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Suprema hipocresía

Suprema hipocresía

No quiso bombardear el califato sangriento de Abu Bakr al Baghdadi, cuando estaba masacrando a la mayoría musulmana de chiítas de Irak. Pero Barack Obama va al rescate de los refugiados cristianos –y los yazidis– debido a “un posible acto de genocidio”. A bombardear. Y menos mal que los refugiados en cuestión no son palestinos.

Esta hipocresía casi nos deja sin aliento, sobre todo porque el presidente de Estados Unidos está todavía demasiado asustado –por temor a disgustar a los turcos– para usar la palabra “G” sobre el genocidio de 1915 de Turquía de un millón y medio de cristianos armenios, una masacre masiva a una escala que incluso los matones de Abu Bakr aún no han intentado. Vamos a tener que esperar otro año para ver cómo Obama se maneja con las conmemoraciones del 100º aniversario de esa particular masacre musulmana de los cristianos.

Pero, por ahora, “Estados Unidos está llegando a ayudar” en Irak con los ataques aéreos sobre los “convoys” de combatientes del Estado Islámico. Pero, ¿acaso no es eso lo que los estadounidenses protagonizaron contra los talibán en Afganistán, a menudo confundiendo bodas inocentes por “convoys” islamistas? Dejar caer paquetes de alimentos a la minoría de refugiados por el temor que le causan sus vidas en las laderas de las montañas desnudas del norte de Irak es exactamente la misma operación que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo para los kurdos casi un cuarto de siglo atrás; y al final tuvieron que poner soldados estadounidenses y británicos en el terreno para crear un “refugio seguro” para los kurdos.

Tampoco Obama dijo nada acerca de su amigable aliado, Arabia Saudita, cuyos salafistas son la inspiración y la recaudación de fondos para las milicias sunnitas de Irak y Siria, al igual que lo fueron para los talibán en Afganistán. El muro entre los saudíes y los monstruos que crean –y que Estados Unidos ahora bombardea– se debe mantener tan alto como invisible. Esa es la medida de disimulo estadounidense en este último acto de duplicidad. Obama está bombardeando a los amigos de sus aliados saudíes –y enemigos del régimen de Al Assad en Siria, por cierto–, pero no lo dirá. Y sólo por si acaso, él cree que Estados Unidos debe actuar en defensa de su consulado en Erbil y la embajada en Bagdad.

Esa es la misma excusa que Estados Unidos utilizó cuando disparó sus cañones navales a las montañas Chouf del Líbano hace treinta años: que los jefes militares pro sirios del Líbano estaban poniendo en peligro la embajada estadounidense en Beirut. Que es tan poco probable que los islamistas tomen Erbil como que capturen Bagdad. Obama dice que tiene un “mandato” para bombardear del gobierno iraquí de Nouri al Maliki, el elegido pero dictatorial chiíta que ahora dirige a Irak como un Estado quebrado y sectario. La manera en que a los occidentales les encantan los “mandatos” desde el Tratado de Versalles de 1919, que atrajo a las fronteras de Oriente Medio para nuestros “mandatos”, las mismas fronteras que ahora el califato de Abu Bakr juró destruir. No hay muchas dudas acerca de la terrible e igualmente sectaria Isis que Abu Bakr está creando.

Su amenaza a los cristianos de Irak –conviértanse, paguen impuestos o mueran– ahora se ha vuelto contra los yazidis, la pequeña secta inofensiva cuyas raíces persas-asirias, rituales cristianos-islámicos y perdonando a Dios los han condenado como a los cristianos. Los kurdos étnicos, los pobres viejos yazidis creen que Dios, cuyos siete ángeles supuestamente gobiernan la Tierra, perdonó a Satanás: así que, inevitablemente, este antiguo pueblo llegó a ser considerado como adoradores del diablo. De ahí que sus 130 mil refugiados –al menos 40 mil de los cuales viven en las rocas de la montaña en por lo menos nueve lugares alrededor del Monte Sinjar– cuentan historias de violación, asesinato y matanza de niños a manos de los hombres de Abu Bakr. Por desgracia, todo puede ser verdad.

Los yazidis probablemente son descendientes de los partidarios del segundo califa omeya Yazid el Primero; su represión de Hussein, el hijo de Ali –cuyos seguidores son ahora los chiítas de Medio Oriente–, podrían teóricamente haber encomendado los yazidis al ejército musulmán sunnita de Abu Bakr. Pero sus rituales mezclados y su negación del mal nunca iban a encontrar el favor de un grupo que –como Arabia Saudita y los talibán– cree “en la supresión del vicio y en la propagación de la virtud”. En las fallas geológicas que se encuentran en el antiguo Kurdistán, Armenia y lo que era la Mesopotamia, la historia les dio a los yazidis una mala mano.

Pero por ellos, y los nestorianos y otros grupos cristianos, Obama ha ido a la guerra. Los franceses, con sus viejos espíritus de cruzados revividos, le pidieron al Consejo de Seguridad que reflexione sobre este pogrom cristiano. Pero la pregunta persiste: ¿Estados Unidos habría hecho lo mismo si los refugiados pertenecientes a minorías miserables del norte de Irak hubieran sido palestinos? ¿O la última campaña de bombardeos de Obama simplemente proporcionará una bienvenida distracción de los campos de exterminio de Gaza?

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


 

OBAMA DIJO QUE ACTUO PARA FRENAR EL “GENOCIDIO” DE MINORIAS RELIGIOSAS POR PARTE DE EXTREMISTAS

 

EE.UU. bombardeó posiciones islamistas en Irak

 

El portavoz del Pentágono informó que dos cazabombarderos F-18 lanzaron bombas de 230 kilogramos contra una pieza de artillería del grupo radical Estado Islámico y contra el camión sobre el que estaba posicionada, cerca de Erbil.

