
La sorpresiva designación de Bellido y las renuncias de Francke y Torres, cuando ya todo estaba listo para la jura del gabinete, había gatillado el conflicto.
El presidente Pedro Castillo completó su gabinete ministerial, que había quedado incompleto por diferencias internas. Después de un día de tensiones y especulaciones, en la noche del viernes el economista Pedro Francke, figura clave en el equipo de Castillo, volvió al gabinete para ocupar la cartera de Economía y Finanzas. Lo mismo hizo el jurista Aníbal Torres, que había dejado vacante el portafolio de Justicia y Derechos Humanos. Ambos se habían bajado en el último minuto del gabinete ministerial que fue juramentado cerca de la medianoche del jueves. Lo hicieron por discrepar con la designación del congresista del oficialista partido Perú Libre, Guido Bellido, como presidente del Consejo de Ministros.
Bellido es cuestionado por pasadas declaraciones homofóbicas y machistas, recordadas ahora y criticadas duramente por sectores progresistas aliados a Castillo. Desde la derecha, con un masivo apoyo mediático, lo pretenden descalificar adjudicándole supuestas simpatías con el grupo armado maoísta Sendero Luminoso, derrotado hace más de dos décadas, por haberse referido a los senderistas como “peruanos equivocados que también tienen derechos”.
Compromiso
El jefe del gabinete ministerial emitió un comunicado en un intento de bajarle el tono a las críticas que se le hacen. Señaló que ratificaba su “más firme compromiso con la democracia, la gobernabilidad y los derechos humanos” y su rechazo “categórico” a “toda forma de violencia y de terrorismo”. De origen andino, indicó haber vivido “en carne propia” la discriminación y expresó que trabajará por la igualdad de derechos. “Juntos superaremos el racismo, el clasismo, el machismo y la homofobia que están profundamente arraigados en el país”, escribió, rectificando pasadas afirmaciones.
Retorno
La sorpresiva designación de Bellido y las renuncias de Francke y Torres, cuando ya todo estaba listo para la jura del gabinete, gatilló la primera crisis del gobierno recién estrenado. Castillo habló con ellos y los convenció de volver. Asumieron sus cargos la noche del viernes, quedando así completo el primer gabinete del histórico gobierno de izquierda encabezado por un campesino y maestro rural que ha logrado una importante conexión con los sectores populares, de los que él mismo proviene.
Pedro Francke, de 60 años, es un respetado economista con larga militancia en la izquierda. Fue jefe del plan económico de la excandidata presidencial Verónika Mendoza, de la coalición progresista Juntos por el Perú. Para la segunda vuelta, las izquierdas se unieron para respaldar a Castillo y Francke pasó a convertirse en su principal asesor en temas económicos. Fue pieza clave en elaborar el llamado “Plan Bicentenario” presentado por Castillo para la segunda vuelta y base de lo que será su política económica.
El “Plan Bicentenario” se distancia de las propuestas más radicales del gobernante Perú Libre, que se define marxista-leninista, como la estatización de la economía, que Francke ha descartado. También lo ha hecho Castillo. La propuesta de Francke incluye un aumento de la inversión pública, incrementar impuestos a las transnacionales mineras, facilitar créditos para los campesinos y micro y pequeños empresarios, entre otros puntos. Según ha trascendido, Francke habría exigido para volver al gabinete que se respalde su plan económico. Castillo le dio esa seguridad. Eso quedó evidenciado en un mensaje que el jefe del gabinete mandó por sus redes sociales antes que se confirme el retorno del economista: “Pedro Francke tiene todo nuestro respaldo para la aplicación de la política económica de estabilidad expresada en el Plan Bicentenario”.
