Durante los días 3 y 4 de febrero de 2011, en Bogotá, se realizó la segunda reunión de la Comisión Política del Congreso de los Pueblos (CP). Su temario: caracterización del momento político y del gobierno de Juan Manuel Santos Calderón, agenda de movilización conjunta y dinámica organizativa, y carácter del CP.
El hecho de reunir para deliberar a más de cien representantes de diferentes organizaciones sociales, políticas, sectoriales y temáticas es un avance en la construcción de una propuesta de país. A pesar de los logros obtenidos, surgen inquietudes que es necesario plantear para que efectivamente el CP trascienda y consiga posicionarse en todos los sectores populares, como la construcción de la propuesta alternativa que apunta a darle salida a la inmensa problemática que históricamente han padecido los explotados y oprimidos en Colombia.
Deuda
Si pensamos a consciencia, esta segunda reunión no sesionó como debía ser. En la caracterización del momento político y del gobierno de Santos, las opiniones de las bases y las organizaciones sociales y políticas pasaron a un segundo plano, pues sólo se tuvieron en cuenta las adiciones a los planteamientos de los panelistas invitados para que expusieran aspectos puntuales de la coyuntura, que, aunque bien sustentadas y centradas en la oposición, eran insumo para la discusión. En realidad resultaron siendo el planteamiento que asumiría en adelante el Congreso.
Preocupa además que las elaboraciones especialmente plasmadas en documentos por organizaciones integrantes del proceso CP, simplemente se anexaran a las relatorías, sin que mediara una discusión en la cual se identificaran los puntos de unidad, lo mismo que las diferencias para enriquecer y fortalecer el proceso.
Hay que llamar la atención. Si los participantes en la reunión de la Comisión Política no deliberan suficientemente sobre los temas de la agenda acordada, tardará bastante tiempo conseguir la unidad y los consensos en asuntos cruciales, generando desconfianza y apatía hacia la propuesta, puesto que puede haber conclusiones equivocadas, por ejemplo, que falta interés en abordar la construcción de una propuesta alternativa que transforme radicalmente esta sociedad. He ahí parte de los problemas urgentes por resolver: cómo, cuándo, dónde y sobre qué delibera el CP, o lo que algunos identifican como los escenarios de legislación popular.
Si bien es cierto que en el desarrollo metodológico se contempló un punto específico, relacionado con el carácter de la movilización, ese tema tuvo un sesgo hacia el carácter del CP, más que sobre la movilización misma, aun cuando se precisó que era de oposición. Faltaron otros elementos importantes al respecto, puesto que, si el CP se proyecta para convertirse en el mediano y el largo plazo en opción de los sectores populares, desde ahora se debe plantear el tipo de movilización que se requiere para enfrentar al régimen y avanzar en la construcción de la propuesta; por tanto, ¿tal movilización debe ser política o reivindicativa? ¿los dos aspectos anteriores?, ¿para negociar con el Gobierno una agenda de paz o electoral?, ¿para ingresar en la unidad nacional propuesta por Santos?
De aquí que no sea suficiente manifestar que se sobreentiende una u otra caracterización. Como método, y para construir confianzas, se necesita que los acuerdos o acercamientos o consensos se plasmen explícitamente, ojalá por escrito.
Avance
En el curso de la segunda reunión de la Comisión Política, se acordaron tres ejes de movilización, lo que sin duda representa un desarrollo significativo en la ruta para construir CP, razón por la cual se debe impedir que este logro se desdibuje con el paso del tiempo al no tener claridad meridiana sobre el carácter de la movilización.
Para el impulso de esos objetivos, es imperante, teniendo en cuenta que se necesita un esfuerzo para que de conjunto se pueda identificar la columna vertebral de la política de Santos Calderón, y unificadamente darle un golpe certero para desestabilizarla y continuar avanzando en las propuestas alternativas hacia un gobierno democrático popular. En tal sentido, la sostenibilidad fiscal y la regla fiscal son piezas fundamentales de la política santista, ya que eleva a rango constitucional los recursos del Estado como garantía para el pago de la deuda externa, quedando en vilo el gasto para la inversión social.
Son grandes los retos que se ha propuesto el CP. De un acertado manejo en la discusión del carácter, la organización y la metodología para abordar los mecanismos de trabajo que hagan realidad la inclusión, la participación, el crecimiento, la discusión y la construcción, dependerá el éxito de sus objetivos.
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