Tareas de la sociología de la literatura (1948) (1)

IV. Determinaciones sociales del éxito

La verdadera contribución de la sociología de la literatura a la investigación de los medios de comunicación de masas está preferentemente en el desarrollo de las hipótesis para la indagación empírica de la significación de la lectura para el hombre. Pero él no puede satisfacerse tan sólo con el trabajo histórico, biográfico y analítico y dejar a cargo de sus colegas todo el resto de la investigación empírica. Pues hay determinados factores de una gran significación social que son de decisiva influencia en los efectos de gran escala, que requieren, empero, para su investigación sociológica de una indagación teorética y documentada.

Esto es válido, en primer lugar, para poner de relieve lo que nosotros sabemos sobre la influencia de toda la complejidad social sobre el escritor y el lector. ¿Son la guerra o la paz, las coyunturas económicas o las depresiones más favorables para la producción literaria? ¿Predominan obras literarias más o menos de determinado nivel, de determinada forma o determinado contenido? ¿Cómo aparece en torno al mercado de consumo, las editoriales, las tiradas y la competencia entre el libro y las revistas en las diferentes épocas? ¿Qué sabemos nosotros sobre el número de lectores de las bibliotecas populares y universitarias, en el ejército y en los hospitales -y por otra parte, sobre su distribución según las cambiantes relaciones sociales? ¿Qué sabemos cuantitativa y cualitativamente sobre las relaciones entre el consumo de la literatura y otros medios masivos dentro de las formas no habladas de la estructura organizada del tiempo libre? (26).

Una segunda tarea complementaria hace referencia al campo de los controles sociales. ¿Qué sabemos nosotros de la influencia de los productores y distribuidores de la literatura? Tenemos que ocuparnos, sólo para mencionar un par de ejemplos, con el fenómeno extendido en todo el mundo, a saber, los impuestos gastados para las bibliotecas públicas, además con la praxis (europea) de la subvención de teatros estatales y con la experiencia (norteamericana) en el apoyo de escritores con recursos oficiales (durante el New Deal). Debemos investigar la influencia que ejercen los premios públicos exclusivos y codiciados, desde los premios Nobel hasta concursos que dan las editoriales, desde los premios Pulitzer hasta los premios que otorgan las ciudades y Estados a autores exitosos que tienen la suerte de haber nacido en esa región. Naturalmente se debe también investigar los “controles manipuladores”: la publicidad de las editoriales, las perspectivas de ganancias que son dadas por los clubes de lectores o la filmación, el enorme mercado de las novelas seriadas en las revistas, las editoriales que edita libros de bolsillo, etc. También el complejo problema de la censura no podría ser descuidado. El comprende las barreras institucionales, desde los comienzos del Index de la iglesia católica hasta los ordenamientos locales que prohiben la venta de determinados libros y revistas. Finalmente, debemos analizar y sistematizar lo que nos es conocido sobre los controles informales, la influencia de las reseñas y emisiones radiales, de los artículos de divulgación de los escritores, de los agitadores políticos, de los chismorreos literarios y conversaciones privadas.

Un tercer determinante social y seguramente el no menos significativo del éxito de un escritor tiene que ver con las transformaciones técnicas y sus consecuencias sociales y económicas (27). El desarrollo sorprendente del mundo editorial que hoy se permite ofrecer productos literarios de toda calidad a precios muy bajos, es superado sólo por los procedimientos de producción impresionantes de los otros medios de comunicación de masas. Valdría la pena investigar si los ingresos del escritor durante las últimas décadas pueden ser abonados en gran medida al mejoramiento de los procesos técnicos, dentro del ambiente de trabajo mismo de los autores, o si este desarrollo de las técnicas ha cambiado el estatus social del escritor como grupo. Proporcionalmente es poco conocido en qué medida el mejoramiento técnico en uno de los medios de masas produce un efecto acumulativo en otro. ¿Lee un número grande de personas más libros porque ellos ven más cine u oyen más radio, o es precisamente lo contrario? ¿O no hay ningún efecto de intercambio? (28). ¿Hay una relación entre la fácil accesibilidad de los productos editoriales en el mercado y los métodos de que se sirven las instituciones de enseñanza en todos los niveles?

Como ejemplo de los determinantes sociales que están condicionados para el éxito de un escritor, puede servir de ejemplo la amplia recepción, fuertemente matizada y claramente reconocible, de Dostoweski en Alemania. Una investigación del material disponible en libros, revistas y periódicos mostró que evidentemente ciertas necesidades psicológicas de la burguesía alemana se satisfacieron en una alta medida con la lectura de Dostoweski (29). A diferencia de la investigación en el caso de Hamsun nuestro interés no se orientó en la obra, sino en el trasfondo social de su recepción.
La burguesía alemana no había podido ganar aún en la época clásica del liberalismo una influencia decisiva en la política. Ello condujo a una permanente vacilación entre la identificación con los grupos dominantes agresivos e imperialistas y una actitud de derrotismo y pasividad que llevó una y otra vez, pese a toda la tradición de la filosofía idealista, a una sumisión voluntaria, tan pronto se creía percibir una personalidad directiva dominante. Las reacciones sadistas y masoquistas de ello resultantes encontraron en los héroes de las novelas de Dostoweski, que se torturaban a sí mismo y a los otros, un rico material para experiencias de identificación.

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