No alcanzó los 110 diputados o más que pregonó. Por primera vez, tras concluir una elección, Chávez no se asomó en la ventana de Miraflores. En los “diputados por lista” ganó la oposición neoliberal con 26 y el 60,4 por ciento del registro electoral, mientras 24+1 fueron para el PSUV-PCV1 y 1 del PPT2. Y hubo 5.606.000 votos de oposición y 5.268.017 por Chávez. Una realidad que el libreto oficial despacha con una lectura triunfal –un líder único sólo asume victorias reales o acomodadas. Pero en verdad, el 26 de septiembre fue otra alerta de la población. Un aviso para una revolución vulnerable por sus errores de conducción –sin dirección colectiva ni planificación–, sectarismo y lenguaje que conllevan una pérdida de apoyo, del ánimo y el voto de sectores sociales y populares. En Venezuela están en juego las perspectivas de la región y el continente.
sin la más pequeña mezcla
de lisonja. Los demás estaban
deslumbrados con los rayos
de mi fortuna.
Simón Bolívar.
Carta a Fernando Peñalver.
(Estuvo preso con Francisco Miranda en las bóvedas de La Guaira. Fue quien entró a la imprenta para imprimir el Correo del Orinoco y luego presidió el Congreso de Cúcuta en 1821)
Luna de madrugada, sin muchedumbre ni ecos del ¡Chávez…! ¡Chávez…! ¡Chávez…! en el patio del Balcón del Pueblo. Tampoco, de cohetes y juegos pirotécnicos. Verdad amarga, para muchos, en la noche de ese 26. Un resultado que no tuvo las “dos terceras partes”. Sin embargo, dados el borrón de la representación proporcional y la diferencia en el valor del voto –por su origen geográfico y rural o urbano–, resultó una “mayoría simple” –holgada– de 98-65 diputados para el chavismo, pero que no es “calificada” ni de las “tres quintas partes”. Mayoría de 98 que es un árbol que tapa el bosque3.
En efecto, en la votación por el Parlamento Andino, con un único circuito nacional y la participación de los residentes en el exterior –distinto de los conteos por lista y de circuitos para la Asamblea Nacional (AN)–, el resultado arrojó 5.451.778 opositores y sólo 5.268.939 del PSUV. Una votación por el chavismo que, en comparación con la victoria de la reelección presidencial en diciembre de 2006, disminuyó en 1.857.659 votos. Y que en otro número, de un escenario más particular, con 484.103 y 484.390 votos, hace saltar a la vista que ya no hubo ventaja del chavismo en los cinco municipios del Distrito Capital. En el circuito 2 del histórico 23 de enero, la ventaja se redujo a 3.847 votos, acorde con la tendencia de disminución4 (ver Cuadro 1).
Y en el estado Miranda –con los cerros de Petare (en Bogotá sería Ciudad Bolívar)– y sus avenidas y calles que cruzan por el suroriente de Caracas, la ventaja de quienes están descontentos o no han roto con el pasado fue de 189.900 sufragios; con aumento en los dos últimos años del 20,8 por ciento en los cerros y un decrecer de 6,4 del chavismo, en los altos mirandinos (un Soacha-Sibaté-Usme, en cercanías de Bogotá).
El bajo y el techo del voto rojo
Con retardo, y ante las noticias y los comentarios de impacto para el PSUV, después de actuar con su decisión de un año de campaña, el Presidente habló en la tarde del 27 de septiembre para subrayar ante los números como… matemáticas chimbas. Y a renglón seguido desafió con respecto a la oposición: …sigan ganando así (65-98) que en diciembre de 2012 los espero. (Sigan en su) borrachera de los primeros 15 minutos, que se van a estrellar cuando despierten. Y en cuanto a una campaña que ahora comienza por dos años, que lanzó desde el jueves 23 de septiembre en Barquisimeto, durante el cierre de la anterior, por la AN, precisó una tarea con respecto al apoyo popular –un ministro dijo hace unos años que “es más que amor, frenesí”: …al frenesí, (tenemos que) volverlo voto estratégico, seguro, permanente, disciplinado. Para esos planes, ronda en su cabeza el “techo” en voto de 7’253.691 venezolanos, alguna vez inscritos en el PSUV. Sólo ronda, porque esa cantidad nunca votó por Chávez.
