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La otra parte de la guerra comercial

La otra parte de la guerra comercial

Ofensiva de Estados Unidos contra la OMC.

El presidente de Estados Unidos ha estado saboteando el nombramiento de nuevos jueces de la corte de apelaciones de la Organización Mundial de Comercio (Omc), instancia que se utiliza si una de las partes está inconforme con el fallo arbitral inicial. La Omc fue impulsada por Estados Unidos en 1990 y en la Conferencia de Marrakech de 1994 con el objetivo de abrir las economías y tener mayores flujos de comercio mundial. El mecanismo para lograrlo eran los tribunales arbitrales. Ahora con el proceso de globalización en retroceso, Estados Unidos ha hecho inoperantes esos tribunales y está desmontando el organismo multilateral.

Según Marcelo Olarreaga, profesor de Economía en la Universidad de Ginebra, “la estrategia del gobierno de Estados Unidos es deshacerse de la Omc, para entonces poder hacer lo que quiera […]. Trump quiere imponer las reglas de Estados Unidos a todo el mundo” (Npr, 2-X-18). Deshacerse de los tribunales arbitrales de la Omc podría dejar como mecanismo de solución de controversias a las cortes del distrito sur de Nueva York, utilizadas en el recordado caso Elliot contra Argentina, con la participación del juez Thomas Griesa. Sería el unilateralismo absoluto. Se perdería la imparcialidad o, en todo caso, la percepción de imparcialidad que debe tener un tribunal arbitral.

El sabotaje de Estados Unidos a las cortes de apelaciones de la Omc es de larga data, desde la presidencia de G W Bush hasta el presente. El tribunal de apelaciones debería tener siete jueces, pero bajo los presidentes Bush, Barack Obama y Donald Trump se ha impedido el nombramiento de nuevos jueces, como protesta contra el funcionamiento de la organización. Estados Unidos insiste en su principio de excepcionalidad y en que su Constitución no permite que un tribunal extranjero –en este caso los jueces de apelación– sustituya a un tribunal estadounidense. Todo indica que si Washington pensó que la Omc iba a ser un instrumento de dominio global, no resultó y fue un bumerán.

Después de una campaña estadounidense para bloquear los nombramientos y renovaciones de jueces en ambas cortes, el 30 de setiembre de 2018 Trump impidió la renovación de un juez cuyo periodo expiraba ese día, y dejó así sólo a tres magistrados. Los mandatos de dos de estos terminaron el 10 de diciembre de 2019, por lo que la jueza china Hong Zhao estará sola en el cargo hasta que finalice su mandato en noviembre de 2020. Sola, Hong no puede atender ningún caso, porque se requieren al menos tres jueces para emitir un fallo. La Omc, con eso, dejó de existir para los fines prácticos. La guerra comercial ahora ya no tiene frenos. Ni China, ni nadie, tiene dónde quejarse. Dado que los contratos de comercio internacional se hacen en dólares, esto deja a las cortes estadounidenses como las candidatas a reemplazar a los tribunales de la Omc. Amerika über Alles.

Entre enero de 1995 y diciembre de 2019 se presentaron 592 casos ante la Omc y se adoptaron 120 decisiones en la corte de apelaciones, que abarcan 162 de esos casos. Los demás se abandonaron o se decidieron fuera de la Omc. Lo que aparece al analizarlos es que los estadounidenses son malos perdedores y peores competidores.

A inicios de diciembre de 2019, Estados Unidos tenía ante la Omc 124 casos como quejumbroso y 155 casos de quejas en su contra, provenientes de un universo de 31 países. La Unión Europea tenía 194 casos como quejumbroso y 86 de quejas en su contra, de un universo de 18 países. China tenía 21 casos como quejumbroso y apenas 44 casos de quejas en su contra, y eran sólo cuatro países los que se quejaban de ella. Cerrar los tribunales de la Omc tiene sentido para el país que recibe más quejas de parte de más países, y que además no cree en el libre comercio. En este horizonte, para Estados Unidos utilizar sus propios tribunales tiene sentido para aplicar el principio del poder, como se hizo en el caso de Argentina y Elliot. Esta es una decisión de Estado que acompaña la guerra comercial y favorece a las empresas estadounidenses, pero que, además, le permite a ese país pelear su hegemonía debilitada en el plano comercial.

Por Óscar Ugarteche

17 enero, 2020

Información adicional

Autor/a: Óscar Ugarteche
País: Estados Unidos
Región: Norteamérica
Fuente: Brecha

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