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“Me hace sangrar la nariz… Ahora estamos con mascarillas”

“Me hace sangrar la nariz… Ahora estamos con mascarillas”

“No cuelgue”, responden a Público desde el interior de la embajada de Brasil en Tegucigalpa. El objetivo era hablar con Rasel Tomé, dirigente del Frente de la Resistencia y refugiado en la sede brasileña en la capital hondureña junto al presidente Manuel Zelaya. Tomé confirma que no hay problema para entrevistar a Zelaya. Está a su lado, pero ahora el líder derrocado habla sin parar por su teléfono.

Durante más de media hora, la comunicación queda en espera. Sólo se escuchan ruidos y gritos. Mucho movimiento y cierto nerviosismo. Una voz a lo lejos parece ser la de Zelaya. Contesta cansado a unas preguntas. Surge de nuevo con nitidez la voz de Rasel Tomé, que pregunta a la periodista: “¿Sigue ahí?”. “Sigo, sí”. “Le paso en cuanto termine con una entrevista para Globovisión”.

De repente, la comunicación se corta. Nueva llamada. Descuelga Tomé, pero esta vez con síntomas de aturdimiento. “Está pasando una cosa. Estamos mal de la garganta”, dice. “Hemos recibido como un gas, me está haciendo sangrar la nariz. Ahora estamos con mascarillas”. La voz que ahora se escucha en el interior de la embajada es pura queja. “Ahora hable con el doctor y le cuenta mejor”, dice Rasel. Se pone alguien que habla sin presentarse.

“Tenemos compañeros que tienen sangrados nasales y rectales, otros tienen náuseas, vómitos”, dice exaltado. “La conclusión es que se trata de un gas, pero no sabemos cuál es”. El médico está angustiado. “Hacemos un llamado internacional para que la ONU mande a un toxicólogo”, dice. “A ver qué antídoto podemos usar”.

Zelaya se desvanece. Los responsables de la embajada lo han metido en una habitación para protegerlo. Como si hubiera un lugar seguro dentro de una sede que sigue asediada.

ANA DELICADO – 26/09/2009 00:18


Zelaya: “No les interesa el diálogo, sólo atemorizarnos”

Tegucigalpa, 25 de septiembre. El gobierno golpista de Honduras atacó hoy la embajada de Brasil en esta capital con gases tóxicos de uso militar, denunció el presidente constitucional Manuel Zelaya, quien pidió la intervención de la Cruz Roja Internacional para atender a las 60 personas que desde el lunes pasado se encuentran alojadas en la legación diplomática, sitiada por militares y policías.

Las tropas que rodean el inmueble ubicado en una zona residencial de esta capital impidieron el acceso a varios representantes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) con el argumento de que no tenían autorización del régimen de facto para entrar.

Los funcionarios del organismo debieron esperar horas hasta que les fue permitido el acceso para verificar la situación del mandatario, quien está en la embajada en calidad de huésped.

Tras la denuncia del ataque, dos médicos hondureños –Carlos Aguilar, ministro de Salud de Zelaya, y Marcos Rodas, médico de cabecera del mandatario– fueron autorizados a ingresar a la embajada de Brasil para examinar al gobernante y a las demás personas afectadas por el gas tóxico.

Zelaya explicó en conferencia de prensa que la sustancia que habia en el ambiente le causó dolor de cabeza, malestar estomacal, irritación en los ojos y garganta, y que incluso uno de sus acompanantes vomitó sangre.

Citó que salió este viernes de la oficina que utiliza como dormitorio en la embajada brasileña en Tegucigalpa con un fuerte dolor de garganta, cuando comprobó que otros huéspedes también estaban con problemas para respirar y algunos vomitaban, entre los que se encuentran familiares del mandatario, partidarios, periodistas y diplomáticos de Brasil.

Alguna gente empezó a ponerse muy alarmada y cundió cierto descontrol porque no se sabía qué estaba pasando, ni cuáles podían ser las consecuencias físicas del contacto con aquella sustancia, relató Zelaya, quien dijo que el gas fue lanzado por militares desde casas aledañas.

El mandatario mostró fotos de militares instalando aparentemente tubos en las cercanías de la legación, que supuestamente estaban usando para diseminar el gas.

Este aparato es un instrumento de guerra, produce dolor de oídos y afecta el sistema nervioso central, dijo el dirigente Rafael Alegría. El mandatario constitucional afirmó que estos aparatos fueron proporcionados a los militares hondureños por los israelitas.

El canal 36 de televisión, que no es afín al gobierno de facto, difundió fotografías tomadas desde la embajada que muestran a militares en uniforme de combate y con máscaras antigases que colocaban unos aparatos en el jardín de una casa colindante.

Zelaya pidió la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja el mismo día en que el Consejo de Seguridad de la ONU exigió al golpista Roberto Micheletti que termine el asedio contra la embajada brasileña. Añadió que con esto buscan amedrentarlo, pero que se mantendrá en la lucha en forma pacífica.

Interpretamos claramente que no les interesa el diálogo, quieren seguir usando la fuerza, quieren amedrentarnos, aterrorizarnos para consumar su crimen en contra del pueblo hondureño, dijo.

El martes anterior, un día después de que el presidente constitucional retornara subrepticiamente al país centroamericano y se refugiara en la legación, los militares colocaron altavoces frente a la sede diplomática y estuvieron tocando en forma estridente el himno nacional de Honduras.

La Jornada

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