“La trama nos conduce por el inquietante e incierto camino de la transgresión, como un ejemplo a seguir”
Un drama íntimo, cotidiano, que viven unas hermanas en su niñez y adolescencia, al ser obligadas a seguir una milenaria tradición musulmana, que como bien destaca la película, es hoy en día contraria a las libertades y derechos de las mujeres.
La historia se teje en un apartado y conservador pueblo de Turquía, cuando las cinco hermanas regresan a su hogar tras terminar un periodo en la escuela provincial. No demoran en levantarse rumores que las acusan de inmoralidad, por supuestas malas conductas con los compañeros de escuela. La familia, por su parte, decide tomar cartas en el asunto, para proteger “la virtud de la mujer”, “precipitándolas a un destino como futuras esposas”.
En adelante empieza el drama: De la libertad, alegría y color, pasa al oscuro claustro del núcleo familiar, de reprimenda, bajo el supuesto concilio tradicional-religioso. Sin embargo, el color y la alegría persisten a lo largo de la película, en su lucha por la libertad, obstinados en no dejarse opacar.
La fuerza de esta película recae en la hermana menor, Lale, que representa, como las nuevas generaciones, la esperanza de un cambio. La trama nos conduce por el inquietante e incierto camino de la transgresión, como un ejemplo a seguir.
A pesar de que el tema de la película podría considerarse cliché, hoy en día sigue teniendo gran actualidad. En países del medio oriente, África, incluso en ciertas comunidades indígenas de América Latina, muchas de estas prácticas patriarcales, que vulneran los derechos de las mujeres, se siguen ejerciendo, resguardadas bajo el ala de la “tradición y costumbre”.
Retomando el camino, podría afirmar que lo que más cautiva en “Mustag” es la naturalidad y gracia con que se desenvuelven las niñas y adolescentes en este drama. Por su parte, la película es un elogio a la hermandad, a la amistad, a la belleza de esta etapa de la vida, así como es una invitación a romper con las “malas” prácticas de la tradición.
Es un drama íntimo, apasionado, que mantiene al espectador en suspenso e intriga. Hay ilusión, complicidad, desengaño y tristezas. Con algunos planos cortos y distanciados en el tiempo, se hila la historia, como retazos que el espectador debe armar en el transcurso de la película.
Es, finalmente, una carrera contra el tiempo, un proceso de aprendizaje que, solo hacia el último momento, se desenvuelve con un final algo impredecible.
Esta película está en competencia con la producción colombiana, “El abrazo de la serpiente”, de Ciro Guerra, por el premio Oscar a la Mejor película de habla no inglesa. En mi opinión, y sumándome a este abyecto afán competitivo, va ganando “El abrazo de la Serpiente”. “Mustang, belleza salvaje” sigue en cartelera por estos días, invito a que forme su propio criterio.
Mustang: belleza salvaje.
Año: 2015.
Director: Deniz Gamze Ergüven.
País: Francia.
Duración: 97 min.
Premios:
2016: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2016: Globos de Oro: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2016: Premios Goya: Nominada a mejor película europea
2016: Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor película extranjera
2016: Critics Choice Awards: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2015: Premios del Cine Europeo: Premio Discovery (mejor ópera prima)
2015: Festival de Sevilla: Premio del Público
2015: Festival de Sarajevo: Mejor película
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