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Caracterización conceptual de los movimientos sociales

Caracterización conceptual de los movimientos sociales

En los primeros días del 2016 estamos presenciando diversas expresiones del movimiento social y de la protesta popular.

En varias regiones y con ocasión de algunas problemáticas socioeconómicas, de derechos humanos, del postconflicto armado y ambientales, varios núcleos humanos hacen visible su inconformidad con manifestaciones, plantones y tomas de espacios públicos.

Bogotá es el escenario de importantes movilizaciones contra las primeras medidas neoliberales del nuevo alcalde de la ciudad, el señor Enrique Peñalosa.

Las organizaciones sindicales, los sindicatos agrarios y las redes defensoras de los bienes públicos han realizado encuentros y reuniones para preparar un paro cívico nacional que frene la arremetida neoliberal del gobierno del señor Santos.

La presencia de los movimientos sociales en el campo político nacional debe ser el resultado de la aplicación de los acuerdos de paz de La Habana en materia de participación política. Los mismos disponen que:

“Una sociedad democrática y organizada es una condición necesaria para la construcción de una paz estable y duradera, en particular en el marco de la implementación del Acuerdo Final. Por ello, y en atención al derecho de todas las personas a constituir organizaciones sociales del más variado tipo; a formar parte de ellas y a difundir sus plataformas; a la libertad de expresión y al disenso; al pluralismo y la tolerancia; a la acción política o social a través de la protesta y la movilización; y teniendo en cuenta la necesidad de una cultura política para la resolución pacífica de los conflictos y la obligación del Estado de garantizar el diálogo deliberante y público, acordamos que se adoptarán medidas para garantizar el reconocimiento, fortalecimiento y empoderamiento de todos los movimientos y organizaciones sociales, de acuerdo con sus repertorios y sus plataformas de acción social.

“Con ese propósito, el Gobierno Nacional elaborará un proyecto de ley de garantías y promoción de la participación ciudadana y de otras actividades que puedan realizar las organizaciones y movimientos sociales, sobre la base de los siguientes lineamientos, entre otros, que serán discutidos en un espacio de carácter nacional, que contará con la participación de los voceros de las organizaciones y movimientos sociales más representativos: garantizar el derecho al acceso oportuno y libre a la información oficial en el marco de la Constitución y la ley; reglamentación del derecho de réplica y rectificación, en cabeza de las organizaciones y movimientos sociales más representativos, frente a declaraciones falsas o agraviantes por parte del Gobierno Nacional; realizar conjuntamente con las organizaciones y movimientos sociales una caracterización y registro de organizaciones sociales; apoyar, mediante asistencia legal y técnica, la creación y el fortalecimiento de las organizaciones y movimientos sociales; por solicitud de las organizaciones y movimientos sociales, agilizar la sistematización e intercambio de experiencias exitosas de fortalecimiento de los mismos; fortalecer los mecanismos de financiación de iniciativas y proyectos propios de las organizaciones sociales; promover la creación de redes de organizaciones y movimientos sociales que hagan visibles los liderazgos y garanticen su capacidad de plena interlocución con los poderes públicos; acceso a mecanismos de difusión para hacer visible la labor y la opinión de las organizaciones y movimientos sociales; en las instancias de participación ciudadana se ampliará y garantizará la representatividad de las organizaciones y los movimientos sociales; diseñar metodologías que contribuyan a la efectividad e incidencia de las instancias de participación e interlocución; poner en marcha instancias de seguimiento y verificación del cumplimiento por parte de las autoridades de las obligaciones, compromisos y garantías, en cuanto al establecimiento, funcionamiento y eficacia de los espacios de participación ciudadana; crear una herramienta que permita valorar, hacer visible e incentivar la gestión de las autoridades públicas, con respecto a la participación de las organizaciones y movimientos sociales; se garantizará el intercambio de experiencias exitosas de participación ciudadana entre las organizaciones sociales y las autoridades; promover la construcción de agendas de trabajo locales, municipales, departamentales y nacionales, según el caso, que permitan la atención temprana de las peticiones y propuestas de los diferentes sectores que se realicen a través de las organizaciones y movimientos sociales; las autoridades locales deberán atender de manera oportuna las peticiones y propuestas, y canalizarlas según su competencia, con el fin de que sean atendidas de manera pronta y eficaz.

“Acordamos también que el Gobierno Nacional considerará y evaluará la viabilidad de propuestas de garantías adicionales que surjan en el marco de ese espacio de participación de carácter nacional, en una Comisión de Diálogo con voceros de las organizaciones y movimientos sociales más representativos, escogidos a través de un mecanismo definido por los organizadores. El mecanismo deberá ser participativo y garantizar una representación pluralista y equilibrada en la Comisión.

“El Gobierno Nacional y las FARC-EP acordarán los organizadores, criterios y lineamientos para el desarrollo de ese espacio de participación de carácter nacional, con el fin de garantizar una representación pluralista y equilibrada.

