Se conocen como bolas chinas, bolas geisha, bolas vaginales, bolas Ben Wa, bolas de kegel. Su historia explica algunos de los nombres, pues se considera que son el resultado del uso de los huevos de Jade, que tienen su origen hace más de 2000 años en la cultura taoísta. Piedras de jade en forma de huevo que se introducían las mujeres en la vagina y mediante la contracción de músculos pélvicos las subían y bajaban.
Con el tiempo se han desarrollado de otra forma y la denominación más común es bolas chinas, que además se diferencian un poco de los huevos de jade pues, primero, no son de la piedra jade, segundo, pueden venir dos unidas y, tercero, tienen otra bola dentro que genera una vibración. Otro de sus nombres, bolas de kegel, aparece bastante tiempo después, relacionado con un científico que a mediados de siglo XX crea unos ejercicios para tratar la incontinencia luego de los partos.
Más allá de su historia o de la forma correcta de nombrarlas, estas bolas son accesorios bastante interesantes, cuando se trata de hablar de vaginas. Con diferentes beneficios médicos, como efectivamente ayudar a tratar la incontinencia, fortalecer los músculos y el suelo pélvico luego de operaciones o también en casos de vaginismo, estas bolas también permiten ejercitar los músculos pélvicos para tener un mayor placer sexual. Los músculos vaginales no son músculos que estén directamente controlados y por eso puede ser difícil aprender a hacerlo, pero estas bolas nos permiten empezar a sentirlos y desarrollarlos, mediante su dilatación y contracción.
Funcionan bastante fácil, simplemente las introduces con cuidado a la vagina, pueden ser una o dos bolas, puedes introducir las dos o dejar una afuera y otra dentro. Estas bolas tienen dentro otra bola que genera un sentimiento de vibración. Su uso no produce necesariamente placer sexual, sino que busca ejercitar los músculos para tener un mejor manejo de los mismos, lo que ayuda a que en la masturbación o la relación sexual exista mayor placer; su uso también puede llegar a ser placentero.
Introducirlas para salir a caminar, arreglar la casa o montar bicicleta, permite que los músculos se ejerciten y que haya mayor conciencia de cómo se mueven estos músculos, tratando de subirlas o bajarlas mientras están adentro. Esta conciencia, como toda autoconsciencia del cuerpo, es placentera y saludable. Al introducirlas puedes mirar tu vagina, ser consciente de qué sientes y en dónde lo sientes.
Las bolas chinas las consigues en tiendas de juguetes sexuales o por internet; seguro encontrarás algún manual de cómo hacerlas de forma casera. Es importante tener en cuenta que si lo buscado es un juguete sexual, no será necesariamente la opción más recomendada, pero si lo buscado es una herramienta para conocerte y fortalecerte, estas son excelentes aliadas. Si usas la copa menstrual o tampones, si estás acostumbrada a mirar y tocar tu vagina, vale la pena que compres las dobles, pero si no estás muy acostumbrada a introducir algo en tu vagina, pero te interesa o quieres trabajar un vaginismo, las individuales también son una opción. Porque, recordemos, las vaginas también chupan, agarran, empujan y sacan lo que quieran de ellas.
Acá puedes verlas y también encontrar más información sobre otros juguetes, como también otros temas de sexualidad:
http://ventecomoeres.strikingly.com/
https://centradaenti.es/bolas-chinas-instrucciones-de-uso/
http://www.mujerhoy.com/psico-sexo/sexo/bolas-chinas-usos-colocacion-724480042013.html
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