Vandana Shiva afirma que para la gente, una “democracia viva” es aquella que afecta a todos los aspectos de la vida, no solo a la vida humana, porque nos encontramos en un momento de la evolución en el que cualquier libertad de la especie humana debe incluir a la de otras especies, tanto animales como vegetales.
En un momento en que, alrededor del mundo, todo lo que existe debajo de la tierra está siendo extraído por corporaciones, que obtienen 17.000 millones de dólares de beneficios. Con toda esa cantidad de dinero, todas las restricciones e impedimentos legales, se derriban por la fuerza del dinero.
Hace unos meses atrás, casi por cinco días hubo imágenes del lodo rojo vertido en Hungría. Nadie conectaría el lodo rojo con el aluminio de las puertas de los salones, pero es la parte final de su producción. El aluminio está hecho con bauxita, por cada tonelada extraída de las minas, se produce una tonelada de desechos; 1300 barriles de agua son usados, 30.000 kilovatios de energía, pero todo esto es externalizado. Todo esto, en cada mina, es tomado debajo de la tierra y tornado a la superficie.
Por eso estuvimos felices, con el gran movimiento de resistencia contra la minería en la India que comenzó en 2006, en uno de los sitios más sagrados de la India llamado Niyamgiri, hogar de la tribu ancestral Dongria Kondh. Niya, significa “ley”. “La Montaña que se levanta sobre la Ley Universal” es el nombre en hindi para esta montaña. Los indígenas de la zona dijeron: “si ustedes derriban esta montaña, destruyen nuestro mundo”; porque todo está definido por esta montaña. Pero también tenían buenas razones científicas porque todos los arroyos y ríos que riegan el valle bajan de esta montaña, porque la bauxita es una muy buena fijadora de agua. Cada depósito de bauxita está junto a ríos y arroyos que salen de ella.
Existe una gran compañía con sede en India de nombre Vedantas, que justamente significa “El fin de los Vedas”. Los Vedas son el mayor grado de aprendizaje en esta cultura, detrás de ellos, está el real conocimiento del mundo. Esta compañía, que está devastando los derechos de la gente y sus ecosistemas, sobornan a las cortes, al Gobierno, y lograron, protecciones en cada nivel del Estado. Los indígenas de la zona fueron a la Corte Suprema, y un juez planteó, al aprobar este proyecto minero, que “todas las tribus y gentes de la selva debían ser civilizadas, debían ser sacadas de las junglas. Y la única manera de hacerlo era hacer funcionar la mina para que existiese crecimiento económico”. Esta montaña alberga tanta biodiversidad, tantas condiciones para la reproducción de especies, tenían semillas de más de 60 clases de mangos cultivados, piñas, naranjas, plantas medicinales, etcétera, y no necesitaban nada del mundo exterior, excepto sal; y a cambio de ella, tenían tanto para dar al resto del mundo.
Continuamos y persistimos apoyando con asesoramiento en el nivel científico y en la batalla jurídica. El Gobierno, eventualmente, tuvo que aceptar con vergüenza que había aprobado la construcción de esta mina. La compañía se retiró de la zona donde había trazado sus planes de operación y se acordó que se dejaría intacta la Montaña.
Economía
La única razón por la que la extracción petrolera, minera y todas las actividades destructivas que contaminan y destruyen la vida, sea definida como necesaria, es debido a una tramposa manera de presentar la relación costo-beneficio. Los costos siempre están ocultos y los beneficios siempre se encuentran exagerados. Además, los beneficios que, en realidad van a parar a las corporaciones se presentan como si la pobre tribu de repente se hubiese vuelto millonaria. Nunca dicen a dónde va el dinero. Nunca dirán que, en este momento, los commodities, que incluyen minerales y comidas –han convertido a la comida en commodities– es donde la mayoría del dinero hambriento de inversiones está yendo.
Cuando se trata de los ricos, los gobiernos tienen el dinero para gastar, así fue con los sesenta billones de dólares que dieron a los bancos. Desafotunadamente, siempre tienen el dinero para gastarlo en las cosas equivocadas; en bombas, en aviones de combate. Tienen el dinero para gastar en subvencionar a las grandes corporaciones e instituciones financieras, pero cuando se trata de asegurarse que el campesino reciba por sus productos un precio correcto, que la niñez tengan cobertura de salud, que todos puedan tener alimentos, entonces, de repente, están cortos de dinero. De pronto se han vuelto pobres. Y esta esquizofrenia de poseer riqueza ilimitada cuando se trata de ayudar a los ricos y tornarse miserables cuando se trata de ayudar a los pobres, es la fuente del error cuando definimos la economía.
La economía ya no es más eco-nomía; tiene la misma raíz lingüística que la palabra ecología. Ambas comparten su raíz en la palabra Oikos, que significa hogar. El hogar al que nos referimos es este planeta. Ecología es la ciencia de esta casa; la economía supuestamente debería ser la administración del manejo de este hogar. Mientras esto estuvo en manos de las comunidades locales, mientras estuvo en manos de sociedades democráticas, manejamos bien el hogar. No matamos a nuestros ríos, no talamos o destruimos nuestras selvas, no extrajimos hasta el último pedazo de mineral; no creamos hambre a través de un sistema alimentario que constantemente clama haber terminado con el hambre y la pobreza.
