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De la Bogotá Humana a Bronxgotá Para Todos.

De la Bogotá Humana a Bronxgotá Para Todos.

“[…] las fronteras que separan los campos de la opresión y el de resistencia se han vuelto tenues y difusas, porque los de arriba aprendieron que deben disimular sus intenciones con discursos “políticamente correctos” .

 

Las noticias sobre aquellas personas que están arrojados a la calle, los mal llamados “habitantes de la calle”, los leprosos modernos, cada día son peores. Su dificil malvivencia sufrió un agravamiento desde que el pasado 27/28 de mayo fue allanado el Bronx por efectivos de la Policía, Fiscalía y otros entes del Estado distrital y central.

Esta intervención cada día es más cuestionada, pues tras los supuestos propósitos de control de una zona donde el expendio y comercio de estupefacientes era realizada a la luz del día, se esconde su verdadero propósito: avanzar en el control de un territorio para entregarlo a la especulación urbanística, la cual a paso lento pero continúo avanza por el centro de la ciudad y sus contornos, expulsando de sus moradas y territorios a sus habitantes de siempre. El barrio San Bernardo es el que sigue, y hacia él apuntan todas sus baterías los negociantes de la Lonja de Propiedad Raíz, con el beneplácito –por lo menos– de quien habita desde el 1 de enero pasado el Palacio Liévano.

Golpeado y roto por un palo, como si de un nido de avispas se tratara, quienes tenían el Bronx como su casa, salieron volando, dispersos en diferentes direcciones, picando allí y allá, a quienes encontraron a su paso. Las quejas de los afectados se hicieron sentir, evidenciando unos y otros –los picados como los que picaban– que la Alcaldía destruyó la casa de quienes habitaban el Bronx sin tener un plan exacto para proceder con ellos. Pero lo más grave, desconociendo las políticas puestas en marcha para esa población por el gobierno Distrital que lo antecedió.

San Bernardo, la sexta, la 30

Tras el palazo –en realidad balazos, golpes, hostigamiento, gases lacrimógenos–, cientos de los desalojados buscaron nuevo sitio para dejar caer sus humanidades, para reposar de la persecución policial, para consumir basuco, para rebuscar unas monedas. Dispersos por La Caracas, La 13, la 6, la 30, el barrio San Bernardo, La Estanzuela, Mártires, Santa Fe, “afearon” la ciudad. Ni en una ni en otra parte, alguien los quiere, todos desean que los saquen de allí, todos exigen que no meroden por sus lugares de tránsito o de habitación.

Pero en alguna parte hay que parar, en alguna parte hay que buscar un hueco o un rincón para dormir. Y la parte baja del puente de la calle 6 con carrera 30, por donde corren las aguas de la quebrada Comuneros –ahora un simple hilo de agua– fue el elegido por cuatro centenares de ellos para levantar cambuche.

Lo impensable. Ese simple hilo de agua, por efecto de fuertes aguaceros caídos en la parte superior de los Cerros Orientales el 16 y 17 de agosto, quedó transformado en lo que alguna vez fue: una quebrada con potencia de agua, la cual bastó para arrastrar, ahogar, maltratar, en fin, dejar en malas condiciones a muchos de ellos. ¿Cuántos? Las voces de algunos de quienes sufrieron esta pesadilla aseguran que no menos de veinte murieron, pero hasta ahora no hay registro en Medicina Legal que así lo confirme, aunque sí hay confirmación de centros de salud de que dos docenas de ellos quedaron afectados por golpes, hipotermia y otras dolencias. Pero como sucedía antes en el Cartucho y luego en el Bronx, la muerte de los nadie poco importa, entonces no es raro que los cuerpos de varios de ellos hayan terminado en algún recodo del caño, para luego ser recogidos sin revuelo, al fin y al cabo, ¿quién reclama por su cadáveres?

Menosprecio e improvisación

La segunda administración Peñalosa llegó negando –a barrer con– todo lo hecho por su antecesor: nada de lo realizado por la Bogotá Humana sirve, y si lo heredado es factible de ser vendido pues mucho mejor.

Las políticas públicas construidas para humanizar la cotidianidad de estos leprosos modenos, deambulantes de la ciudad, también sufrieron el desprecio del Gerente que ahora habita el Palacio Liévano.