“Por otra parte, en el acuerdo se reconoce que la movilización y la protesta, como formas de acción política, son ejercicios legítimos del derecho a la reunión, a la libre circulación, a la libre expresión, a la libertad de conciencia y a la oposición en una democracia; y que en un escenario de fin del conflicto se deben garantizar diferentes espacios para canalizar las demandas ciudadanas, incluyendo garantías plenas para la movilización, la protesta y la convivencia pacífica” (http://bit.ly/1PMGq4w ).

Desde ese consenso alcanzado en el marco de las conversaciones de paz para la terminación del largo y cruel conflicto armado nacional, resulta oportuno avanzar en una definición teórica de los movimientos sociales.

En esa dirección, la caracterización teórica de los movimientos sociales en Colombia y sus eventuales proyecciones políticas requiere, de manera preliminar, hacer una aproximación general a los principales aportes que al respecto se han producido tanto en Colombia como en el exterior en los años recientes.

El propósito de esta consideración, más que formular una definición taxativa de movimiento social, es recoger las principales visiones teóricas del tema para, con esto, acotar las reflexiones y precisar las propias elecciones epistemológicas.

1. El aporte de Raschke.

Una introducción inicial a la conceptualización de movimiento social la aporta Joachim Raschke (http://pendientedemigracion.ucm.es/info/cpuno/asoc/profesores/lecturas/raschke.pdf) quien afirma que movimiento social es un actor colectivo que interviene en el proceso de cambio social. Lo que supone el desarrollo de determinadas conductas llevadas a cabo por individuos ligados entre sí. Pero esta articulación no implica forzosamente homogeneidad, por el contrario, se puede observar en el seno de un movimiento social una multiplicidad de tendencias, organizaciones y principios para la acción. Por otra parte las metas y objetivos de estos movimientos tienden a ser bastante amplios y, en este contexto, apuntan a cambiar estructuras importantes de la sociedad. En este caso la heterogeneidad del componente social se convierte en el rasgo propio del movimiento, mientras que los objetivos comunes operan como las premisas articuladoras del mismo.

2. Revilla Blanco y su definición de movimiento social.

Por el contrario, para Marisa Revilla Blanco (http://bit.ly/1K6MgOg ), el movimiento social es el proceso de (re)constitución de una identidad colectiva, fuera del ámbito de la política institucional. Este proceso dota de sentido a la acción individual y colectiva. El sentido de la acción es lo que permite distinguir al movimiento social del comportamiento colectivo, por cuanto éste es tan solo la agregación de intereses individuales en una coyuntura específica, mientras que en el movimiento social la identidad colectiva constituye en sí un incentivo selectivo para la acción.

3. Paramio y los grupos de interés.

Para Ludolfo Paramio (http://bit.ly/1KzrVkF ) los movimientos sociales no son otra cosa que las nuevas variantes de los llamados grupos de interés y su auge, en las décadas recientes, es una manifestación de la crisis de un sistema político dual, articulado en torno a la democracia de partidos y en un pacto corporativo entre los grupos de interés dominantes (sindicatos y patrones), que imponen los grandes rasgos del modelo de sociedad y los márgenes de su evolución. Es precisamente la agudización de la crisis del pacto corporativo la que ha detonado el crecimiento extensivo de los nuevos movimientos sociales (ecologistas, de género, antiarmamentistas, etc.). Pero en este punto cabe registrar las precisiones que establece Paramio en cuanto que estos nuevos movimientos sociales no difieren sustantivamente de aquellos que los precedieron; en ambos casos, tanto los tradicionales como los nuevos, son un colectivo que persigue objetivos comunes, que cuenta con una organización más o menos flexible y con un grupo dirigente organizado de forma regular; las diferencias se expresan en la tendencia a la integraciónde los tradicionales y en el carácter antisistémicode los emergentes.

En todos estos enfoques, y pese a sus matices, la acción colectiva, entendida como las diferentes expresiones de movilización social popular (protestas, motines, bandolerismo social, etc.) se convierte en el rasgo distintivo e identificatorio de los movimientos sociales.

4. La definición de Melucci.

En el caso de Alberto Melucci (http://bit.ly/1L98aLO ), la acción colectiva es considerada como el resultado de las intenciones, recursos y límites que un colectivo le determina a su conducta social; se trata de una orientación intencional, construida mediante relaciones sociales desarrollada en un sistema de oportunidades y obligaciones. Este accionar se articula en función de tres ejes: fines, medios y ambiente.

5. El enfoque de Pizzorno.

Mientras que para Alessandro Pizzorno (http://dialnet.unirioja.es/ejemplar/5056) el eje de la acción colectiva no está en la visión olsoniana del free líder (relación costos‐beneficios), sino en su rasgo de eje articulador de las identidades colectivas. Lo anterior se deduce al constatar que la identidad colectiva tiende a intensificar su etapa formativa en losprocesos de movilización y conflicto.