Hoy la economía es un elemento tan distante a cualquier noción de hogar y pertenencia. Ni al planeta ni a los hogares en términos de las economías domésticas de las familias. Oikos es un concepto vacío, vacío de hogar. Ya no se refiere al hogar-planeta, ni a la administración del hogar-familia de las economías domésticas.
La globalización
La globalización corporativa fue impulsada en las últimas dos décadas a través de dos instrumentos: el primero, aplicado hasta hace poco, en países del Sur; el ajuste estructural. Por supuesto, ahora el ajuste estructural está a las puertas en Islandia, Grecia y Portugal; es decir, el FMI ya no solo impone medidas de ajuste en el Tercer Mundo, ahora se ha vuelto un sistema global para hacer pagar a los pueblos y a la gente los errores generados por la codicia y la deshonestidad de las entidades financieras.
Cuando el mundo financiero es ahora, en sí mismo, tan deshonesto. Ahora las finanzas son 70 veces más grandes que la economía de bienes y servicios. Entonces, cuando unas finanzas son 70 veces más que el sector real de la economía, esas finanzas querrán controlar toda la economía. Este dinero hambriento está tan desesperadamente hambriento, que quiere la última gota de agua, la última biomasa, el último pedazo de alimento, etcétera, y lo quiere tomar en contra de los derechos de la naturaleza y de los derechos de la gente.
En India tenemos un poderoso artículo, el Nº21, que establece que el Estado “tiene la obligación de proteger la vida”. Este es el artículo en el que se basa cada proceso judicial ambiental, y se ha ganado cada uno de ellos, desde la minería de canteras, hasta la agricultura industrial contra la campesina, etcétera. El “deber del Estado de proteger la vida” significa que hay límites para las actividades comerciales que amenazan la vida. El primer caso ganado en la Suprema Corte de la India, tuvo un maravilloso juez, que sentenció que cuando el comercio amenaza la vida, el comercio debe ser detenido, porque la vida debe continuar.
El segundo instrumento es el de la globalización económica –la globalización corporativa. Esta perversión es la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los nuevos Tratados de Libre Comercio que se imponen a los países, desde que se la detuvo exitosamente en Seattle. Un pequeño puñado de activistas sentimos que era tiempo de que los asuntos del libre comercio sean tratados por la esfera pública. Esto no era “libre comercio”, sino comercio forzoso; esto no era sobre el bienestar de la gente o de los pueblos, sino sobre el bienestar de las corporaciones.
En un debate con la gente de la OMC en Washington, ellos sostenían que el libre comercio trataba sobre la democracia, sobre el derecho de la gente de elegir y comprar lo que quieren, cuando lo quieran y elegir el país de donde lo quieren. Les contesté que este modelo confisca la libertad de los ciudadanos al producir cosas que la gente podría proveerse por sus propios medios para manejar sus vidas y así evitar convertirse en consumistas. El consumismo es lo opuesto a la libertad. La palabra consumo viene de la edad media, para referirse a las personas que morían de tuberculosis, para graficar el modo en el que morían consumidos por la enfermedad. Pero ahora la palabra consumo supuestamente define nuestros más altos estándares de vida. Nuestras economías se destruyen en el nombre del consumo y el derecho de cada uno a comprar lo que quiere, pero el hecho es que no todos podemos ser consumidores.
Lo que tenemos es una situación desquiciada en la que un gran país como China parece ser el único productor para el mundo. Este país ingresó a la OMC en el año mismo de la masacre de Tianamén con la aprobación de los EU, porque las corporaciones querían trasladar sus fábricas allá para reducir los costos con mano de obra barata y maximizar los beneficios de este modo, así como se mudaron a la India para abaratar los costos del software. ¿Pero quiénes han hecho todo este dinero? ¡Cuarenta billones de dólares como ganancias anuales adicionales extraordinarias para IBM y la industria del software!, esto es lo que llaman outsourcing; sacar las industrias de su base nacional.
Pero la mayor operación de outsourcing es trasladar la contaminación y las industrias extractivas para que actúen con mayor intensidad en los países del Sur. Finalmente, tienes un sistema que piensa que el crecimiento sin fin y el consumismo ilimitado pueden seguir adelante sin tomar en cuenta los límites ecológicos del planeta, sin los límites económicos de la gente. Pero si la gente está desempleada ¿cómo van a ser consumidores?
La gente está comprando más y más todos los productos defectuosos de China y lo hace cada vez porque las cosas se estropean bastante rápido. Si en una aldea tú haces tus propios zapatos de cuero, te duraran por 5 o 10 años, haces un buen chal –todavía uso el chal y el sari que me tejió mi madre– y te durará un buen trecho de tu vida, compras un producto que imita una gran marca en China y al segundo día, mágicamente, se ha desintegrado. Entonces, hay muchas y muchas ventas para hacer, porque el mismo producto se venderá 500 veces debido a su rápido desgaste; y así, compras muchas veces en el más claro anonimato, porque no importa de dónde venga el producto.
Ésta es otra marca de la globalización: borra la fuente en donde se produce, la torna anónima. Le dicen que no importa de dónde venga el producto, usted no tiene por qué saber esto. Después de Seattle, el jefe de la reunión de la OMC, dijo que la esta organización es la ‘Constitución del Mundo’. ¿Quién escribió la Constitución del Mundo? Monsanto, porque ellos escribieron la parte sobre los derechos de propiedad intelectual forzando a que sea necesario firmar tratados adicionales sobre este tema.
