
Ante el mismo foro el secretario asistente de Estado, Thomas Shannon, en uno de sus últimos actos en ese puesto antes de ser sustituido próximamente por Arturo Valenzuela, celebró lo logrado en la Cumbre de las Américas, donde dijo que se estableció sobre todo un tono diferente por el presidente Barack Obama y se impulsó una serie de procesos. Entre los logros resaltó la decisión entre Washington y Caracas de nombrar nuevos embajadores, el inicio de un nuevo diálogo con Bolivia, y la exitosa reunión entre Clinton y el presidente de Ecuador y reconoció la creciente demanda de la reincorporación de Cuba.
Pero el libre comercio, libre mercado y globalización ya no son palabras mágicas en Washington. De hecho, fue notable que sólo William Rhodes, presidente de la junta directiva del Consejo de las Américas, hizo referencia explícita a lo que durante los últimos 15 años ha sido el mantra del sector privado internacional de este país: el libre comercio definido en el marco del llamado consenso de Washington (concepto que todos evitaron hoy). Rhodes habló de que en el contexto de esta crisis económica, se establece una nueva arquitectura para las relaciones económicas y políticas internacionales, y advirtió que las amenazas del proteccionismo y la reducción del libre comercio son amenazas a la prosperidad. Insistió en defender los tratados de libre comercio ya establecidos y se inclinó en favor de promover los aún pendientes con Colombia y Panamá, pero pocos hicieron eco de su llamado hoy, por lo menos en público.
David Brooks
Corresponsal
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