 

Aviones de Estados Unidos atacaron ayer a islamistas radicales en Irak, luego de que el presidente Barack Obama autorizara el uso de la fuerza militar para frenar un avance de los extremistas. El mandatario catalogó de “genocidio” la situación a la que están expuestas las minorías religiosas en la zona. En tanto, el vocero del Pentágono, almirante John Kirby, dijo que dos cazabombarderos F-18 lanzaron bombas de 230 kilogramos contra una pieza de artillería del grupo radical Estado Islámico (EI) y contra el camión sobre el que estaba posicionada. El almirante señaló que el EI estaba usando la artillería para disparar contra fuerzas kurdas que defienden la norteña ciudad de Erbil, capital de la zona semiautónoma de Irak controlada por la minoría kurda, o Kurdistán iraquí.

Los aviones despegaron desde el portaaviones USS George H. W. Bush, que está en el Golfo Pérsico, agregó Kirby, quien dijo que no estaba claro cuántos islamistas podrían haber muerto. El ataque marca la reanudación de la intervención militar de Estados Unidos en Irak luego de que Obama ordenara el fin de la misión de combate y de que las tropas norteamericanas abandonaran el país árabe, a fines de 2011, después de ocho años de guerra que comenzó con la invasión de 2003 para derrocar a Saddam Hussein.

Declarando que su país ahora “llega para ayudar”, Obama anunció el jueves por la noche que dio luz verde a bombardeos limitados para impedir un “genocidio” y detener el avance del EI, que el miércoles tomó la ciudad cristiana más grande de Irak y que se sitúa ahora sobre las fronteras mismas del Kurdistán. Al mismo tiempo, el mandatario informó que aviones militares de Estados Unidos, a pedido de Bagdad, ya habían comenzado a lanzar ayuda humanitaria a decenas de miles de iraquíes de minorías religiosas que están en una montaña cercana al Kurdistán rodeados por los extremistas y en urgente necesidad de agua y alimentos.

El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, de visita en India, afirmó ayer que las fuerzas de Estados Unidos tenían información y recursos suficientes como para identificar a los jihadistas y atacarlos, tanto con aviones tripulados como sin piloto, si amenazaban los intereses estadounidenses, informó la cadena CNN.

Por su parte, la ONU anunció que está preparando un corredor humanitario para facilitar la evacuación de civiles de zonas de Irak tras el inicio de la intervención estadounidense. “Ahora que los ataques aéreos han comenzado, la ONU en Irak está preparando urgentemente un corredor humanitario para permitir a los que lo necesiten escapar de las áreas bajo amenaza”, dijo el representante especial de la ONU para Irak, Nickolay Mladenov.

Consciente del rechazo de los estadounidenses a una nueva guerra, Obama reconoció que las acciones militares serán causa de preocupación para sus compatriotas, aunque insistió en que no volverá a desplegar tropas terrestres y en que la crisis no se solucionará sólo con la intervención armada de su país.

El Pentágono informó hoy que tres aviones Hércules de carga, custodiados por dos aviones de combate, descargaron agua, alimentos y otros suministros para los refugiados en el monte Sinyar y abandonaron la zona sin incidentes. El Departamento de Defensa precisó que los aviones dejaron caer 72 bultos con más de 20.000 litros de agua y con 8000 raciones de alimentos desde baja altura, en una operación que duró 15 minutos.

El anuncio de Obama llegó luego de que el EI tomara la ciudad cristiana más grande de Irak y zonas circundantes y se situara ya en las puertas del Kurdistán, en uno de los hechos más dramáticos desde que lanzó una ofensiva, en junio, con la que conquistó extensas zonas del norte y oeste de Irak.

Las conquistas de junio del EI incluyeron a Mosul, la segunda ciudad e Irak, y los milicianos lograron el jueves hacerse con el control de la represa de esa ciudad, la más grande del país, tras una semana de enfrentamientos con combatientes kurdos. La toma de la represa sobre el río Tigris, que pasa por Bagdad, es un hecho altamente preocupante, ya que el EI podría provocar la inundación de la capital y afectar seriamente los suministros de energía eléctrica en extensas zonas de Irak.

El EI está considerado más radical que Al Qaida, y recientemente ha declarado un califato en las áreas que controla en Irak y en la vecina Siria, donde combate para derrocar al gobierno de Damasco. En ciudades sirias e iraquíes que han conquistado, los combatientes del EI han obligado a los no musulmanes a convertirse, o abandonar sus casas o enfrentar la muerte.

La toma del jueves de Qaraqosh, la ciudad cristiana más grande de Irak, cerca del Kurdistán, y de otras zonas circundantes también provocó un enorme éxodo de unos 100.000 cristianos. Alarmados por los hechos, el papa Francisco hizo ayer un llamado “urgente” a la comunidad internacional para que ayude a los desplazados, mientras que el Consejo de Seguridad condenó anoche la ofensiva del EI en una reunión a pedido de Francia.

Ayer, el Vaticano anunció que el Papa enviará en los próximos días a Irak a uno de sus cardenales, Fernando Filoni, para analizar la situación de los cristianos y llevarles su mensaje de solidaridad. En París, el presidente de Francia, François Hollande, apoyó los bombardeos estadounidenses contra el EI en Irak y llamó a la Unión Europea (UE) a “desempeñar un papel activo” en respuesta la “catastrófica” situación.

Información adicional

Autor/a: Robert Fisk
País: IraK
Región: África
Fuente: Página12

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