Este es un drama de la vida real “Riese contra el Hospital y Centro Médico St. Mary”. La película narra la lucha de Eleanor Riese (1943-1991) (Helena Bonham Carter) enferma psiquiátrica interna quien sufre deterioro de salud por los efectos secundarios por la fuerte medicación con los antisicóticos de la época, como Mellaril y Cogentin, que le provocaron problemas renales, incontinencia urinaria que le obligaba a usar un pañal; además estaba afectada por dermatitis, movimientos involuntarios, somnolencia y confusión, entre otros muchos efectos.
Eleanor y su abogada Colette Hughes (Hilary Swank) emprenden una ardua tarea para intentar acabar con una vieja ley (Ley Lanterman-Petris-Short)*. En medio de esta feroz y desigual lucha se convierten en un grupo de amigas integrado por enfermas, familiares y abogados. Una amistad tejida pese a sus grandes diferencias, que van desde los más pequeños detalles: las manías de Eleanor por fabricar rosarios para salvar almas por mandato de la virgen, así como tener varios cuadernos de diario en donde anotaba cada síntoma y efecto secundario que experimentaba una vez le suministraban los citados medicamentos, cada vez con dosis más altas y con mayor frecuencia en el psiquiátrico (su vida sexual truncada pues desde los 5 años sufría este tipo de dificultades); y en el caso de su abogada un matrimonio con profundos conflictos, llegando al abuso y maltrato por parte del esposo.
La intensidad del relato desnuda las manos del poder en el psiquiátrico, otro lugar de encierro, muerte y poca curación. Las escenas en los psiquiátricos son impresionantes: la falta de consideración por sus enfermedades, y el continuo maltrato; son especialmente desgarradoras las imágenes de fuertes golpizas, baños con mangueras, inyecciones tranquilizantes, para lo cual se inmovilizaba al paciente entre varios enfermeros y se aplicaba en especial el antisicótico Navane, además de la sarta de insultos y castigos infringidos a los internos.
Por desfortuna para Eleanor Riese la ley actuó muy tarde, su cuerpo estaba deshecho; el organismo no le dio plazos y murió de manera prematura a los 47 años de edad debido a los daños renales, producto de los medicamentos aplicados sin su consentimiento informado. Pero su lucha dio frutos, no solo la recordamos, sino que agradecemos que ahora podamos pedir información sobre los efectos secundarios por el uso de algún medicamento, en especial psiquiátrico; y no solo en USA, sino a nivel mundial. Ahora, incluso, en caso de ser interno forzado se debe informar sobre este tipo de efectos secundarios
A medida que las imágenes pasan y el relato gana intensidad, la conexión entre actores y público llega por sentido de humanidad, y solidaridad con quien es oprimido, en este caso como expresión del ejercicio del poder por parte de quienes tienen por misión curar y salvar vidas, no enfermar ni destruir, mucho menos asesinar. Y se asesina, así no se mate, cuando un ser humano es llevado al extremo negador de su existencia. Por ello vale la pena reservar unas horas de un día cualquiera para apreciar este film, para lo cual es posible acudir a varias plataformas de internet. Disfruten de películas que formen sentimientos de empatía y construcción de conciencia.
Es bien importante resaltar que las enfermedades mentales no hacen a las personas menos conscientes ni incapaces, sencillamente son seres humanos con capacidades y necesidades diferentes y otras maneras de relacionarse, más sensibles al medio; responden con más fuerza a los estímulos, se adecuan al entorno de otra manera; en unos casos gustan más de la soledad, la oscuridad y el silencio. Estas diferencias no pueden dar paso a que la institución clínica biomédica las agreda, oprima y violente; pero tampoco a que la sociedad los margine, tache, agreda, olvide o deseche. Como lo testimonia la historia de la humanidad, cientos de personas con síntomas como los retomados en este film, así como otros diagnósticos, son portadoras de grandes talentos, hasta ser calificadas como genios.
También en el cine, como lo comprobarán quienes la vean, la enseñanza es nunca rendirse en la lucha contra un monstruo como la institución clínica médica y el Estado. Estamos dispuestos a batirnos en todo momento por hacer realidad el derecho a vida digna, y en este testimonio visual la tenaz lucha de Eleanor Riese y su abogada rinde frutos, y logran que la ley demandada finalmente sea modificada, de manera que desde 1987 estos otros centros de oprobio, y no siempre de curación, informen sobre las consecuencias secundarias que generan los medicamentos psiquiátricos en quien los consume, pero también notificar si su consumo es consiente, así el paciente esté internado bajo un diagnóstico que recomienda un tratamiento especializado bajo encierro.
La película, podemos también anotar, es un aporte más a lo que se conoce como el movimiento antipsiquiatría, impulsado en diversas partes del mundo, entre ella Italia donde tuvo su origen en los años 70 del siglo XX, y al movimiento antimanicomial desarrollado en Brasil a finales de los años 80 del siglo XX y luego extendido a varios países del Cono Sur.
Título original y francés: 55 Steps
Realizador: Bille August
Guión: Mark Bruce Rosin
Fotografía: Filip Zumbrunn
Edición: Hansjörg Weißbrich
Música: Annette Focks
Producción: Sara Risher y Mark Bruce Rosin
Compañías productoras: Elsani Film, Aloe Entertainment, ChickFlicks Productions, MMC Movies, Mass Hysteria Entertainment y Potemkino Port
Compañía de distribución: Warner Bros
País: Alemania, Bélgica
Idioma original: inglés
Formato: colores
Género: drama
Duración: 115 minutos
Fechas de lanzamiento:
Canadá: 7 de septiembre de 2017 (Festival Internacional de Cine de Toronto)
Alemania: 3 de mayo de 2018
Francia: 7 de agosto de 2019 (video)
Ley Lanterman-Petris-Short (LPS) (Cal. Welf & Inst. Code, sec. 5000 et seq.)*
Regula el internamiento civil involuntario en una institución de salud mental en el estado de California. La ley sentó el precedente para los procedimientos modernos de compromiso de salud mental en los Estados Unidos. El proyecto de ley bipartidista fue escrito en coautoría por el asambleísta estatal de California Frank D. Lanterman (R) y los senadores estatales de California Nicholas C. Petris (D) y Alan Short (D), y promulgado en 1967 por el gobernador Ronald Reagan [1]. La Ley entró en plena vigencia el 1 de julio de 1972. Cito siete artículos de intención:
Poner fin al compromiso inapropiado, indefinido e involuntario de las personas con trastornos mentales, personas con discapacidades del desarrollo y personas afectadas por el alcoholismo crónico, y eliminar las discapacidades legales;
Para proporcionar una evaluación y tratamiento oportunos de personas con trastornos mentales graves o con problemas de alcoholismo crónico;
Garantizar y proteger la seguridad pública;
Salvaguardar los derechos individuales a través de la revisión judicial;
Proporcionar tratamiento, supervisión y servicios de colocación individualizados mediante un programa de curación para personas con discapacidades graves;
Fomentar el uso completo de todas las agencias existentes, personal profesional y fondos públicos para lograr estos objetivos y prevenir la duplicación de servicios y gastos innecesarios;
Proteger a las personas con trastornos mentales y discapacitados del desarrollo de actos delictivos.
* https://en.wikipedia.org/wiki/Lanterman%E2%80%93Petris%E2%80%93Short_Act
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