Siempre ha existido comercio, pero todo estaba basado en decisiones soberanas de los gobiernos respecto de lo que se debía intercambiar. Era comercio basado en soberanía. El nuevo comercio resta importancia a la soberanía. Los nuevos tratados incorporados a la OMC, no estuvieron antes en el Gatt1, son los tratados de propiedad intelectual que proclaman que las semillas son propiedad de Monsanto, porque la semilla es su creación. Ahora Monsanto está tomando el papel de Dios: “Hemos inventado la vida en la tierra, deben pagarnos regalías”. ¿En qué se traduce el pago de las regalías en lo referente a las semillas? Hemos aprendido una muy amarga lección. Antes era imposible para una compañía proclamarse inventores de la vida, porque una especie tiene su integridad, la vida tiene su integridad, su complejidad, etcétera. Si te molestas en poner un gen tóxico en una semilla y preparas un OGM2, no será este gen el que defina la reproducción de la próxima generación de semillas, sino la cadena original de la semilla en la que insertaste el gen tóxico. Así que la vida, en sí misma, no puede ser “ingeniada”, no es sujeto de la ingeniería. La introducción de un gen no es “ingeniería” de la vida.
La Navdanya, “el nuevo regalo”
Por ello empezamos Navdanya, para decir que esto es improcedente y que, además, una patente sobre una semilla significa que un campesino no puede guardar semillas. Los representantes de Monsanto combatieron este riesgo en la OMC, convertiendo en un delito al almacenamiento tradicional de semillas de los agricultores. Los derechos de propiedad intelectual fueron la criminalización de los derechos de guardar e intercambiar semillas. Esto constituye una clara violación a los derechos de la naturaleza y los derechos de los agricultores.
Empezamos Navdanya, que significa nueve semillas y al tiempo significa “el nuevo regalo”. El nombre de las nueve semillas lo aprendí de un agricultor indígena. Estaba haciendo selección de semillas y no estaba segura de que el concepto que circulaba en esa época, recursos genéticos3, fuese el apropiado para nuestro trabajo. Durante una investigación sobre recolección de semillas en un área y encontramos a un agricultor con nueve tipos de cultivos. Debido a mi oposición a los monocultivos, cada vez que veo a un agricultor con más de un cultivo, lo celebro. Le dije: tiene nueve cultivos, ¡qué bien!, el agricultor se volteó casualmente y me dijo: Sí, Navdanya… Le dije, me contestas como si fuese algo muy significativo, ¿lo es? Él me contestó: ¿No sabe usted nada? En ese momento entendí que puedes tener un PHD y en realidad no saber mucho.
No sabía que las nueve semillas recreaban los nueve planetas del sistema solar y que representaban el balance de la nutrición en nuestros cuerpos. Es una cosmología sobre la armonía ecológica de la vida, sobre la armonía nutritiva en nuestros cuerpos. Y ahí, me dije a mí misma: ¡Claro! Ésta es la palabra, porque las personas que están en Navdanya pueden enseñarnos sobre las maneras de recreación de la vida. Nya significa nuevo y Nav también significa “regalo”, y este es el nuevo regalo para la humanidad: la idea de que compartir no es un crimen, que los bienes comunes son vitales para nuestra sobrevivencia. Desde que empezamos este trabajo en 1987, declaramos todos los años que todos nuestros miembros –no se necesita dinero para ser miembro, solo firmar un compromiso– estamos comprometidos con la protección de la vida, la protección de la agrobiodiversidad; hemos recibido estas semillas de nuestros ancestros, que las han compartido y almacenado, y es nuestro deber seguir almacenando y compartiendo las semillas, por lo que no obedeceré ninguna ley que declare ilegal el cumplimiento de mi tarea por el futuro de la tierra y de nuestras comunidades.
Este juramento significa la búsqueda de la verdad, y la verdad de la vida en la tierra es que la vida en la tierra es íntegra, no salió del laboratorio de Monsanto. Entró a su laboratorio y ellos pueden haberla mutilado, torturado, etcétera, pero no se creó en el laboratorio de Monsanto. Por tanto, guardar las semillas y mantenerlas libres de patentes es un elemento vital para la democracia de la tierra.
Otro tratado, otra columna de la globalización es el acuerdo agrícola sobre la tierra. Este acuerdo fue escrito por el vicepresidente de Cargill, que es la corporación más grande del mundo en el comercio de granos. Se convirtió en diputado para integrar la delegación estadounidense sobre agricultura, y así escribió el acuerdo sobre agricultura. Este documento es terriblemente aburrido, no tiene nada que ver con la tierra, no menciona a los alimentos, no menciona a los agricultores. Menciona impuestos de mercado, exportaciones competitivas y subvenciones domésticas.
Entre las semillas de Monsanto y los contenedores de Cargill, existe una sociedad. Cargill lleva y comercia las semillas que le pertenecen a Monsanto. Alrededor del mundo, todas las semillas que Cargill comercia fuera de los EU, le pertenecen a Monsanto. Y Monsanto, por supuesto, procura comprar todas las compañías de semillas, pero, desde luego, no pueden. Ellos poseen el 95 por ciento de las semillas genéticamente modificadas que se comercian en el mundo, pero también poseen una buena parte de las semillas no modificadas genéticamente, compran aquellas compañías que producen semillas orgánicas para cerrar las divisiones de producción orgánicas de estas compañías. No quieren, bajo ninguna circunstancia, estas divisiones, por ello, constantemente impulsan leyes que declaran ilegales los bancos de semillas, a fin de que todas las semillas sean patentadas.
