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Conservar o Intervenir. El bienestar de Bogotá es intocable

Conservar o Intervenir. El bienestar de Bogotá es intocable

El pasado miércoles 17 de febrero se llevó a cabo en la Universidad de los Andes el conversatorio “El futuro de la reserva forestal Thomas van der Hammen” con la participación de Julio Carrizosa (Miembro Honorario de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales), Fernando Viviescas (arquitecto y urbanista de la Universidad Nacional), Manuel Rodríguez Becerra (presidente del Foro Nacional Ambiental), el alcalde Enrique Peñalosa, y actuando como moderadora la periodista María Jimena Duzán.


Dentro de lo destacado del Foro resaltamos los argumentos expuestos de parte y parte: en pro de la conservación o por el contrario la intervención de la reserva con el propósito de construir allí el proyecto inmobiliario Ciudad Paz, debate en el cual el único contradictor y defensor de la urbanización fue el burgomaestre Enrique Peñalosa, el resto de los presentes argumentaron en favor de preservación de esta reserva ambiental.

Peñalosa, con un tono arrogante, argumentó que con la urbanización del 93 por ciento de la reserva forestal se pretende crear un sendero ecológico, panorámico y “rompefuegos”, beneficioso para el proyecto urbanizador –y de paso para la ciudad– que tiene por nombre “Ciudad Paz”. En estos días, donde el cliché de la palabra sobrepasa su práctica, arguye –evidenciando mucha firmeza, pero pocos argumentos– que donde antes existían “potreros” ahora habrán parques ecológicos con el 7 por ciento de humedales que tiene la reserva, con vías como la Avenida Longitudinal (Alo) y muchos kilómetros de ciclorrutas, pues la reserva “bloquea el desarrollo de la ciudad y la movilización de la misma”, ciudad que viene creciendo exponencialmente en su número de habitantes, todo lo cual, según el alcalde, evidencia la necesidad de urbanizar esta parte de la zona norte bogotana.

Ante estos postulados, las críticas no se hicieron esperar. Gonzalo Andrade, investigador de la Universidad Nacional y miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas de forma meticulosa efectúo un recuento de los 51 estudios realizados desde el año 1800 acerca de las condiciones del territorio que ahora es constituido como reservas del borde norte de Bogotá. Estos estudios se especializaron en materia de flora, fauna y recursos naturales hídricos, argumento más contundente que los trinados por el alcalde, quien los considera simples “potreros”, siendo esta reserva el sitio más analizado de Bogotá según Andrade. Otro aspecto importante desprendido de las críticas fue el reencauche exacto que Peñalosa retomó de los argumentos ya presentados por su parte en 1999, durante su primera administración, sin cambiar siquiera los videos presentados en aquella ocasión, aseveró Manuel Rodríguez.

Rodríguez –que hizo parte del debate adelantado en 1999– mencionó en el conversatorio que Peñalosa “no ha dado un solo argumento diferente a los que presentó al panel de expertos hace 16 años”, rechazado en ese momento por el panel de expertos que sentenció que el ecosistema localizado en la Van der Hammen tiene un gran valor ecológico y, por consiguiente, debe ser protegido.

Por su parte Julio Carrizosa arremetió contra Peñalosa y su argumento, pues bajo un discurso de ‘protección’ pretende construir en zonas agropecuarias y protegidas con la excusa de la necesidad de urbanizar, cuando hay la posibilidad de hacerlo en otros lugares que no tengan igual importancia para el medio ambiente de Bogotá, donde la Tingua, el Chirriador, el Cucarachero, el Chamicero y las 23 clases de mariposas no tengan que salir volando de su hábitat sin rumbo a causa de un capricho del alcalde y sus contribuyentes de campaña electoral, a pesar de lo estudiado y realizado por la administración anterior en la reserva.

 

 

Y no es para menos la oposición levantada desde diversos sectores de la ciudad contra la pretención de Peñalosa, pues según la ley existe una prohibición para construir las 1.400 hectáreas de la reserva, por lo que solo se podría proceder en las 2.000 hectáreas que actualmente hacen parte del Plan de Ordenamiento de la zona norte en donde no se daña ninguna zona protegida.

Ante esto, la estrategia del Alcalde para modificar la reserva consiste en sustituirla por corredores ambientales (ver mapa), donde se esbozan los planes para la Van der Hammen, evidenciando en el primero –de izquierda a derecha– la delimitación actual de la reserva marcada en color verde oscuro; el segundo la propuesta de propietarios de predios para liberar sus suelos de la reserva en 2011 y crear los corredores ecológicos que conectarían los cerros con el rio Bogotá y, por último, la propuesta del Alcalde y su secretaría de ambiente con corredores ecológicos –mostrados en verde claro– unidos con las vías principales de la ciudad.

 

 

Estos mapas evidencian, en últimas, el ánimo depredador del alcalde Peñalosa, echando en saco roto los estudios hechos por Thomas Van der Hammen y su grupo de investigación en esta zona rica en biodiversidad, que lleva cuatro años destinados a su recuperación y rehabilitación.

En contra de la evidencia natural y científica, entre bambalinas, Peñalosa, intenta devolver favores a los contribuyentes urbanistas de su campaña electoral, pretendiendo densificar la ciudad en sus límites, botando por el caño los planteamientos del centro ampliado y densificación de éste.

Para finalizar una perla, lo dicho sin vergüenza alguna por el secretario de ambiente distrital Francisco Cruz, quien declaró que “no hay reservas intocables”, pareciendo más un secretario de hacienda con intereses oscuros que otra cosa.

Hay que impedir que arrasan con esta reserva ambiental, Es necesario que entiendan que el aire que respiramos es de todos y todas, que se trata del bienestar de la gente para que hoy, mañana y en un futuro se pueda vivir dignamente, que entiendan que especular con un bien común e invaluable como el aire y agua no es propio de líderes serios… vendiendo el futuro hasta de sus hijos, que a diferencia de los del panadero estarán en Estados Unidos o Europa gozándose las ganancias de lo que nos privatizaron.

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