El ministro de Economía juró “por un avance sostenido hacia el buen vivir, por la igualdad de oportunidades sin distinción de género, identidad étnica u orientación sexual, por la democracia y la concertación nacional”. Un claro mensaje al jefe del gabinete y sus pasadas expresiones discriminatorias contra las mujeres y las minorías sexuales. En un mensaje posterior enviado por twitter, Francke destacó “la necesidad urgente de recuperar el empleo respetando la propiedad privada, asegurando buen funcionamiento de mercados, promoviendo inversión privada y la pública”. Señaló que su gestión estará cercana “a los más vulnerables, impulsando de manera responsable el cambio que los peruanos esperan”.
Internas
El ministro de Justicia Aníbal Torres, de 78 años y nacido en la andina región de Cajamarca como Castillo, que volvió al gabinete junto con Francke, encabezó el equipo legal del presidente que se enfrentó en los tribunales electorales a las demandas del fujimorismo que pretendía anular votos de Castillo para robarle el triunfo. Todas esas demandas fueron ganadas por el equipo jurídico que dirigió Torres. El jurista había criticado a Vladimir Cerrón, secretario general del partido de gobierno, Perú Libre, por una sentencia por corrupción que tiene, lo cual disgustó a la dirigencia partidaria, pero Castillo insistió con su designación. En el pulseo entre Castillo y Cerrón, con este último presionando para buscar ganar espacios de poder en el gobierno, la designación de Bellido es un punto para el segundo, pero el regreso de Francke y Torres fortalece a Castillo.
Aciertos y errores
“Hubiese sido grave que Pedro Francke no asuma como ministro, eso habría generado problemas económicos. El nombramiento de Bellido ha sido un error porque ha configurado un escenario de confrontación. El gobierno no tiene mayoría en el Congreso y está obligado a negociar y concertar para gobernar. Es un gabinete atravesado por las contradicciones internas”, le señaló a Página/12 el historiador y analista político Nelson Manrique.
En opinión del sociólogo Alberto Adrianzén, “el regreso de Francke al gobierno es positivo, satisface a sectores de izquierda aliados a Castillo y también al centro, pero tiene poco significado para la derecha, que ha optado por la confrontación y la polarización, y que está en el camino de buscar tumbarse al gobierno. El comportamiento de la derecha y los medios en estos días es impresionantemente golpista. Creo que en los próximos meses la derecha apostará a destituir a Castillo desde el Congreso o a un golpe”.
Adrianzén dice que Bellido “quizá no es la mejor opción” para encabezar el gabinete, pero está convencido que “la derecha siempre va a encontrar algo para confrontar”. “La derecha que perdió las elecciones -precisa- quiere imponerle su política a Castillo y habría atacado igual con cualquier otro jefe de gabinete que no esté alineado con sus políticas. Que por unas opiniones se acuse a Bellido de apología al terrorismo como se está haciendo es puro macartismo”.
La oposición de derecha tiene los votos en el Congreso para negarle la confianza al gabinete Bellido que tanto critica, con lo que éste tendría que dimitir, pero hacerlo los pondría a un paso que el presidente Castillo pueda disolver el Parlamento y llamar nuevas elecciones legislativas, a lo que está habilitado si se censuran dos gabinetes. Eso los frenaría.
“El mayor peligro es que en el Congreso no dejen gobernar para crear las condiciones para sumar los votos necesarios para declarar la incapacidad moral del presidente y destituirlo”, advierte Manrique. La derecha tiene ahora 79 votos de los 87 que necesita para sacar al presidente.
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Las imágenes que transmitían los medios peruanos en la noche del jueves eran elocuentes: el economista Pedro Francke se retiraba por la puerta de atrás del Gran Teatro Nacional, caminando solo, sin hacer declaraciones, mientras que puertas adentro el presidente de Perú, Pedro Castillo, designaba a 16 de los 18 integrantes de su equipo, incluyendo al primer ministro Guido Bellido, un nombamiento que luego le costaría al gobierno múltiples críticas, por derecha y por izquierda.