Luego de 11 años de su primera elección, y de pasar siete años y seis meses del 13 de abril de 2003, cuando diferentes núcleos revolucionarios impulsaron una inicial movilización del pueblo, con apoyo y neutralidad de los sectores de la Fuerza Armada Nacional (FAN), que repuso al presidente Hugo Chávez tras un intento de golpe5; por estos largos meses –o dos últimos años–, hay una nueva correlación política.
El pasado 26 de septiembre, por el efecto de persistentes hechos de corrupción e ineficacia –con el mérito y la bonanza en los precios petroleros, y sin la limitación estructural y económica de Cuba–, creció la población descontenta y la opositora que no acogió la modalidad de ‘cambio’ y ‘socialismo’ ni compartió ni ‘agradeció’ las medidas administrativas y ‘centralistas’ del último año largo, en los territorios de las alcaldías (Metropolitana y Petare) y de las cinco gobernaciones perdidas; y al lado de un “voto castigo” hubo una modalidad de “voto equilibrio”6.
Una nueva correlación política de irrupción en Venezuela, de esa misma expresión y opinión, que, tras su reelección, las sociedades en diferentes realidades atravesaron también entre otros a François Mitterrand, en Francia; a Felipe González, en España; a George Bush hijo, en los Estados Unidos; y que pudiera explicar el resultado de ahora y el anterior: cuando el presidente Chávez tampoco pudo obtener la totalidad de los gobernadores. Aunque sí… rodearlos con la mayoría absoluta del número de alcaldes. De presencia de un “voto cruzado” o de equilibrio, del cual no es ajena una “revolución institucional” –sin victoria estratégica–, aunque… no desarmada como la hoy presente en Venezuela. Una forma de “voto” ‘previsible’ que en este marco de Revolución puede tener también o tiene ‘cultura’ y lugar (ver Cuadro 2).
En la campaña que culminó, la dirección del PSUV, con su plan de organización de “1 por 10”, controló la búsqueda casa a casa, persona a persona, de todos los que tienen en lista como afiliados al PSUV, con la misión de lograr su voto. Exultado el ánimo, no como hace un año largo. En la elección interna para definir los delegados a su I Congreso Extraordinario sólo votaron 1’600.000 y hubo voces que dijeron 1’100.000. Meses después, para elegir –con base en que los precandidatos tuvieran el visto bueno– a los candidatos para la AN por circuito, según Jorge Rodríguez, encargado de organización, el número de participantes alcanzó 2’539.852, un 38 por ciento de los inscritos, porcentaje que pudiera indicar el descenso o la cantidad límite del “voto duro” que acompaña al Presidente, y que vitorea y llena con camisas rojas sus actos públicos.
Dos años decisivos para una autocrítica ejemplar
Ante el riesgo electoral de 2012, la Revolución dispone de dos años para… rectificar, relanzar y reimpulsar. Tal como en el ayer insinuó el Presidente, una vez que conoció los resultados de la elección de gobernadores. De sobrada manera, la rectificación necesita el ejemplo y no sólo discursivo sino que debe notarse, enseñar y provenir desde el más alto nivel. Del propio líder. Ante una estructura de 11 años con la implantación de un liderazgo sumo, no hay lugar ni sucederá un arreglo del rumbo como resultado de una fuerza desde abajo.
Al respecto, con el epígrafe “quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”, de Aldous Huxley, el ex canciller, ex ministro de defensa y ex vicepresidente José Vicente Rangel abordó un “análisis desapasionado” en su columna semanal del diario Últimas Noticias del 4 de octubre, en el cual resalta que “sin duda a partir del 26S […] sería un error subestimar […] el cambio en la correlación política. Por un lado, está la consolidación de la votación del sector opositor y el estancamiento del chavismo. […] El chavismo no puede desconocer que tiene que trabajar dentro de una realidad diferente”. El Presidente, días más tarde de su primera reacción, en discurso ante los 98 diputados elegidos y sus respectivos suplentes, insistió en llamar… al reimpulso, el relanzamiento y la rectificación al cuadrado.
