La conducta del escritor
Se debe diferenciar entre lo que el lector busca en las obras literarias y lo que, además, transmiten sin que el lector sea conciente de ello. El caso de Knut Hamsun es un ejemplo de un problema de esa clase.
Si y en qué grado las opiniones y conductas de los hombres son influidas por el escapismo de los obras literarias, depende no sólo de su contenido manifiesto, sino también de sus implicaciones ocultas. El deslindar las implicaciones, del contenido formulado, es ciertamente una tarea para la que no está elaborado ningún método. Pero desearíamos indicar que hay un laboratorio social sumamente barato que no hace necesario entrevistar personas con grandes gastos de tiempo y de dinero. Todo autor ejerce una influencia más o menos conciente (usualmente), buscando transmitir unos determinados “mensajes”, que refleja su propia personalidad y sus problemas. Para determinar su punto de partida, valdría la pena revivirlo a él y a sus personajes, por decirlo así, con ayuda de la respiración artificial y subsumir los problemas y experimentos psicológicos que correspondan al estado de la investigación más reciente. Por ejemplo, podríamos con ayuda de un cuestionario estandarizado examinar una selección representativa de obras de literatura de masas y determinar la concepción de los autores, sus opiniones sobre la naturaleza del hombre, sobre las tensiones entre los grupos sociales, sobre las catástrofes históricas y naturales, sobre la sexualidad, sobre la oposición entre masas y grandes hombres, etc. Así podríamos contar las respuestas y ganaríamos, de esta forma, una medida cuantitativa y cualitativa con la que podríamos determinar la posición del escritor en la sociedad. Incluso podríamos atrevernos a pronosticar sobre su conducta como persona y la clase de obras que hasta ahora no ha escrito. Si ampliamos suficientemente nuestra selección, se nos permitiría saber algo sobre cómo se ven a sí mismos estos representantes de los medios masivos y sobre la posible influencia de este autoimagen oculta en el lector.
Un experimento de laboratorio de esta clase podría ser complementado, analizando la estructura de carácter de los personajes principales de su material literario. Las más recientes investigaciones de psicología social nos han proporcionado unos síndromes estructurales evidentes que pudieron ser obtenidos a partir de reacciones frente a procedimientos-entrevistas ideológicos y proyectivos. Con su ayuda podemos diagnosticar con un alto grado de probabilidad, si una persona, por su tipo, es autoritaria o no. Estas comprobaciones tienen para nosotros una significación inapreciable para pronosticar la conducta política, moral y emocional (del autor). Simples descripciones inducen frecuentemente a errores y pueden ser corregidas por medio de estos nuevos métodos.
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