En India, introdujeron el algodón genéticamente modificado de manera ilegal. Pero estaban tan confiados sobre su dominio en el mundo que pensaban que en un año estarían vendiendo el algodón genéticamente modificado de manera legal. Conozco mis leyes, sé que se deben hacer una serie de experimentos e investigaciones para aprobar una semilla genéticamente modificada, tenemos una Ley de Semillas que requiere varios procesos de experimentación previa, pero ellos pensaban que introducirían en la India los cultivos genéticamente modificados tal como lo hicieron en EU, sin obedecer ninguna ley o como lo han hecho en otras partes del mundo. Demandamos en la Suprema Corte y fueron forzados a pasar por todos los procedimientos legales y científicos para su aprobación.
Solamente llevaron dos clases de semillas de papas para experimentar. Recuerdo que fuimos una vez a una granja fuera de India para ver un experimento. Todos los años salen con la misma cosa, con que crearon un nuevo producto, una nueva calidad que siempre termina siendo una farsa. Decían haber incrementado la proteína en una papa, al poner genes de amaranto en ella. Por supuesto, el amaranto es muy proteico, es casi 40 por ciento de proteína. El problema con estas papas es que solo pudieron incrementar un pequeño porcentaje de proteína adicional y no sabían a papa. Estoy segura de que las papas en India tienen un alto nivel de proteína porque no “importan” la proteína de fuera, no la crean en laboratorio, y saben a papas. Pero una vez que vuelves un alimento en commoditie, ya no importan sus propiedades o para qué será usado. Si cultivo alimentos para comer, debo saber cómo se debe ver, cuál es su sabor, sé que esta clase de papa debe ser cocinada de esta manera, sé cómo deber ser preparado este arroz; una clase de arroz será buena para el estofado, otro será bueno para el arroz relleno, otro será bueno para los niños, otro será bueno para los ancianos, etcétera. Tenemos todo ese saber gracias a la diversidad. Pero cuando un alimento ha sido transformado en un commoditie, no importa. Irá a la industria del almidón. En Europa, a lo largo de un juicio contra una papa modificada genéticamente, se ha fallado a favor de esta papa bajo el argumento de que no será utilizada para consumo humano sino como fuente de almidón. Así han tratado de aprobarla, diciendo que una papa no es para comer. ¿Para qué cultivas una papa si no es para comer?, ¿acaso harán marcos para ventanas con las papas?, ¿de qué hablan?
Tomen el ejemplo de la soya, un cultivo que se usaba para comer y de repente existe un movimiento mundial para impedir la producción de la soya. No porque sea malo producir soya, sino que los acres de tierra que han incrementado los cultivos de soya en Argentina, Brasil, EU, serán transformados en combustible para autos, para torturar al material de la soya y fabricar, pienso. ¡Pero las vacas no quieren soya, lo que quieren es pasto! Su estómago está diseñado para procesar el pasto, son herbívoras; ahora no, de repente proclaman: ¡no comen pasto!
¡En EU la situación es una locura! El 70 por ciento de los cultivos va para el balanceado del alimento de las vacas, el 30 por ciento va para los agrocombustibles, ¿y todavía se piensan a sí mismos como el país super abastecedor de alimentos? ¡Ya no hay alimentos para abastecer a la gente después de la ganadería y el combustible! Este tipo de producción está creando falsa escasez. La primera falsa escasez es la de la biodiversidad. En la India, el algodón BT ha destruido 1500 variedades de algodón que solíamos sembrar. El precio del algodón ha subido de cinco y siete rupias, a 3200 el kilogramo, de estos cada 2400 rupias son derechos de royalties (regalías) pagadas a Monsanto, eso significa 200 millones de dólares anuales que le llegan a Monsanto sentados allá en su oficina de San Louis. Han quebrado a las compañías de India y las han comprado, controlan la industria del algodón, y han reemplazado a los señores de la tierra (terratenientes), convirtiéndose ahora en los señores dueños de la vida.
Los señores de la vida, que ahora se sientan a mirar cómo sus ganancias por propiedad intelectual se incrementan, mientras los campesinos se quiebran el lomo para poder pagar estas constantes tarifas que imponen las regalías y que alimentan a las corporaciones. Además, estas semillas han traído nuevos insectos y enfermedades desconocidas, compañías como Monsanto aparecieron ahora con una nueva generación de pesticidas y venenos más potentes como el Round Up y BT2. De hecho, ahora tienen un paquete que se llama el “paquete inteligente” o el “paquete g” para los organismos genéticamente modificados. Y no puedo evitar recordar una cita de Einstein que sostiene que “una señal de demencia es continuar haciendo lo mismo una y otra vez esperando un resultado distinto”. Monsanto utiliza genes tóxicos que han fallado en su intención de controlar las enfermedades, y esperan que doblando la carga tóxica de los genes logren milagrosos 16 resultados. Eso es demencial.
