
En 2005, por cada 100 pesos que le ingresaron, 64 provenían de la telefonía local; 15 por larga distancia nacional; 11 y medio por transmisión de datos e Internet y 10 por operaciones internacionales. Cuatro años más tarde, en septiembre de 2009, ese portafolio cambió: 53 pesos se deben a la telefonía local, 10 por larga distancia nacional, 33 por transmisión de datos e Internet y apenas cuatro por operaciones internacionales. No obstante, el monto total de los ingresos – causado por estos cuatro renglones principales- pasó entre 2005 y 2008 de 1,31 billones de pesos a 1,38 billones. ETB además es socio, con el 25% de las acciones, del operador de telefonía móvil TIGO y de otras empresas del sector como Colvatel, Contact Center y Ettel. Una primera conclusión es que tecnológicamente la empresa se ha movido hacia las áreas de innovación y que su aprovechamiento depende, ante todo, del perfeccionamiento de contenidos sobre esa plataforma, labor que la mano de obra actual puede implementar sin necesidad de compartir la propiedad.
De todo lo anterior se deduce que quien se haga a la porción de “socio estratégico”, con un 49% de la propiedad de las acciones totales de ETB, se acercará a una posición dominante en el sector a escala nacional. Esto será especialmente cierto si se llegare a tratar de Telmex, la empresa de Carlos Slim, que ya tiene el 56% de las líneas celulares, o de Telefónica de España (Colombia Telecomunicaciones y MoviStar) que controla el 31% de las líneas fijas y el 32% de los celulares. Estos dos conglomerados están entre los cuatro que manejan el 80% de los teléfonos móviles en esta parte del Continente. América Móvil de Slim tiene 170 millones de suscriptores. Esa condición ya se ha sufrido por los ciudadanos de otros países como México. Allí, luego de que Slim tomara el control de los teléfonos de esa nación, a un precio mucho menor de su valor real, las tarifas, según la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), continúan situadas entre las más altas de los treinta países que integran esa agrupación. Además, la OCDE sostiene que en ese país la competencia en el sector es “insuficiente” porque Teléfonos de México (Telmex), en telefonía fija, y Telcel, en móvil, ambas propiedad de Slim, mantienen prácticamente un monopolio. Es claro que quien tome posesión de ETB se habrá quedado con la parte del león de las telecomunicaciones en Colombia.
ETB ha contado desde 2003 con participación privada. Ahora es del 11,6% y está principalmente en cabeza de los fondos financieros de pensiones. Desde entonces la capitalización de las utilidades de la empresa ha sido prácticamente imposible por la exigencia del sector privado, consentida por el sector público, de distribuir los beneficios anuales. Si se suman las ganancias repartidas entre 2005 y 2008, la cifra acumulada llega a cerca de un billón de pesos que se fueron a los bolsillos de los accionistas privados y del Distrito. Esa exacción se refleja en un estancamiento del valor de los activos en los últimos años que sólo han pasado de valer, en pesos corrientes, de 4,65 billones en diciembre de 2006 a 5,02 en septiembre de 2009. Igual acontece con el patrimonio que, en el mismo periodo, se desvalorizó en pesos corrientes, de 2,46 billones a 2,34. Si no hay un estado financiero mejor es porque las inversiones para los cambios tecnológicos incorporados no han salido de los aportes de los socios venidos de sus dividendos sino de los usuarios, de la parte correspondiente que pagan en la formula tarifaria. Otra conclusión es, por consiguiente, que los accionistas que invierten en estas empresas en la búsqueda de rentabilidad no destinan sus excedentes a desarrollar la empresa sino que están en la cacería permanente de los retornos a su capital. ¿Cuál será el futuro, en ese sentido, cuando los nuevos socios no tengan el 11% sino hasta el 49%? No hay, por tanto, evidencia de que el “socio estratégico” fortalecerá el músculo financiero de ETB.