Niegan una realidad y un acierto. Niegan el proceso diseñado e implementado por la administración Petro para atender esta población, empobrecida, negada, excluida, enferma, adicta, violentada, enrutado, primero que todo hacia valorar la condición de humanidad de esas miles de personas que cada día se daban cita –luego de ser expulsadas de El Cartucho, ¿casualmente? durante la primera administración Peñalosa– en El Bronx. Y, segundo, les brindaba una esperanza de vida.

Lo definido fue elemental: Al ser tan complejo el entramado de relaciones delictivas, y tan interconectadas, se sabía por lógica que no podía realizarse simplemente una acción punitiva respecto a los Ciudadanos en Habitabilidad en Calle (CHC), ya que estos no son más que víctimas de un sistema económico que en su misma lógica los deja consumiendo el residuo más bajo de un negocio que tiene muchos senadores, concejales, alcaldes, etcétera, financiados por quienes ellos deberían atacar.

Bajo esta óptica, y en el trascurso de muchas reuniones, se coordinaron acciones inter e intrainstitucionales, siempre buscando que las acciones por emprender fueran lo menos traumáticas tanto para el CHC como para la ciudadanía en general, intentando no caer en asistencialismos, generando procesos para lograr el restablecimiento de sus derechos. Como lo demostraron los hechos, acciones emprendidas poniendo el pellejo en juego, como le sucediera a nuestro compañero Óscar Javier Molina Trujillo.

Sabiendo que esta problemática no se resuelve bañándolos, alimentándolos y vistiéndolos, y que el tiempo es un factor determinante para reducir el daño ocasionado por el consumo de estupefacientes, las acciones fueron enfocadas hacia construir en la práctica. Muchos la llamaron improvisar, pero en realidad se trataba de ganarle terreno a la degradación que lleva al olvido del sentido de humanidad hacia esa misma población. Adecucación de casas para pasar el rato, para compartir, para realizar algunas tareas, consumo controlado, etcétera, iba cambiando el entorno de esta parte de la ciudad.

Y no era para menos. “El único Estado que conocemos es el “tombo” que nos casca y Bienestar Familiar que nos quita los chinos”, aseguró en alguna ocasión una futura mamita usuaria de la “La Libelulosa”, una Casa de desarrollo integral para la primera infancia adecuada en este degradado y despreciado sector de la ciudad. Así, el Estado iba presentando otra faseta de lo que debe ser. Fue así como la alcaldía Progresista afrontó un problema al cual toda la sociedad le había hecho el quite.

Hoy, cuando el problema “solucionado” mediáticamente por el Gerente por la semana en que necesitaba le aprobaran su Plan de Gobierno, la realidad muestra como la Alcadía señalada y denunciada por “improvisación” tenía razón. Pero los primeros frutos que arrojaba tal intervención, con prioridad y valoración del ser humano y sus derechos, ahora violentados, terminaron rotos y su población de nuevo violentada, negada, para ser dispersada por toda la ciudad y el país: se empiezan a conocer los casos de –como dice la gente– camionadas de “locos” –Ciudadanos en Habitalidad en Calle– que están empezando a llegar de manera extraña. en horas de la madrugada, a distintos sitios del país; y con ellos las problemáticas asociadas al consumo de droga, amenazas, y demás fenómenos asociados a esta realidad.

Manipulación

Para terminar, resaltar que esta acción, así como muchas de las tomadas por la actual administración, no se enmarca en lo leído en su Plan de Gobierno, y por desgracia la ciudad empieza a ver como, a 7 meses de la llegada del Gerente a la Alcaldía, un problema que se encontraba localizado e identificado en sus características, ha terminado por ser expandido y dispersado por la geografía capitalina y nacional; improvisación y desprecio por lo humano que termina por llevar a la ciudad de la “Bogotá humana a la Bronxgotá para todos”.

 

Por Edwin Andres Castillo Barrios. “Rulos”.
Licenciado en Ciencias Sociales.
Educador Popular.
Vendedor Ambulante.
El profe de La Libelulosa, Primer Centro de Atención Integral a la Primera Infancia del Voto Nacional.

Información adicional

Autor/a: Edwin Andres Castillo Barrios. “Rulos”.
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: desdeabajo

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