Los pobladores ancestrales siempre lo supieron, los campesinos que han pagado enormes sacrificios lo supieron; 200.000 campesinos indios cayeron en severas deudas, tanto que muchos, incluso, optaron por el suicidio, éstas son las estadísticas oficiales en India y todo comenzó con la globalización. Otro tratado similar es el Acuerdo General de Servicios y Comercio. Según este acuerdo, todo lo que existe bajo el sol es un servicio. El agua es un “servicio”, por ejemplo. Y todos los seres de la tierra son “proveedores de servicios”. Pero hay algo extraño en este tratado porque, si miran el sector de las semillas, cinco grandes corporaciones controlan este sector; si miran el comercio del sector alimentario cuatro grandes compañías controlan su comercio; si miramos la privatización del agua, cinco compañías controlan su privatización. Alrededor del mundo, la gente y los pueblos están diciendo, la comida no es un comodittie, el agua no es un comodittie, y la gente está luchando.
En el caso de los alimentos, la conversión de la comida en commodities no solamente ha empeorado su calidad… Por cierto, debo decirles honestamente que no puedo comer en EU. Me compro un pastelillo y me sabe amargo, porque mi lengua está todavía acostumbrada a los endulzantes naturales. Y cuando se habla de las terribles consecuencias de la industria alimenticia en EU, lo puedo comprobar por mí misma. Lo sé, no sabe a comida. Ni siquiera puedo lograr terminar un huevo, en serio, no puedo, porque todo tiene muchos preservantes y extraños sabores que no vienen de la comida.
Recuerdo que llevé un grupo de mujeres a un Festival Cultural de la Unesco en España y tuve el cuidado de pedirles que lleven algunas de las semillas que hemos preservado para que se muestren en el festival. Las semillas de mango son una comida que nosotros llamamos, “la comida olvidada” porque son alimentos que solíamos utilizar para comer pero que ya hemos perdido la costumbre de hacerlo; y al tercer día, las mujeres se me acercaron y me preguntaron ¿podemos tomar estos paquetes de semillas para comer?, les pregunté: ¿Por qué, acaso no les han dado comida? Y me contestaron: No, no podemos comer aquí, ¡Es abuction! (en hindi). ¿Qué significa abuction? Es algo tan desagradable, tan despreciable, tan deshecho que no se puede comer. La comida se ha degradado, el suelo se ha degradado, 70 por ciento del agua utilizada en el mundo es para la industria y la agricultura industrial destruye los ecosistemas. A través de este modelo alimentario se han destruido, 8500 especies de plantas que se utilizaban en India. Hoy, con el sistema de comercio globalizado, solo ocho son comerciadas globalmente y de ellas cuatro se siembran en el suelo de la India, las cuatro tienen patentes: maíz, sorgo, soya y algodón. Eso es todo. ¿Pueden imaginar la pobreza de nuestros ecosistemas?
Pero hay otra pobreza, el 40 por ciento de todos los impactos de los gases de efecto invernadero pueden ser atribuidos a la industria globalizada de alimentos. Este sistema, también está haciendo que la producción de alimentos sea más vulnerable, en la medida en que la temperatura se incrementa, los glaciares se derriten, el agua desaparece. Las represas se intensifican y causan más y más inundaciones.
Nuestro trabajo en Navdanya, que está por cumplir dos décadas y media, muy cuidadosamente nos ha permitido medir que las granjas que cultivan y crecen en medio de biodiversidad, que producen alimentos orgánicos en pequeña escala, en un determinado momento se transforman en abastecedoras de alimentos, es decir, se convierten en las granjas que utilizan monocultivos y agroquímicos, quebrando el anterior patrón de cultivos. Entonces, la idea de que debemos industrializar la agricultura sacando a nuestros agricultores tradicionales fuera de sus tierras, es una idea extremadamente distorsionada. Esta es la idea que se ha convertido en una Ley de la Tierra en India, es además la idea que está sirviendo de modelo para la Ley de la Tierra en África. El Presidente Obama vino a la India recientemente y solo habló de dos cosas; la primera fue vender aviones de combate para Boeing, justificándolo al decir: “quiero crear 15.000 puestos de trabajo para los estadounidenses”. Algo está mal, si la mayor superpotencia del mundo, tiene que mendigar empleos en la otra parte del mundo. Algo está terriblemente mal con la economía. La otra cosa que dijo es que quería que India se sume a las iniciativas de EU para introducir los OGMs y la agricultura industrial en África, puesto que “éste es el futuro de la seguridad alimentaria”.
Derechos de la naturaleza
Cualquier seguridad de la que se trate en este mundo, la de la biodiversidad, la alimentaria, de la supervivencia o cualquier otra que se pretenda, tiene en los ecosistemas protegidos por la diversidad y la naturaleza y que trabajan con estos, los mejores elementos para la seguridad. Porque estos ecosistemas funcionan mejor para y con la gente también.
Es por ello que el tema de los derechos de la naturaleza se vuelve tan interesante en nuestros tiempos. Porque el mundo ha atravesado 500 años de colonialismo, otros 50 años de neocolonialismo que lo hemos llamado “desarrollo” y otros 10 o 20 años de colonialismo recargado que llamamos globalización. Todo este mundo empieza a despertar de este mito que advierte que “si protegemos la naturaleza la gente tendrá cada vez menos”, y solo a través de la explotación y destrucción de la naturaleza podemos proveer más a los seres humanos; y por ello, debemos destruir, pedazo a pedazo, el mundo, debemos destruir cada bosque, cada selva, para poder tener crecimiento. Creo que estamos en un momento en donde este mito ha colapsado. No es capaz de proveer bienestar humano a ningún nivel. Así que, incluso para proveer bienestar a los humanos ahora debemos cambiar el modo y encontrar una nueva manera, y esa nueva manera es poner a los derechos de la naturaleza en primer término. Sobre la base de esos derechos de la naturaleza y la protección de la naturaleza, será posible que tengamos más agua limpia. Si nuestros ríos están protegidos tendremos más agua para nosotros.
