Preso político detenido en la cárcel
de alta seguridad de Valledupar,
amante del punk y la libertad.
En los 80, Bogotá adquirió un aire de metrópoli monótona. Ya no era esa ciudad cruzada por un frío de cuchillos y vientos antárticos a la sombra de un cielo sombrío unido a tierra por largos hilos de lluvia eterna. Ahora la ciudad era en verdad dos ciudades. Al norte, una urbe que codiciaba parecerse a los bulevares plateados de Miami o los suburbios (suburbs) de Malibú, con chalets californianos de palmeras y enanos de Walt Disney en el jardín, mientras al sur se extendía otra que remedaba las favelas de Rio de Janeiro. En medio de ese cambiante caos urbano de smog y ciclovía, vendedores ambulantes, parabólicas, buses rojos y amarillos, Mercedes blindados y zorras tiradas por caballos moribundos, nos llegó el punk a Bogotá. El punk era la música adecuada porque, la verdad, era una música simple y cruda, a veces descuidada; un tipo de rock sencillo, con melodías escuetas, guitarras ruidosas, batería histérica de compases y tempos acelerados, y de fondo un alarido de chicos arrinconados contra la pared. Un sonido de capital dura e insensible.
“Así empezó la cosa”, dijo K de Kontra la Pared. ”A mitad de los 80 aún estábamos en el colegio y escuchábamos rock. En esa época llegaba de todo y escuchábamos de todo: metal, pop, disco, glam, folk, hasta Michel Jackson y Madonna. Eran los 80. No se tenían las tendencias tan marcadas de ahora. En los escasos conciertos que había en la ciudad llegaban metaleros, rocanroleros, tal vez los primeros skinheads, uno que otro vestido de punkero, pero no era muy definido. A mí me llegó el punk en segundo de bachillerato y delineaba crestudos y la A de anarquía en el pupitre. No recuerdo cómo llegaban esas imágenes, tal vez por prensa o la televisión, pero no tenían el sonido ni idea de cómo sonaban las imágenes que me atraían.
Recipientes sonoros
En 1989 fundamos una banda que se llamaba Zorlak. No teníamos instrumentos profesionales pero se tenía una batería con ollas y guitarras acústicas. En una ocasión nos prestaron una batería y recuerdo la felicidad de todos, pues nadie tenía una batería de verdad. No hacíamos conciertos ni tocábamos en bares. Los tokes eran en patios de casas, terrazas o garajes de amigos. La banda más organizada en ese entonces era Demencia; después vino Menstruación Mental, y a finales de los 80 aparecieron otras como SS. Sin Salida, Exhumación, Retrovirus Alergia, Bacruz y Neurosis. Coincide el momento con la exposición en público de los primeros punkis, tres hombres a los que llamaban los podridos y tres mujeres a quienes les decían las horripilas, que se reunían en los exteriores de Terraza Pasteur, tenían prácticas muy agresivas como saludarse a golpes y armar la hijueputa hasta que llegaban los tombos a correrlos.
Finalmente, Zorlak se esfumó pero dejó algunas grabaciones, así que decidimos no quedarnos quietos y en el barrio Venecia fundamos a Bazofia, banda que tuvo gran repercusión ya que uno de sus miembros manejaba fanzines, los coleccionaba y se escribía con otras bandas del mundo. Los fanzines eran los órganos de expresión de las bandas. El grupo estaba integrado por Gian Paolo, Gilberto Giraldo y Carlos Crespo. Sólo tocamos una vez y fue en un programa de televisión que se llamaba Cultura Subterránea – Señales de Vida”. El toke dio pie para que los skinheads nos señalaran de estar caspeando la escena. Querían cobrarnos el haber participado en ese programa de mierda. Me montaron la perseguidora para cascarme, ellos siempre con la idea de mantener hermética y subterránea la escena. Ya en los 90 fundamos N.T.N. No Tenemos Nombre”.
¡Contra la pared cabrones! Son
las únicas palabras que los jóvenes
escuchan de alguien del gobierno.
