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Estudiantes deciden suspender el paro: “Vamos a estudiar y luchar”

Estudiantes deciden suspender el paro: “Vamos a estudiar y luchar”

Los estudiantes colombianos de 32 universidades públicas ya cumplieron más de un mes de estar en anormalidad académica, constante movilización y discusión sobre un problema que se veía venir como caos para la educación superior.

La reforma de la educación superior, radicada a comienzos de octubre por el gobierno de Juan Manuel Santos, presentaba varios aspectos fundamentales que los estudiantes se esforzaron por denunciar y evitar:
 

  • Profundización de la privatización de la educación universitaria y superior;
  • Subsidio a la demanda:
  • Violación a la autonomía universitaria, mercantilización de la educación y ánimo de lucro en la misma;
  • Acompañado todo de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos que dentro de su capítulo trae 11 exigencias en cuanto a servicios (entre ellos, la educación).

 
El paro estudiantil universitario se inició de manera nacional el pasado 12 de octubre, con una multitudinaria marcha que cual dejó un estudiante muerto a manos del ESMAD. Desde esta fecha, los estudiantes han realizado cada semana movilizaciones nacionales, pupitrazos, carnavales nocturnos, abrazatones, besatones, dejando en claro que la creatividad no faltó en este paro, pues cada actividad traía más innovación y alegría.
 

El panorama nacional venía cambiando, pues el sector estudiantil ganaba en opinión pública. Era el centro de la noticia, y el pueblo colombiano había manifestado su apoyo a su justa lucha. Esta ganancia promovió en el Gobierno una decisión que tal vez muchos veían imposible. El 9 de noviembre, el mandatario colombiano anunció que retiraba el proyecto de nueva ley de educación superior. A pesar de tal anuncio y los llamados para evitar la movilización, el 10 de noviembre los estudiantes realizaron una multitudinaria e histórica toma de Bogotá.
 

No obstante, el futuro sobre el paro era aún incierto y para esto se desarrolló una Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) extraordinaria el 12 de noviembre en la Universidad Nacional sede Bogotá. En esta plenaria se dio una lectura del momento, identificando que la correlación de fuerzas se encontraba a favor de los estudiantes, giro logrado principalmente por la movilización callejera. 
 

Después de este análisis, en un debate agitado y largo, los estudiantes definieron cambiar las formas de movilización implementadas hasta ahora. Es así como se anuncia la suspensión del paro universitario, acompañado, para su implementación, de varios condicionamientos al Gobierno: el momento cero para la suspensión del paro se dará una vez se haga efectivo el retiro del proyecto de ley radicado por el Gobierno en el Congreso. El gobierno nacional debe demostrar una voluntad real de construir una ley de educación universitaria y superior alternativa y democrática (no sobre la base del articulado anterior), y finalmente comprometerse con las garantías políticas y civiles para el desarrollo de la protesta, la movilización y la organización en curso en el país.
 

Estas condiciones, expresadas en la declaración política de la MANE, van acompañadas de otras exigencias que se afirman en la lucha estudiantil: desmilitarización de las universidades, desmonte del ESMAD y pago de la deuda que el Gobierno tiene con las universidades.
 

Dentro de esta misma jornada de análisis y debate, el día 13 se llevó a cabo el encuentro nacional programático, con el fin de profundizar y darle contenido a sus reivindicaciones mínimas, como insumo para la construcción de una ley alternativa de educación que responda a las exigencias del pueblo colombiano.

 

De lo particular a lo general

 

Es necesario resaltar la incansable labor de los estudiantes en este paro, que ha demostrado sus frutos en la victoria parcial obtenida. Resaltar que esta pequeña ganancia demuestra una vez más que la organización y la movilización ciudadana son formas de lucha que tienen un impacto directo sobre la población, sobre la opinión pública y sobre el gobierno mismo.
 

La lucha estudiantil debe pasar del paro a la construcción de una propuesta de ley democrática y alternativa, que fije como prioridad: freno al proceso de mercantilización de la educación, apertura de una brecha política para la lucha por una nueva escuela, gratuita y popular, que les garantice a todos los sectores sociales, en especial a los excluidos hoy (obreros y campesinos), su acceso al proceso educativo, incluida la educación superior y/o universitaria.
 

Sin embargo, no se puede olvidar que el movimiento estudiantil se debe desarrollar como un movimiento social que permita ponerse del lado del conjunto del pueblo pobre colombiano, para que se organice y luche no sólo por el derecho a la educación sino también por el acceso real a condiciones laborales; por la tierra, la soberanía y la liberación nacional. Este desarrollo del movimiento social se verá materializado en primera instancia con el paro cívico nacional que se viene agitando para el próximo año, paro que tendrá varios momentos de preparación, uno de ellos la jornada de movilización continental convocada para el 24 de noviembre por la educación como derecho.

Información adicional

Colombia
Autor/a: El Rebelde Medios Alternativos
País: Colombia
Región: Sur América
Fuente: El Rebelde

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