Las mujeres eliminarían el hambre en el mundo en el mismo periodo en el que las mineras claman que erradicarán el hambre en una aldea mediante la extracción de oro. Las mujeres erradican de hecho el hambre, al proteger la biodiversidad, apoyar las pequeñas granjas, defender los sistemas de comida local, y solamente intercambiar (comerciar) aquello que no podemos sembrar en nuestros suelos.
¡Ese es el futuro! Proteger los derechos de la tierra, también nos protegemos nosotros. La idea de que los derechos humanos son opuestos a los derechos de la tierra es ecológicamente falsa, filosóficamente falsa, y es otro mito creado por esa antigua modernidad que pensaba que la naturaleza estaba muerta, la gente era estúpida y solamente las corporaciones podían crear riqueza. La naturaleza nos da riqueza, la gente maneja esa riqueza al co-crear con la naturaleza, y esto es cada vez más fácil de apreciar en cualquier población a lo largo del mundo.
En India tenemos un muy antiguo y ancestral concepto sobre ser la familia de la tierra; pero no somos la única familia que vive en este planeta, somos una comunidad de la tierra, y debemos de vivir de tal forma que no desplacemos el espacio ecológico de ningún otro ser –que no se reduce solo al ser humano, sino a cualquier especie viva–. Este pensamiento supone un punto de partida bastante diferente al del crecimiento económico. El paradigma del crecimiento económico dice explota rápido, convierte a la naturaleza en dinero y tienes una solución mágica, pero como los nativos americanos dijeron, “solo cuando hayas matado el último pez y cortado el último árbol te darás cuenta de que no puedes comer el dinero”.
Los globalifílicos dicen que “los anti-globalizadores solamente saben a qué se oponen, pero no saben a favor de qué están”. Y mi respuesta permanente fue: estamos en contra de su avaricia, en contra de su explotación, estamos en contra de la injusticia que están perpetrando, porque sabemos a favor de qué estamos. Estamos a favor de la sustentabilidad, estamos a favor justicia y a favor de la paz. Y ese fue el debate contra el crecimiento que recoge “La Democracia de la Tierra”.
Pero este cambio tan singular está pasando en todas partes. Cuando ustedes ven la misma fotografía de AP en cada periódico del mundo podemos dar cuenta de que la noticia es programada, porque normalmente, diferentes medios deberían tener diferentes fotografías. Debería haber foto-diversidad. Pero cuando las cosas pasan espontáneamente en diferentes partes del mundo, puedes estar seguro que hay una gran corriente de cambio, que está creando verdaderas placas tectónicas en la consciencia de la gente. Por ejemplo en el Reino de Bután, cuyo Primer Ministro quieren volver su producción orgánica al 100 por ciento. En la actualidad es 70 pero quieren llegar al 100 por ciento. Algunos años atrás confirmaron que no medirían más el Producto Interno Bruto (PIB) porque es una falsa manera de medir cómo se va desempeñando el Reino. Plantearon medir la Felicidad Interna Bruta, y de hecho lo hicieron con 72 indicadores. El Gabinete debatía si deberían unirse o no a la OMC. Revisaron sus 72 indicadores y se dieron cuenta que la gente estaría descontenta con las consecuencias de adoptar las reglas para entrada a la OMC; entonces decidieron no entrar y así preservar su Felicidad Nacional.
La felicidad, por supuesto, puede parecer un término vacuo, pero la felicidad supone riqueza, que incluye la riqueza material, pero también incluye la espiritual y cultural. Ellos tienen cuatro pilares de sus índices de felicidad, que creo deberíamos tener en cuenta para profundizar sobre los derechos de la naturaleza en nuestras constituciones: 1) Armonía con la naturaleza 2) Dignidad y orgullo de la cultura local 3) Respeto a los ancianos y, 4) un Desarrollo Sostenible que respete todo lo anterior.
Estos cambios no son triviales. Cuando miran a su alrededor y miran la organización del mundo, tienen por una parte, unas pocas corporaciones que pueden, literalmente, controlar todo el planeta, todos sus recursos, tratando de controlar todos los gobiernos y convertirlos en Estados favorables a las corporaciones –por tanto, destruyendo la democracia–, y utilizando los recursos no renovables como si fuesen a durar para siempre. El petróleo en el Medio Oriente, por ejemplo.
Por otra parte, ustedes tienen 300 millones de especies a quienes podemos escuchar si queremos escuchar. Los pueblos indígenas lo hacen. Sé de tribus en India que lo saben exactamente; ellos dicen, “No, los venados no nos han dado su permiso para cazar”. Ellos piden permiso antes de cazar. Pescadores que pueden ver a varias millas de distancia en el océano cuantos cardúmenes de peces están cerca, qué otras especies están con ellos, dónde debería instalarse la red para atraerlos. Esta clase de inteligencia con la naturaleza está ahí, esperando ser aprendida. Esperando ser enseñada. Seis mil millones de personas de las cuales, la mitad está extremadamente vitalizada hacia los derechos de la naturaleza y otros están empezando a volverse sensibles a ello.