Las fotos de Francke cabizbajo contrastan con otras imágenes que también tuvieron amplia difusión, en las que aparecía triunfante, festejando desde un balcón el triunfo electoral y con los brazo en alto, al lado de Castillo.
Desde aquel momento, apenas unas horas después de que se conocieran las proyecciones de voto favorables al candidato de izquierda, la opción de Francke como eventual ministro de Economía se consolidó como la versión más consensuada dentro de la danza de nombres para el gabinete, una certeza solo equiparable al nombramiento de Hernando Cevallos en el Ministerio de Salud.
Este viernes casi a la medianoche, y tras un cónclave de dos horas que tuvieron más temprano, Castillo logró finalmente nombrar a Francke como ministro de Economía y Finanzas. “Por un avance sostenido y el buen vivir, con igualdad de oportunidades sin distinción de género, identidad étnica u orientación sexual, por la democracia y la concertación nacional, sí juro”, dijo Francke al momento de la juramentación, en lo que podría interpretarse como un mensaje a Bellido y a los sectores alineados con el secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón.
Lejos de las posiciones más conservadoras de la izquierda tradicional peruana, Francke ha cultivado un perfil técnico y moderado, tanto al frente de cargos públicos como en su rol de asesor de la excandidata presidencial Verónika Mendoza, principal socia “limeña y urbana” de Castillo.
En los momentos más duros de la campaña electoral, Francke tuvo que reafirmarse en ese papel. “No tenemos nada que ver con la propuesta de Venezuela, no haremos expropiaciones y no haremos estatizaciones”, repetía Francke en cada entrevista, mientras Keiko Fujimori insistía con sus planes de “frenar la llegada del comunismo” al país.
La carrera y el programa económico
En el acto de juramentación lo llamaron por su nombre completo: Pedro Andrés Toribio Topiltzin Francke Ballvé. El profesor y magister, de 60 años, se formó en la Pontificia Universidad Católica del Perú y tiene una amplia experiencia en la administración pública.
Fue director de Foncodes, un programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, durante el gobierno de Alejandro Toledo (2001-2006) y gerente del Seguro Social de Salud del Perú (conocido por el acrónimo Essalud) en el gobierno de Ollanta Humala (2011-2016). También se desempeñó como asesor parlamentario en temas de educación y salud, y fue economista senior de desarrollo humano del Banco Mundial.
Como asesor técnico de la candidatura de Mendoza (Juntos por el Perú), Francke mostró sus cartas en materia de política económica. El programa de esa fuerza política tenía como meta recuperar tres millones de puestos de trabajo en 2022 y una fuerte apuesta a reactivar la economía desde el gasto público.
Se apuntaba al financiamiento de programas de empleo temporal, entrega de bonos a sectores vulnerables y compras públicas de productos agrícolas. Un programa del Ministerio de Economía llamado “Reactiva Perú” sería la herramienta para activar estos planes.
En una entrevista publicada el 21 de marzo por Ojo Público, Francke aseguraba que el Estado peruano está en condiciones de afrontar estas inversiones con los fondos disponibles en el Tesoro Público. Estos gastos públicos, según el economista, generarían condiciones macroeconómicas y de infraestructura que permitirían luego dinamizar la inversión privada.
“Es innegable que el sector privado genera más inversión que el público, pero en esta crisis, las empresas tampoco están en su mejor momento. No nos oponemos a que ingresen a dinamizar la economía, pero es un trabajo en que el Estado no puede estar de costado”, declaró el economista al medio peruano.
Luego de esa etapa para superar los impactos de la pandemia, el programa de Juntos por el Perú establecía metas más ambiciosas, como una reforma tributaria, un impuesto a las grandes fortunas (superiores a los 100 millones de dólares) y un aumento de la carga tributaria sobre las grandes propiedades.
