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Wikileaks divulga más evidencias de la política injerencista de EU

Wikileaks divulga más evidencias de la política injerencista de EU

 

El sitio de Internet Wikileaks divulgó este lunes un millón 700 mil documentos diplomáticos estadunidenses de los años 70 que, aun cuando fueron desclasificados, siguen siendo de difícil acceso para el público, señaló Julian Assange en rueda de prensa ofrecida aquí vía videoconferencia.

 

Los nuevos documentos, que abarcan entre 1973 y 1976, comprenden correos enviados y recibidos por el secretario de Estado de entonces, Henry Kissinger, y ponen al descubierto nuevas evidencias sobre la política injerencista de Estados Unidos. Pueden ser consultados en la dirección wikileaks.org/plusd/.

 

Estos cables fueron desclasificados por el gobierno estadunidense, indicó Assange desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se refugia desde junio pasado para evitar su extradición a Suecia por acusaciones de violación y agresión sexual.

 

Sin embargo, continuó, los documentos eran accesibles a través de los archivos nacionales estadunidenses en un formato que no permite realizar búsquedas de palabras concretas. “Los telegramas estaban ocultos en una frontera entre el secreto y la complejidad”, explicó.

 

El papel de Washington en las dictaduras

 

Explicó que los documentos podrían volver a ser clasificados, al recordar un informe de 2006 del instituto de investigación de la universidad George Washington, según la cual unos 55 mil documentos del gobierno han vuelto a ser clasificados.

 

Indicó que poco más tarde los archivos nacionales informaron que los documentos difundidos por Wikileaks ya eran públicos desde 2006 y difundió una dirección en Internet de su base de datos, en la cual los usuarios pueden realizar búsquedas por fecha, tema o palabra clave.

 

“El material que volvemos público hoy es la publicación geopolítica más importante que se haya hecho”, destacó el fundador de Wikileaks, quien señaló que estas notas, informes y correspondencias subrayan el “amplio abanico y dominio de la influencia estadunidense en el mundo”.

 

El australiano afirmó que las informaciones revelan la gran extensión de las actividades de la Casa Blanca en el mundo en el periodo de Kissinger como secretario de Estado o consejero de seguridad nacional de los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford.

 

Reflejan aspectos de la política exterior de Washington en una época en la que se desarrolló parte de la agresión contra Vietnam, el escándalo Watergate y la dinámica compleja de la guerra fría.

 

Los documentos contienen importantes revelaciones acerca del “involucramiento” de Estados Unidos en dictaduras, “particularmente en Latinoamérica, en la España de (Francisco) Franco y en Grecia durante el régimen de los coroneles”, indicó.

 

Según Assange, los documentos revelan que para Estados Unidos es prioridad tener informantes dentro de los movimientos opositores a los gobiernos que no se pliegan a sus intereses, en parte para corromperlos, pero también para tener opciones en ambos bandos en caso de que exista un cambio en el país en cuestión.

 

Wikileaks generó ya gran atención mundial en 2010, tras haber publicado más de 250 mil cables diplomáticos. El soldado estadunidense Bradley Manning está preso desde 2010, acusado de facilitar cientos de miles de documentos secretos sobre Irak y Afganistán y más de 250 mil cables diplomáticos clasificados al sitio de Internet.

 

Enlaces

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

 

 

El Vaticano consideró propaganda comunista acusaciones a Pinochet

 

El Vaticano desestimó los crímenes de guerra perpetrados por el dictador chileno Augusto Pinochet tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, y calificó de “propaganda comunista” los informes de las matanzas durante el régimen militar, según información divulgada por el sitio de Internet Wikileaks.

 

De acuerdo con los cables, retomados parcialmente por el semanario L’Esspreso y el diario La Repubblica de Italia, el Vaticano había declarado su comprensión y tolerancia tras la asonada militar. “Como es natural, desafortunadamente, tras un golpe de Estado hay que admitir que ha habido derramamiento de sangre en las operaciones de limpieza en Chile”, afirmó entonces Giovanni Benelli, encargado de la Secretaría de Estado.

 

En uno de los informes enviados a Washington por la embajada de Estados Unidos ante la sede de la Iglesia católica, Benelli expresó el 18 de octubre de 1973, poco más de un mes después del derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende, “su profunda preocupación, al igual que la del Papa (Paulo VI), sobre una campaña internacional izquierdista que tergiversa, y con éxito, la realidad de la situación chilena”.

 

El prelado, sustituto de Giovanni Cicognani, secretario de Estado del Vaticano, quien era muy anciano para cumplir con sus funciones, calificó de exageraciones de la prensa las noticias sobre la represión de la dictadura pinochetista.

 

Benelli, quien según fuentes diplomáticas recibió a Richard Nixon cuando visitó el Vaticano en 1969, etiquetó las denuncias de prensa contra la represión desatada por el régimen militar como “el mayor éxito de la propaganda comunista”.

 

Asimismo, sostuvo en el documento dirigido al entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, que tanto el episcopado chileno como la nunciatura apostólica le aseguraron que las “historias de represión brutal descritas por la prensa mundial eran infundadas”.

 

Otro cable menciona que el cardenal chileno Raúl Silva defendió al régimen y minimizó los excesos de la represión. No obstante, poco después tomó distancia de los militares.

 

En noviembre de 1974, Silva fue recibido por Paulo VI, a quien dio “una visión bastante pesimista” de la situación en Chile y advirtió que Pinochet solía acusar a otros miembros de la junta militar de la violencia y la represión, pero el Vaticano cree que se trató de un estratagema para librarse de la culpa.

 

En los años sucesivos, el Vaticano comprendió la gravedad de los abusos cometidos por el régimen de Pinochet, pero se negó a criticar directamente al dictador, e incluso el ex secretario de Estado Angelo Sodano lo defendió en 1998, cuando fue detenido en Londres.

 

Otros documentos publicados denuncian la relación del Vaticano con otras dictaduras de Sudamérica. Se confirmó así la cercanía entre el nuncio apostólico en Argentina, Pio Laghi, y el almirante Emilio Massera, quien formó parte de la junta militar que en 1976 depuso a la presidenta María Estela Martínez de Perón.

 

En un cable de noviembre de 1975, cuatro meses antes del golpe de Estado, la embajada estadunidense en Buenos Aires informó al Departamento de Estado que, según Laghi, la presidenta se debía ir lo antes posible, incluso con una asonada militar.

Información adicional

Autor/a:
País: Estados Unidos
Región: Norte América
Fuente: La Jornada

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