Para colmo de males, la banca de inversión, Santander Investement, que afirma que “a pesar de que ETB ha focalizado su estrategia de negocio de manera adecuada, mediante la expansión del negocio de Banda Ancha, y ha hecho importantes esfuerzos en la reducción de costos, la compañía no ha obtenido el crecimiento esperado en sus resultados operacionales”, ha propuesto que la incorporación del “socio estratégico” de ETB se haga acorde con el modelo adelantado en la Empresa de Energía de Bogotá a mediados de la década de los noventa en el primer mandato de Mockus. Esta ha sido una de las peores privatizaciones de la historia de Colombia. Eduardo Sarmiento (1998) lo mostró cómo “uno de los casos más decepcionantes”, “en razón de que la venta del 47% de la empresa en US$ 2.200 millones excedía ampliamente el precio mínimo de US $900 millones”, el piso de la subasta. “La operación dejó un sobrante de cerca de US$ 1.000 millones que fue devuelto a los socios y al nuevo consorcio copropietario”, el cual, de esa forma, no dio 2.200 millones de dólares por su parte sino 1.700 millones. No obstante, lo que siguió fue peor. Entre 1999 y 2006, por concepto de descapitalizaciones, dividendos y otros beneficios indirectos se han “retirado” de la Empresa de Energía y de sus filiales, Emgesa y Codensa, 1.737 millones de dólares (Suárez, 2009). Con esto, en la práctica, los “inversionistas”, el consorcio europeo Endesa, han recuperado más de la mitad de su capital en menos de ocho años. La clave para concretar ese saqueo es que, pese a que Endesa es socio minoritario, tiene el gobierno para tomar las decisiones en las empresas de Energía. ¿Será que con este esquema sí se obtendrán los “resultados operacionales” esperados en ETB?
Ninguna de las razones esgrimidas para la busca del “socio estratégico” resulta convincente. Es claro que si se modifica el esquema de inversión de utilidades, si se mantiene, como se ha venido haciendo, la curva de ascenso en el cambio tecnológico, y se persiste en una gestión empresarial eficaz, los “eventuales competidores”, que dentro de lo que se conoce como “portafolio convergente” (telefonía local, internacional, datos, televisión e Internet) tienen un menor balance de equilibrio que ETB, no tienen cómo expandirse en el país sino es sobre la base de tomar a este, su principal antagonista.
La profundización en la privatización de ETB, llamada de “capitalización” por la vía de incorporar un “socio estratégico”, es también un gran negocio bursátil. Los comisionistas han venido haciendo su agosto desde que se anunció la nueva operación. La acción de ETB en la Bolsa de Valores de Colombia ha subido un 84% en lo corrido de 2009, habiendo llegado a cotizarse en septiembre en $1.280, más que en cualquier otro momento, como en enero de 2006 cuando costaba $1.120. En la actual crisis financiera ha resultado un buen negocio traer dineros baratos del exterior y adquirir acciones de ETB al alza, en espera de la subasta para tomar las utilidades, realizando las posiciones alcanzadas en la especulación en torno al negocio. Así ETB va tomado el destino de todos los patrimonios públicos que al ingresar al mundo del agio y las burbujas financieras se van convirtiendo en valores bursátiles, en “commodities”, cada vez más alejados del control de los millones de ciudadanos que los conformaron como propiedad de todos.
La privatización mayor de ETB proseguirá por la senda del envilecimiento de las relaciones laborales. En ETB ya es más de uno a tres la relación entre el número de trabajadores de planta y el de los empleados y operarios “tercerizados”. Los beneficios del “socio estratégico” no vendrán sólo de las tarifas exorbitantes sino, según lo invoca Santander Investement, de “las mejores prácticas propias del inversionista estratégico”. Los trabajadores de Colombia ya saben a qué se refieren cuando se habla de “mejores prácticas”.
No existe justificación financiera, ni técnica, ni desde la prestación del servicio, que impele a la consecución del “socio estratégico” para ETB. Se tratará de otro traslado de un patrimonio público a un consorcio privado para inversión de excedentes de capital financiero cuyo fin principal es la mayor tasa de ganancia posible. La especulación bursátil ya desatada en torno a este negocio es muestra inicial de lo que será el futuro de ETB. Ante las contundentes razones que se oponen a este despropósito, sólo la movilización de los trabajadores, encabezados por los de ETB, en compañía de las comunidades y de quienes han entendido la enorme lesión que se ocasionará al Distrito y a los millones de usuarios, podrá hacer entrar en razón a quienes infortunadamente y contra toda evidencia persisten en esta equivocación histórica.
Por Aurelio Suárez Montoya, Periódico El Usuario No 28, diciembre de 2009
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