de los servicios de salud de cientos de miles de colombianos.4 En ese mismo sentido, las que no cumplan con los requisitos financieros para que continúen en el rol actual o como gestoras, que entreguen su población a quien sí lo haga bien. No se comprende que se mencione que se violará el derecho fundamental a la salud, cuando varias de ellas son las que han realizado esa práctica sistemática.
3. ¿Cuál será el rol de la Red Privada con la Reforma? El que siempre ha tenido: apoyo en los procesos de diagnóstico temprano, atención y rehabilitación de los usuarios. Es decir, seguramente, esta red seguirá en su trabajo misional con atención de cerca del 75 por ciento de la población del distrito capital. Ahora bien, la red pública seguramente atenderá a cerca del 25 por ciento de la población sisbenizada. Recordemos que en cerca del 65 por ciento, o un poco más de los municipios de Colombia, solo hay un prestador público con servicios de nivel I, lo cual implica que, de acuerdo a convenios, deberá atender al menos las urgencias y la consulta prioritaria a toda la población que resida en su territorio, independiente del Régimen de afiliación. No se comprende por qué hay dudas en la claridad de su rol.
4. En ese mismo sentido, se desconoce la gran fragmentación que existe en el presente, en el que una gestante del Alto Baudó con una patología de alta complejidad, si le va bien termina en Pereira, Cali o Medellín; teniendo en cuenta que en investigaciones previas se ha observado que puede recibir su atención en Bogotá, Barranquilla o Bucaramanga. Por supuesto, las que asuman como gestoras deben aceptar su rol de articular e integrar las redes de servicios (RIIS) y les pagará por esto. En el proyecto de reforma hay una destinación específica de recursos para este papel, y para otras funciones. Se invita a revisar los artículos 45 a 52, en el texto de Proyecto de Ley que pasa al Senado, donde se describen las nuevas funciones y los mecanismos de financiación para estas.[5]
5. Se desinforma permanentemente con que el aseguramiento en salud se acabará, no obstante, cuando leemos la propuesta de Reforma en su artículo dos se encuentra la definición del “Aseguramiento social en salud. Este es entendido como la protección pública, única, universal, eficiente y solidaria para la garantía del derecho fundamental a la salud de toda la población. Para tal efecto, desarrolla los medios, fuentes de financiamiento, la mancomunación de los recursos financieros del sistema de salud, con criterios de equidad, así como un sistema de gestión de riesgos de salud y financieros con una operación en la que confluyen de manera permanente, una gestión pública, privado y mixta, a través la institucionalidad del Estado y de las Gestores de salud y vida”.No se comprende porque se quiere manipular y desinformar a la población. El aseguramiento será social, esperando que la cobertura se mantenga, se mejore el acceso efectivo, haya detección temprana de eventos que amenacen la vida, que generen gran morbilidad o mortalidad evitable, y seguramente se podrá cumplir el refrán “prevenir es mejor que curar”.
6. Ahora bien, se habla y desinforma que se va a estatizar la salud, cuando lo que se pretende es generar gobernanza, organización y orden. Son muchos los estudios que han evidenciado como la autoridad sanitaria se ha perdido, como los emporios económicos, con recursos públicos, han generado fortines económicos y políticos donde, por las tensiones del manejo del dinero generan desinformación de forma mal intencionada. Inclusive, tocará preguntarles a los expertos en derecho si esa manipulación de información que genera un potencial pánico poblacional puede estar inmersa en una acción non sancta que deba ser intervenida por las autoridades del sistema de justicia del país, o si pertenece al derecho constitucional de libertad de expresión. Una línea fina que debe colocársele la lupa, para evitar un pánico poblacional innecesario.
7. El debate académico, técnico y científico ha estado desbalanceado. Los medios de comunicación les abren los espacios a los opositores al gobierno, a los otros nos ignoran, o no somos tan unidos. De otra parte, varios emplean manipulación mediática, tal como lo ha dicho reiteradamente Noam Chomsky, con el decálogo de las diez principales estrategias de manipulación mediática.[6] Se invita a tener la capacidad de mostrar los hechos con rigurosidad. No siempre la ideología de libre mercado y del neoliberalismo es la que se debe implementar. Los que estamos de acuerdo con posturas progresistas, cercanos a las socialdemocracias, con capitalismo, pero con intervención estatal, no somos los únicos ideologizados, es bueno que cada uno reconozca la propia.
8. Es posible que se presente un colapso del Sistema de Salud, no por la ausencia de recursos (que pasó con los 23 billones que las EPS liquidadas dejaron como deudas al liquidarse, o que pasa con las reservas técnicas que deberían emplearse en “momentos de crisis”), si no por operación “tortuga” o similares que implementen desde los actuales actores (las mal llamadas aseguradoras agremiadas), que ahonden en sus prácticas sistemáticas de dilación, imposición de barreras y obstáculos a la prestación de los servicios de salud. Se invita a las entidades de Control –como la Super intendencia Nacional de Salud, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría, las Veedurías Ciudadanas, entre otros–, a que estén atentas al correcto uso y destinación de los servicios públicos y, por supuesto, a que la prestación de los servicios de salud no vayan a ser obstaculizados en su necesario desempeño, por calidad, oportunidad, etcétera.
El año pasado cerca de 3.000 académicos, exfuncionarios públicos, miembros de la sociedad civil, entre otros, realizamos una comunicación desvirtuando punto a punto un comunicado similar al emitido por los exministros y exviceministros, aclarando las bondades y elementos centrales de la Reforma.[7] Como se pregunta Mauricio Jaramillo, ¿por qué ellos, cuando estuvieron en el poder, cuando tuvieron a su cargo el ejercicio burocrático, no hicieron los ajustes y las reformas necesarias? Me acuerdo inclusive que en 2013 Alejandro Gaviria, como ampliamente se ha conocido, decía que el sistema de salud con las EPS y el aseguramiento de ese entonces debía transformarse, tal fue así que propuso el nombre de Salud Mía.[8] ¿Qué le pasó al exministro que cambió su posición en estos 11 años? Solo el tiempo develará la verdad al respecto, al igual que los posibles conflictos de intereses de los feraces opositores al cambio.
[1] Jorge Martin Rodríguez Hernandez. PhD. Profesional de la Salud y Profesor Universitario.
Las opiniones son personales y no reflejan la postura de la institución o entidad en la que se encuentra vinculado el profesor Rodríguez.
[2] https://consultorsalud.com/acemi-publica-informe-financiamiento-sistem/
[3] https://www.eltiempo.com/bogota/el-riesgo-de-la-reforma-de-la-salud-para-opinion-847275
[4] https://www.defensoria.gov.co/-/cada-34-segundos-se-radica-una-tutela-por-la-violaci%C3%B3n-al-derecho-a-la-salud-defensor-del-pueblo
[5] https://consultorsalud.com/texto-definitivo-aprobado-reforma-a-la-salud/
[6] https://revistas.unam.mx/index.php/archipielago/article/download/55996/49683/159743
[7] https://www.portafolio.co/economia/gobierno/reforma-de-salud-3-000-medicos-y-academicos-envian-carta-de-apoyo-584366
[8] https://www.minsalud.gov.co/Paginas/Salud-MIa-enmendaremos-errores.aspx
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