6. La teoría de la movilización de recursos.

Otro de los planteamientos básicos respecto de los movimientos sociales es la llamada teoría de la movilización de recursos (http://www.ses.unam.mx/docencia/2015II/Jenkins1994_LaTeoriaDeLaMovilizacionDeRecursos.pdf) categoría acuñada por la sociología funcionalista norteamericana que propone un modelo multifactorial para explicar la formación de los mismos; en este planteamiento se subraya la importancia de factores como los recursos, la organización y las oportunidades políticas, además de las hipótesis tradicionales del descontento, en la emergencia y desarrollo de los movimientos sociales. En esta conceptualización la organización del grupo es el factor determinante del potencialde movilización y de las pautas que ha de seguir, mientras que la movilización se convierte en el proceso mediante el cual un grupo se asegura el control colectivo sobre los recursos necesarios para la acción colectiva. Siguiendo esta lógica movimiental los miembros de un colectivo social como cualquier actor socializado, se mueven tanto por valores y sentimientos interiorizados como por cálculos de interés personal. Debido a esto el principal objetivo de la movilización debe ser la generación de solidaridad y compromiso moral para con las amplias colectividades en nombre de las cuales se actúa.

Pero pese a estos sustantivos avances en la precisión del concepto y rasgos distintivos de los movimientos sociales, la evaluación correspondiente continúa arrojando notorios déficits.

7. Manuel Pérez Ledezma.

En su análisis de los diferentes aportes a dicha conceptualización Manuel Pérez Ledesma (http://bit.ly/1PfOCJx ) concluye que aún no están del todo claras las fronteras de ese campo de estudios. Los diferentes enfoques de las ciencias sociales (historia, sociología, politología, etc.) y sus principales exponentes (C. Tilly, A. Oberschall, G. Rudé, E. P. Thompson, S. Tarrow, etc.) tienden a fijar en categorías genéricas su objeto de estudio y, apartir de ellas, a construir razonamientos teóricos explicativos. Se hace necesario, a juicio de Pérez, sistematizar estas experiencias a objeto de convertirlas en aportes concretos al campo del análisis y proyección de dichos movimientos.

8. Moscoso.

Al parecer el dilema teórico fundamental que se debe dilucidar, como asegura Moscoso (http://bit.ly/1mmdfK8 ), se encuentra en la relación o puente que debe construirse entre el movimiento social y la acción política. Desde esta perspectiva las ciencias sociales deben poner fin a la actitud de enclaustramiento que las empuja a trabajar los movimientos sociales exclusivamente en su dimensión factual, para llegar a establecer y precisar las dimensiones proyectuales de rango estratégico (políticas), que permitan funcionalizar e incorporar la acción colectiva al proyecto político.

El análisis de estas relaciones y las eventualidades del proyecto político popular han sido escasamente trabajadas en Colombia. Sin duda alguna los principales déficits se encuentran en el ámbito de las ciencias sociales, las cuales por lo demás se encuentran mayoritariamente posicionadas en torno a las estructuras de dominación; pero no es menos efectivo que desde la trinchera de la intelectualidad orgánica el aporte ha sido más bien reducido.

Para Moscoso el marxismo debe buscar la clave a su explicación del desarrollo de los movimientos sociales en la interacción que se produce entre la ‘demanda’ y la ‘oferta’ de actividad política.

9. Archila y Munera definen el movimiento social en Colombia.

Ya en el caso colombiano, profesionales expertos en el tema de los movimientos sociales como M. Archila, plantean que los mismos son una expresión organizada de la sociedad civil sin que la agoten, pues en ella también están, entre otros, los grupos económicos, las asociaciones religiosas y los individuos. Por movimientos sociales entendemos, dice Archila, aquellas acciones sociales colectivas permanentes que se oponen a exclusiones, desigualdades e injusticias, que tienden a ser propositivos y se presentan en contextos socio espaciales y temporales específicos (http://bit.ly/1W3upbO ).

Los movimientos sociales, agrega Archila, cada vez más encarnan los múltiples derechos que la nueva ciudadanía reclama, lo que se sintetiza en la consigna del derecho a tener derechos. Ello no significa que necesariamente los movimientos sociales tienen que ser transformadores radicales de la sociedad, sino que, como dice Manuel Castells, ellos simplemente muestran los conflictos de la sociedad. En ese sentido, afirma, no son ni buenos ni malos, no son ni reformistas ni revolucionarios, sino que expresan los conflictos existentes en una sociedad concreta (http://bit.ly/1W3upbO ).

Leopoldo Munera, intenta construir una definición de los movimientos sociales y los elementos que lo componen mediante una revisión a diversos enfoques tales como el de las conductas colectivas; la movilización de recursos; la sociología de la acción; y el movimiento popular (file:///C:/Users/PAPELITOS%20J.J/Downloads/-data-H_Critica_07 10_H_Critica_07.pdf).

Digamos, para cerrar, que una caracterización más amplia de los movimientos sociales sugiere una revisión histórica sobre las diversas aproximaciones teóricas a dicho fenómeno o expresión social. Acercamientos que suman la definición del movimiento obrero, los fenómenos de masas y la sociología de las masas, las interpretaciones de la acción colectiva como irregularidades no institucionales, la movilización de recursos, las estructuras de oportunidades políticas y los nuevos movimientos sociales.

Información adicional

Autor/a: Horacio Duque
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente:

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