LeRoi Jones*
El punk surgió en los suburbios de la ciudad de Londres a principios de la década del 70, cuando el rock se había vuelto muy encumbrado. Las bandas del momento estaban integradas por manes muy virtuosos y culteranos que ya no tocaban con otras bandas, sólo con sinfónicas, filarmónicas y grupos de cámara. En este contexto apareció como de la nada una nueva cultura, con sus pelos de iroquíes salvajes pintados de rojo o verdes, con una música que olía a revuelta, a tropel, a ruido subterráneo, a asfalto, una poética urbana muy urbana. El punk adoptó la velocidad de las calles y la convirtió en música, con una base minimalista de tres acordes y un grito pelado que resonó hasta estos confines de los Andes.
Kontra la Pared: “El nombre se originó de la expresión que usa la policía en las requisas, “Contra la pared”, y es tal como se sienten los jóvenes, generación que sólo se encuentra con el Estado cuando los reprimen. Iniciamos en 1999 Gonzo, Martin y K, luego Giovanni González, Felipe Martínez, Yohana en la batería, Álvaro al bajo y K con la guitarra. Digamos que KLP nació como un proyecto de amigos que querían expresar su inconformidad frente al sistema capitalista. No queríamos quedarnos callados y encontramos en la música, en concreto en el punk, una forma directa de llegarle a la gente, movilizar sus pensamientos y abonar la resistencia. A finales de 1999 ya hacíamos tokes de tipo solidario con la idea de apoyar causas sociales y la movilización de los sectores populares.
Música y política
El proyecto no era sólo musical sino también político y formador. Por esa razón, desde el comienzo se le dio un lugar primordial a la discusión y el aprendizaje mutuo, concepción cooperativa de crear la música. Al mismo tiempo que íbamos elaborando el concepto de la banda, iban llegando varios amigos como Pahola, baterista de la banda de HC metal Gato Negro, Susy, Aleja, Viejo Jo, Daniel, Alvaretto, María Paula, Zero y Ómar. A finales del 2006 llega la ex vocalista de la banda Kolkana Soviet, Clau, renovando así el sonido de KLP y refrescando la banda. En 2007, Charly Brown, integrante de la recordada banda Instinto Brutal, toma el bajo mientras Zero pasa a la segunda guitarra. Una última adición se produce cuando en el segundo semestre de 2008 llega Angie, que había tocado en una de las bandas más tradicionales del rock bogotano, El Furibundo Serna. Hoy Kontra la Pared somos Pahola en la batería, Zero en guitarra y voz, K, guitarra y voz, Charly Brown al bajo y Angelita en la voz.
En cuanto a las grabaciones, las hemos tenido autogestionadas y con mucho esfuerzo. Para 2001 grabamos “El pueblo por la libertad”, nuestro primer demo; en los inicios de 2002, el compilación “Bogotá Subterránea I: Destruye barreras, construye caminos de libertad”, para 2004 el Split “Nuestra rebelión no puede esperar más. Pongámoslos Kontra la pared”, en asocio con la banda bogotana Rebelión. También participamos de dos compilados internacionales, uno en Costa Rica, a beneficio de la ORL (Organización Resistencia Libertaria), y otro editado en España para 2005 en homenaje a la banda anarcopunk Estigia. Lo más reciente fue un “Compilado antiespecista”, a beneficio de colectivos de liberación animal de la ciudad de Bucaramanga, el “Rock Disidente” y el ya mítico “Recopilación AntiUribista Vol. 1”. Esperamos terminar un nuevo CD, “Somos lo que hacemos”, con 13 temas nuevos de fuerte contenido libertario, pues seguimos en la lucha y le hemos metido camello y alegría a la formación de varios colectivos como Arte y Resistencia, y el Centro de Cultura Libertaria. Todo esto lo hemos hecho de la mano de los sectores populares, desplazados, estudiantes, trabajadores y grupos de mujeres. Salud, punk y anarquía”.
* Poeta negro, dramaturgo, escritor de ficción y crítico musical norteamericano. Junto con Jack Kerouac y Allen Ginsberg, fundó varias revistas de poesía como Tótem Press, Yugen y El Oso Flotante. Militante anticapitalista y activista del movimiento antirracista.
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