Luego tienes a la sociedad del consumo, del úsalo y tíralo, con sus grupos de privilegio diciéndole a más y más gente que no los necesitan. Incluso tienen una palabra para ellos, los llaman “personas redundantes”. ¿Cómo puede alguna persona, algún ser humano ser “redundante”? Los llaman “desechables”.
Solían decirnos que hemos sido lo suficientemente inteligentes como para crear el Estado de Bienestar y la seguridad social, pero esto ha sido desmantelado, ahí donde alguna vez existió; entonces todos seremos dejados de lado sin ninguna forma realista de seguridad social, así que tenemos que crear nuestra propia forma de seguridad, ¿de dónde crearemos estas forma de seguridad? Ahí es cuando los derechos de la naturaleza toman su lugar. La seguridad vendrá de nuestro respeto a la naturaleza y emergerá de la naturaleza en la medida en que encontremos formas colectivas de auto-sostenimiento.
Auto-sostenimiento colectivo, significa que construimos comunidad, que donde tenemos comunidad hay que defenderla, y donde la hemos perdido hay que recrearla. De la misma manera, cada espacio y aspecto del mundo que las grandes corporaciones desearían privatizar, lo defendemos ferozmente como nuestros bienes comunes; el agua es un bien común, las semillas son un bien común, los bosques y selvas son bienes comunes; el mar es un bien común, el aire es un bien común.
Porque, en definitiva, el asunto es que todos los bienes comunes son parte de la atmósfera que, desde luego, es un bien común que nos pertenece a todos y todos tenemos el derecho a compartirla, y no el derecho de los contaminadores, de primero contaminarla y repartirse ahora toda la atmósfera a través de los mercados de carbono.
El sistema dominante que está extendiendo su vida a través de las subvenciones de los gobiernos, es como un paciente en terapia intensiva, pero el oxígeno se le está acabando. Seis mil millones se les han pagado para salvar a los bancos, ya no hay mucho más para expropiar a la sociedad, ya no hay mucho para sacar de las arcas públicas de los gobiernos y del dinero público. Este sistema no puede continuar, quizá cinco años más, quizá diez años más, prefiero que dure lo menos posible. Necesitamos otro sistema, y ese otro sistema es la Democracia de la Tierra, ese otro sistema es el reconocimiento de que somos solo una más entre otras especies, que tenemos el deber de proteger a las demás pero, tal como todas las especies sobre la tierra que tienen el derecho de desarrollarse y proveerse del alimento que les da la tierra, nosotros también tenemos estos derechos fundamentales al agua y la comida. Estos derechos humanos están íntimamente conectados con los derechos de la naturaleza que son, desde mi punto de vista, los más significantes derechos humanos, la más importante lucha por la democracia de nuestros tiempos, es el más importante aspecto para la justicia, para la paz y para la sostenibilidad.
Las cosas pasan a tal velocidad que es posible que aquellos que les gustaría pensarse al margen de los problemas, no serán capaces de adaptarse a crisis como las del África, pero aquellos que han sido enseñados por la naturaleza, con la tierra y que digan: “Somos parte de ti madre tierra y estamos aquí para protegerte, te defenderemos con toda nuestra energía, con todo nuestro amor, todo nuestro cuidado”, esa energía es la que realmente podría hacer posibles los cambios.
* Adaptación de la conferencia magistral, realizada en 26 de noviembre de 2011, Quito-Ecuador.
** Científica, filósofa y escritora india. Activista a favor del Ecofeminismo, recibió el premio Nobel Alternativo en 1993, el Global 500 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y el premio Internacional del Día de la Tierra, también de Onu.
Vandana con su decidida participación en el movimiento Chipko ha sido ejemplo e inspiración para nuestras luchas en defensa de la naturaleza y sus pueblos.
1 Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, por sus siglas en inglés.
2 Organismo Genéticamente Modificado.
3 En 1987 no existía aún el concepto de biodiversidad. La biodiversidad se empleó a partir de la Conferencia Mundial sobre Diversidad Biológica, que conceptualizó la biodiversidad como la diversidad de formas de vida. En ese momento, solamente teníamos el concepto de recursos genéticos. Pero en cualquier otra lengua, este concepto se traduce como átomos de la planta. Y si vas con un agricultor y le dices “guarda los átomos de la planta”, el agricultor diría ¿pero qué son los átomos? Y luego tendrías que desarrollar toda esta larga discusión sobre el ADN y los genes que, de todas maneras, es incorrecta porque la vida no se reduce a los genes. La vida es mucho más.
