La protesta social pierde fuelle en Francia, según datos del Ministerio de Interior. Unas 198.000 personas se han manifestado en Francia durante la jornada de hoy, clave clave para vislumbrar el futuro del movimiento contra la reforma de las pensiones. Esta cifra sería una fuerte caída “en comparación a los días anteriores (480.000 y 500.000 octubre 19 de octubre 12, respectivamente)”, según ha informado el Ministerio.
Jean-Claude Mailly, secretario general de unos de los sindicatos franceses más combativos, FO, no esperaba a primera hora que la jornada de protesta convocada hoy en Francia no sería particularmente masiva: “Hay vacaciones en Francia, los estudiantes no tienen clase, hay un poco de cansancio también. Yo no me espero una participación récord”. Hay cientos de manifestaciones convocadas en toda Francia en esta décima jornada de acción sindical desde que empezó el movimiento, la séptima desde que terminó el verano.
En las últimas, la participación basculó siempre entre los tres millones y los tres millones y medio. Pero algunas cosas han cambiado desde entonces: las refinerías ya vuelven al trabajo (aunque sin mucho petróleo que refinar debido a que el puerto de Marsella sigue cerrado), la gasolina vuelve a su vez las gasolineras gracias a los desbloqueos de los depósitos de combustibles y la ley fue aprobada, ayer, solemne y definitivamente, por el Parlamento, con 336 votos a favor y 233 en contra. Es decir, los sindicatos ya nadan muy a contracorriente: a pesar de las jornadas de protesta, el Gobierno no ha cedido en lo principal (el retraso en la edad de jubilación) y eso se refleja en cierto desgaste del movimiento.
Hoy, el metro en París funciona casi perfectamente, el tren de cercanías no tanto y los trenes y los transportes públicos en otras ciudades se ven afectados por los paros pero menos que otras veces. Es decir: también desde este punto de vista da la impresión de que el movimiento de protesta remite. El semanario Le Nouvel Observateur, en el número que sale hoy, aporta un titular significativo: “¿Cómo se sale de esto?”.
Con todo, hasta que no terminen todas las manifestaciones y se contabilicen los asistentes no se podrá hablar de una protesta lastrada ya por el desánimo y el cansancio.
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA | París 28/10/2010
Leave a Reply