Innegable. Como consta para cualquiera, la pérdida de apoyo y del ánimo y el voto en sectores sociales y populares por razones de diverso orden (la costumbre, la cultura y el poder mediático; el financiamiento y la asesoría externa, los planes del poder transnacional y de la derecha, etcétera), unas causas que es necesario jerarquizar de manera no tradicional en el relato de la izquierda: con la prepotencia, el sectarismo y los propios errores como determinantes, urge rectificar:
Ineficacia del Estado. 2. Corrupción. 3. Abuso de partido (estilo, método y forma de avanzar el socialismo, y de aplicar la Constitución y su desarrollo legal mediante el debate y la aprobación de las leyes respectivas).
la nueva madera.
Ahora es el momento de tallarla.
Poema “Un pacto”, de Personae, 1926
1 Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y Partido Comunista de Venezuela (PCV).
2 Partido Patria Para Todos (PPT).
3 Eva Golinger, aplaudida intelectual partidaria de la Revolución, autora de varios libros sobre la intervención de la USAID y de otros organismos financieros y de inteligencia de los Estados Unidos en Venezuela, y durante el golpe del 11 de abril de 2003, refiere: “Algo extraordinario para un partido político (PSUV) con sólo tres años de formación. Pocos partidos en el mundo tienen una mayora absoluta” (Ver: La Razón. Entrevista, domingo 3 de octubre, p. 8).
4 Ver “El voto duro de Chávez está en apuros”, desde abajo, edición 161, septiembre – octubre 2010. Observar el cuadro “circuito Caracas”, incluido en el extremo inferior izquierdo de la p. 20.
5 Ante el anterior rechazo de la oposición, significó el triunfo político social (no electoral) de la Constitución de 1999.
6 Tipo de voto con ampliación o penetración, ahora, en las áreas propias con gobernadores y alcaldes rojos.
La Revolución entrega imágenes y banderas
democráticas
La reciente elección tendrá un debate largo que puede no favorecer el postulado democrático por el socialismo del siglo XXI. En un esquema apenas para dos grandes en votos, en agosto de 2009, con la nueva ley de reforma electoral que descartó la representación proporcional, sólo mantuvo circunscripción especial para los pueblos indígenas. Varió de un 60-40 a 80-20 la asignación de curules para la primera lista con mayor número de votos en cada circuito y para la lista del partido siguiente. Un paso en relación con la Constitución de 1999 que eliminó el Senado y aprobó una Asamblea Nacional Unicameral. Una novedad con el argumento de integrar los estados no centrales de la IV República. Entonces, decidió un organismo unicameral con una combinación de lista por estado y elección uninominal por circuitos que aumentó la representación uninominal y sobrerrepresentó los estados más despoblados. Queda una pregunta: ¿Durante los 11 años persistió el descuido de esos territorios? ¿Era necesario entonces reivindicar aún más estos territorios?
Un detalle de la realidad
“Vamos a reestructurar toda la red hospitalaria”. En una situación de incremento del dengue hemorrágico –de 1.987 enfermos a 6.418, en julio–, del paludismo –15.502 casos–, de la diarrea infantil –60.936 casos, entre enero y julio– y las infecciones respiratorias –25.050 consultas en estos siete meses, con respecto a 2009 (Ver Boletín Epidemiológico, semana del 25 al 31 de julio). El doctor José España, director del Hospital Universitario de Caracas, desde hace un mes viceministro de Redes de Servicios de Salud, cree que “los médicos venezolanos se quedarían en sus hospitales y en el país si tuvieran seguridad social, facilidades para adquirir viviendas, vehículos, apoyo educativo para sus hijos, facilidades para acudir a congresos, insumos en su área y un ambiente de trabajo adecuado. Tiene a su cargo los hospitales, los ambulatorios y las clínicas populares, pero el primer nivel de atención, la red Barrio Adentro, no es de su competencia. Su misión será “reestructurar toda la red hospitalaria” (ver Últimas Noticias, 2 de septiembre, artículo de Patricia Marcano).
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