Principios de la Democracia de la Tierra*
1. Todas las especies, pueblos y culturas tienen un valor intrínseco: todos los seres son sujetos dotados de integridad, inteligencia e identidad, y no objetos susceptibles de convertirse en propiedad de otros, de ser manipulados, de ser explotados o de ser desechados. Ningún ser humano tiene derecho a ser dueño de otras especies, de otras personas o de los conocimientos de otras culturas por medio de patentes y otros derechos de propiedad intelectual. 2. La comunidad de la Tierra es una democracia de toda la vida en su conjunto: todos somos miembros de la familia de la Tierra y estamos interconectados a través de la frágil red de la vida del planeta. Todos tenemos el deber de vivir de un modo que proteja tanto los procesos ecológicos de la Tierra como los derechos y el bienestar de todas las especies y de todas las personas. Ningún ser humano tiene derecho a inmiscuirse en el espacio ecológico de otras especies y de otras personas ni a tratarlas con crueldad y violencia. 3. Debe defenderse la diversidad en la naturaleza y en la cultura: la diversidad biológica y cultural constituye un fin en sí misma. La diversidad biológica es un valor y una fuente de riqueza (tanto material como cultural) que crea condiciones para la sostenibilidad. La diversidad cultural genera condiciones para la paz. Todas las personas tienen la obligación de defender la diversidad biológica y cultural. 4. Todos los seres tienen un derecho natural a su sustento: todos los miembros de la comunidad de la Tierra, entre los que se incluyen todos los seres humanos, tienen derecho a su propio sustento, es decir, a la comida y al agua, a un hábitat seguro y limpio, a la seguridad del espacio ecológico general. Los recursos vitales para tal sustento deben seguir siendo comunales. El derecho al sustento es un derecho natural porque es el derecho a la vida. Son derechos no otorgados por los Estados ni por ninguna gran empresa, y tampoco pueden ser anulados por acción estatal o empresarial alguna. Ningún Estado y ninguna compañía empresarial tiene derecho a cercenar ni a debilitar estos derechos naturales, ni a cercar los ejidos que sostienen la vida. 5. La Democracia de la Tierra está basada en las economías vivas y en la democracia económica: la Democracia de la Tierra se basa en la democracia económica. En la Democracia de la Tierra, los sistemas económicos protegen los ecosistemas y su integridad; protegen los medios de vida de las personas y satisfacen sus necesidades básicas. En la economía de la Tierra, no hay personas ni especies culturales imprescindibles. La economía de la Tierra es una economía viva. Está basada en sistemas sostenibles, diversos y pluralistas, que protegen la naturaleza y las personas, que son elegidos por éstas y que obran por el bien común. 6. Las economías vivas están levantadas sobre economías locales: es en el nivel local donde más cuidadosa, creativa, eficiente y equitativamente se consigue la conservación de los recursos de la Tierra y la creación de medios de vida sostenibles y satisfactorios. La localización de las economías es un imperativo social y ecológico. Sólo deberían ser producidos de forma no local y comercializada a larga distancia aquellos bienes y servicios que no pueden ser producidos localmente –es decir, empleando recursos y conocimientos locales. La Democracia de la Tierra está basada en unas economías locales vibrantes que sostienen, a su vez, economías de alcance nacional y global. En la Democracia de la Tierra, la economía global no destruye ni aplasta las economías locales; tampoco genera personas prescindibles. Las economías vivas reconocen la creatividad de todos los seres humanos y crean espacios para que las diversas creatividades alcancen la plenitud de su potencial. Las economías vivas son economías diversas y descentralizadas. 7. La Democracia de la Tierra es una democracia viva: la democracia viva se basa en la democracia tanto de la vida en su conjunto como de la vida cotidiana en particular. En las democracias vivas, las personas pueden influir en las decisiones que se toman sobre los alimentos que consumimos, el agua que bebemos y la sanidad y la educación de la que disponemos. La Democracia de la Tierra se basa en la democracia local; en ella, son las comunidades locales –organizadas sobre los principios de inclusión, diversidad y responsabilidad ecológica y social- las que gozan de la máxima autoridad en aquellas decisiones relacionadas con el medioambiente y los recursos naturales, así como con el sustento y los medios de vida de las personas. La delegación de autoridad en niveles de gobierno más distantes se realiza conforme al principio de subsidiariedad. La autonomía y el autogobierno son los cimientos de la Democracia de la Tierra. 8. La Democracia de la Tierra está basada en unas culturas vivas: las culturas vivas promueven la paz y crean espacios libres para la práctica de religiones diferentes y la adopción de credos e identidades distintas. Las culturas vivas permiten el florecimiento de la diversidad cultural partiendo del terreno de nuestra humanidad común y de nuestros derechos compartidos como miembros de una comunidad de la Tierra. 9. Las culturas vivas nutren la vida: las culturas vivas se basan en la dignidad de (y el respeto por) la vida en su conjunto (humana y no humana), las personas de todos los géneros y culturas y las generaciones presentes y futuras. Las culturas vivas son, pues, culturas ecológicas que no favorecen estilos de vida ni pautas de consumo y producción que sean destructivas para la vida, ni la sobreutilización y la explotación de los recursos. Las culturas vivas son diversas y están basadas en la veneración por la vida. Las culturas vivas reconocen la multiplicidad de identidades basadas en el lugar y en la comunidad local, pero, al mismo tiempo, reconocen también una conciencia planetaria que vincula al individuo con la Tierra y con la vida en su conjunto. 10. La Democracia de la Tierra globaliza la paz, la atención y la compasión: la Democracia de la Tierra conecta a las personas mediante círculos de asistencia, cooperación y compasión, en lugar de dividirlas mediante la competencia, el conflicto, el temor y el odio. Frente a un mundo de codicia, desigualdad y consumo excesivo, la Democracia de la Tierra globaliza la compasión, la justicia y la sostenibilidad.
* https://www.nodo50.org/codoacodo/abril2009/vandana.htm
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