El 25 de abril, a las 6 de la mañana, miles de pobladores de Tunja dieron inicio a un Paro Cívico en organización desde enero pasado. El motivo principal: protestar en contra del aumento desmesurado del impuesto predial. Con bloqueos de las principales vías de la ciudad, asi como movilizaciones en el centro de la misma, recibo en mano, dejaron en claro su rechazo a los incrementos autorizados, en algunos casos hasta en un 600 por ciento.
La inconformidad toma las calles de la ciudad de Tunja, capital del departameneto de Boyacá. Una inconformidad acumulada en los meses corridos del 2017. No es para menos. Con un espiritu alcabalero, la alcaldía de la ciudad contrató en el 2017 los servicios del Instituto Geográfico Agustín Codazzi –Igac– para que realizara el avalúo catastral, estudio a partir del cual se aprobó el impuesto predial para el 2018. El Acuerdo 030 del concejo municipal lo ratifica, y el malestar ciudadano no tardía en hacerse sentir, tanto por las tarifas impuestas como por la forma en que el concejo municipal aprobó el documento, pues “era un documento como de 700 páginas y lo presentan como un 10 o 12 de diciembre y lo aprueban un 31” declara Érika González, periodista local.
Y agrega, “El alcalde presentó la tarifa por cobrar de impuesto predial para 2018 amarrada al estatuto tributario. Siempre las administraciones anteriores hicieron eso muy aparte. Porque el estatuto contempla también lo fiscal, el aumento en la tarjeta de operación de los taxis, lo de cámara de comercio, lo de prebendas que se les dan a las empresas que llegan a la ciudad para el tema del impuesto, entre otras cosas. Esto significa que los concejales no se podían negar a aprobar el estatuto y, por ende, iban a aprobar el aumento de la tarifa y lo relacionado con el descuento que se le iba a dar a los contribuyentes”.
Pero hay otros motivos para el descontento y la protesta, entre ellos la destinación de los recursos para la renovación del centro histórico de la ciudad. La decisión del Alcalde de instalar baños subterráneos en plena Plaza de Bolívar ha sido motivo de rechazo y polémica, pues de ser llevado a cabo este proyecto “destruiría piedras que llevan allí más de 500 años”, declaró Gerónimo Molina, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de la Urbanización La Estancia del Roble.
Con estos insumos, el día 25 de abril inició la jornada de paro. Organizada en 12 puntos de concentración, y representada por el Comité unidos por Tunja, la ciudadanía concretó una reunión con el alcalde Pablo Emilio Cepeda Novoa para el día 26 de abril, al medio día. El propósito: exigir que se invalide el Acuerdo 030 y proponer la reducción del 60 por ciento del cobro por pronto pago, o la reducción de las tarifas a la mitad.
Los afectados
Julián Castañeda, promotor y vocero del Comité Unidos por Tunja, afirmó que “los estratos del uno al cinco en Tunja; todos han sido afectados con el cobro del impuesto predial, absolutamente todos. […]. No podemos decir que el estrato uno, dos y tres han sido los más afectados, porque el cuatro y el cinco también, el sector comercio también ha sido afectado. Por ejemplo, el cobro a las casas oscila hasta los 25 millones de pesos. El sector hotelero de Tunja, ubicado más que todo en nuestro centro histórico, ha sido muy afectado; los ferreteros en la parte del centro también. La cuestión es masiva; inclusive los cobros efectuados en el sector del sur –que es el sector comercial de repuestos automotores– han sido exuberantes, subiendo hasta en un trescientos por ciento. Entonces, no es una cuestión de estratificación, sino una cuestión general que se está viviendo en Tunja”.
Ojos que no ven
Como ha sucedido con otras muchs protestas en el país, “la administración al principio desconoció el movimiento, dio parte de normalidad ayer a las nueve de la mañana, que estaba todo normal; cuando lógicamente no era cierto, eso se dijo a los medios de comunicación y la misma ciudadanía fue testigo que Tunja tuvo una parálisis tanto en el comercio como en el transporte, hubo más o menos doce bloqueos en todos los puntos álgidos de Tunja. Después ya vieron que la problemática seguía aumentando y la gente seguía movilizándose y se está masificando esperando la respuesta la negociación”, explicó a desdeabajo Julián Castañeda, quien agradeció a la fuerza pública por no haber impedido ninguna de las manifestaciones de inconformidad: “Quiero darle un parte a la policía, porque ha respetado la manifestación, ha respetado a la comunidad”.
El interrogante abierto por esta realidad, el mismo que está presente en todo el país es, ¿Tendrán derecho los pobladores de Tunja a conservar el ahorro que para muchos significa tener un apartamento, casa o negocio? El cierre de la negociación aún sin concluirse en horas de la tarde del 26 de abril dará la última palabra.
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