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El asalto politiquero de la Universidad del Quindío

El asalto politiquero de la Universidad del Quindío

El departamento del Quindío bien puede ser establecido como unidad de análisis de lo que sucede en el campo político colombiano a raíz de la corrupción con las regalías petroleras convertidas en mermelada de amarre por el gobierno central para modelar mayorías políticas en las cámaras legislativas.

 

En este departamento fue derrotada en las pasadas elecciones regionales una de las facciones de la alianza dominante en el gobierno, el vargasllerismo, representada a escala por el denominado movimiento Toto/Fucsia, una marca promovida por la ex gobernadora Sandra Hurtado y su delincuencial ficha conyugal. Esta pareja protagonizó durante cuatro años (2012-2015) el más brutal despojo de cerca de 400 mil millones de pesos que llegaron a las arcas fiscales departamentales por concepto del nuevo régimen de regalías petroleras y mineras. Todo ese dinero fue a dar a los bolsillos de una mafia criminal que hoy ostenta infernales fortunas, usadas para comprar empresas privatizadas, emisoras, medios de comunicación y sobornar funcionarios públicos nacionales.

 

No obstante esta derrota, dicha camarilla aún conserva una influencia preponderante y ejerce un control devastador en importantes entidades descentralizadas como la Universidad del Quindío, una institución que cuenta con un presupuesto superior a los 100 mil millones de pesos y casi 20 mil estudiantes en sus programas académicos.

 

El actual rector José Fernando Echeverry y su anillo más íntimo fueron escogidos para esos cargos mediante las presiones y sobornos de la ex gobernadora. Le deben el cargo a esta mafia, misma que procede en consecuencia imponiendo sus actuaciones en la vida de la institución universitaria.

 

El Cura Osorio, actual gobernador del Quindío, indicó en el balance de los primeros 100 días de gobierno que en esa entidad se contrataron recientemente y caprichosamente 270 personas de la cuerda clientelar de Hurtado y su marido Toto.

 

Toda una operación clientelar para asaltar los menguados presupuestos de funcionamiento.

 

Aspu, el sindicato de educadores de Uniquindio, liderada por Luis Fernando Marín, ha denunciado todas estas irregularidades en un comunicado de conocimiento público que fue contestado por Echeverry con amenazas de golpes y acciones judiciales falsas porque no tiene fundamento para descalificar las ilicitudes identificadas.

 

Dice Aspu que Echeverry ha ejecutado una desbordada y exagerada contratación, lo cual pone a la institución en un grave riesgo financiero como sucede en la actualidad en las Universidades públicas del Tolima, Sucre, Atlántico y Guajira. Decisión que traerá como consecuencia la intervención del Ministerio de Hacienda y el de Educación mediante la Ley de quiebras o en el peor de los casos la inclusión de la UQ en la Ley de inspección y vigilancia. Todo esto ocurre en momentos en que hay un severo recorte del gasto público derivado de la crisis económica por la caída de los precios del barril del petróleo. Situación que ya está afectando los presupuestos de las universidades oficiales.

 

Mientras el gobierno central dice apretarse el cinturón por la debacle financiera, estos burócratas enchufados por el clientelismo regional siguen en el despilfarro y desviación de las débiles partidas presupuestales y los ahorros fiscales acumulados de la educación.

 

De otro lado, Aspu, recuerda que debe llamar la atención a la comunidad universitaria la responsabilidad que hoy le asiste a los directivos de Uniquindio con la tajante orden de un juez frente a la acción de cumplimiento que los obliga a dar aplicación de la Carrera Administrativa. Además recordar que los funcionarios administrativos han elegido representantes a una comisión de seguimiento para dinamizar los procesos de la carrera administrativa, comisión que hasta el momento no se reúne, incumpliendo el cronograma establecido por el Consejo Superior legitimando de esa manera el clientelismo politiquero.*

 

Aspu Uniquindio denuncia no solo la desbordada contratación sino el privilegio al personal recién llegado a la burocracia de la Universidad en mejores condiciones contractuales y salariales; pasan por encima de empleados de carrera que completan 12, 14, 16 años esperando un ascenso para mejorar las condiciones de calidad de vida de su familia, con el agravante de que las nuevas vinculaciones son provisionales, sin un concurso público de méritos, además sin tener en cuenta los compromisos, las tareas y las responsabilidades con los procesos de acreditación de los programas y la institución. Dicha contratación se justifica desde la actual rectoría en la necesidad de tener un personal de absoluta confianza (de bolsillo), sin caer en cuenta que se requieren funcionarios idóneos, siendo evidente así que un mayor volumen de personal administrativo no conduce necesariamente a una mejor academia, en este caso a la denominada acreditación institucional que se tramita a punta de favores e intrigas omitiendo los requisitos básicos establecidos por el Ministerio de Educación.

 

Aspu consolida su argumentación frente a las irregularidades que se presentan y pueden llevar a la destrucción de la Universidad, señalando que mientras con el actuar de la administración de Echeverry se pone en grave riesgo el menguado presupuesto de la Universidad como consecuencia de la excesiva contratación bajo la modalidad de provisionalidad/prejubilación/nepotismo; en ese sentido, Aspu Uniquindio presume por lo notorio de las evidencias que dicha contratación se constituye es un “pago” a los compromisos de la administración Echeverry/Polania con la exgobernadora Sandra Paola Hurtado Palacio, resultante de los pactos hechos en las pasadas consultas para los cargos de Rector, decanos y directores, recordar que aquí se enfrentan el Partido Liberal y Cambio Radical, ganado la partida el partido totismo/fucsia (vargasllerismo), para así afianzar la universidad en una empresa de venta de servicios neoliberales y en particular, a través de la creciente contratación, en la plataforma política del tal partido toto/fucsia que quiere ir al senado de la Republica, como ocurre hoy con el hospital departamental, la CRQ, Esaquin, entre otras instituciones, convertidas en empresas personales al servicio de las maquinaciones del totismo/fucsia.

 

Todo este coctel de tropelías está acompañado por supuesto de una oscura campaña de presiones, mentiras, atropellos y persecuciones.

 

Cito un caso, muy grave por cierto. En las pasadas votaciones para escoger directores de programas académicos y de decanos Echeverry y Polania sacaron por la puerta de atrás al destacado y prestigioso educador Arles López a pesar de que este venciera en votos de estudiantes y docentes a quien contra la voluntad popular fue designado para el cargo de decano de la facultad de educación. ¿Por qué no se aceptó la votación mayoritaria de docentes y estudiantes?, pues porque López no es un comodín en el plan del grupo fucsia de conservar el poder en la Uniquindio por cuatro periodos: dos de Echeverry y dos de Luis Fernando Polania Obando.

 

Grave todo esto. Vamos a exigir la intervención de los organismos de control y del Ministerio de Educación, así como de la Presidencia de la República.

Información adicional

Autor/a: Horacio Duque
País: Colombia
Región:
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