En entrevistas más recientes, Francke propuso avanzar hacia una “economía popular con mercado”, según informó Radio Programas de Perú. “Queremos que progrese y se desarrollen la agricultura, las pequeñas empresas, las microempresas y los emprendedores que es donde vive y trabaja la enorme mayoría de peruanos”, declaró en julio, cuando su nombre ya se consolidaba como alternativa para el Ministerio de Economía.
“Nosotros vamos a respetar escrupulosamente los ahorros familiares, la propiedad privada, el funcionamiento de los mercados y mantendremos una inflación controlada, lo demás es pura mentira”, dijo el economista, en respuesta a los ataques que recibía del fujimorismo.
En cuanto al espacio tributario para aumentar la carga tributaria a empresas mineras, un tema sensible para la economía peruana, Francke se ha mostrado cauteloso pero resuelto a avanzar: “Hay un espacio económico que permite obtener más recursos al Estado, manteniendo respetando el hecho que las empresas requieren tener una ganancia razonable. El Perú necesita esos recursos para mejorar su educación y su salud, especialmente ahora. Es potestad del Estado cambiar las reglas tributaria”.
Las críticas de Cerrón y sus allegados
El gradualismo de Francke es una garantía para los mercados, pero también despierta críticas por izquierda, tal como se vio incluso antes de su nombramiento oficial.
Aunque no habló públicamente sobre el tema, los principales medios peruanos especulan que Francke no asumió el jueves debido a la molestia que le habría generado la designación de Guido Bellido como primer ministro. Bellido es un hombre cercano al secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, y antes de su designación había hecho comentarios críticos hacia Francke.
“Se está evaluando (para Economía) a otros profesionales que tienen todo el derecho como Pedro Francke. A mí no me molesta de manera personal, pero sí veo a dónde se orienta (económicamente) y no es en función al programa y postulados del partido”, había dicho Bellido.
El ahora “premier” también se había manifestado contra la continuidad de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reservas (BCR), tal como pretenden Castillo y Francke. “¡Acaso no hay otro profesional patriótico que pueda asumir la dirección del BCR? ¿Por qué se quiere mantener a Julio Velarde? ¿Cuál es el truco? El pueblo votó por un cambio real y profundo”, posteó Bellido en su cuenta de Facebook.
Cerrón, por su parte, le salió al cruce a Francke, también desde sus redes sociales. “Francke repite con frecuencia que se necesitan funcionarios de “alto nivel”. Eso huele a Chicago Boy. Esos han fracasado por décadas. Necesitamos cambio y confiar en nosotros mismos”, tuiteó Cerrón el domingo 25.
La continuidad de Velarde en el Banco Central
En Perú el nombre de Julio Velarde es sinónimo de “tranquilidad en los mercados”. El presidente del BCR lleva 15 años en ese cargo técnico y a mediados de junio manifestó su intención de retirarse de la función pública. Sin embargo, Castillo le pidió el sábado 26 de junio que siga en el cargo.
“Nuestro compromiso es mantener el equilibrio fiscal y mejorar la calidad del gasto público, promover las inversiones y respetar la independencia y autonomía del BCR. Por ello nuestra voluntad de ratificar al Dr. Julio Velarde como presidente de esta importante institución”, escribió Castillo en su cuenta de Twitter.
Francke reconoció que esa propuesta de Castillo buscó ser una señal para “reforzar la idea de continuar con la estabilidad monetaria” y mantener los niveles de inflación bajos “tal como lo viene trabajando el BCR”. Estas señales gradualistas generaron “calma en los mercados” y una reacción “positiva” en el tipo de cambio, según un relevamiento que publicó unas horas después el diario peruano La República. Francke también le pidió a Socorro Heysen, titular de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) que siga en el cargo, para “cuidar el sistema financiero” del país.
Más allá de tensiones políticos y señales al mercado, Francke deberá enfrentar una situación compleja. La pandemia provocó la peor caída del PBI en los últimos 30 años y se estima que 30% de la población -unas tres millones de personas- perciben ingresos menores a los 100 dólares mensuales, según publicó The Economist.
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