El debate ideológico toca a las puertas del Polo Democrático Alternativo. Con diversas expectativas, sus dirigentes y la base se acercan a un momento de reflexión, evaluación y proyección. En esta edición, un informe especial con entrevistas a tres de sus dirigentes y dos opiniones (editorial y Luis Sandoval).
Resurgiendo de las cenizas…
En tres aspectos existe una explicable curiosidad por conocer y entender lo que pasa en el Polo después del 30 de octubre: su postura frente al gobierno de Bogotá, ahora en manos de la disidencia progresista; su postura frente al gobierno de Juan Manuel Santos, que ya anda por los 18 meses de recorrido; su postura frente a su propio proceso interno después de un año de insucesos traumáticos.
Este texto reseña aspectos sobresalientes de la dinámica actual del Polo en los tres campos mencionados. Mucha gente tiene la idea de que la vida del Polo, la poca que cree que le queda, está copada por dos o tres actores de signo tradicional y que el progresismo se llevó prácticamente todo lo bueno que había en este partido. Considero que están equivocados. Muchos creen que el Polo quedó herido de muerte el 30 de octubre y que nunca se recuperará. Están equivocados. Muchos creen que el partido que cometió graves errores no será capaz de gestar nuevos aciertos y continuar la marcha. Están equivocados. Muchos creen que en un contexto plagado de garantías hostiles y exterminios permanentes la izquierda, la oposición, la idea alternativa, no tiene posibilidad alguna. También, creo, con respeto por todos ellos, están equivocados.
Las dificultades internas y externas del Polo son enormes. Quizá ninguno de sus problemas centrales esté hoy clara y definitivamente resuelto, quizá nunca llegue a estarlo, pero los hechos que voy a presentar en seguida muestran la realidad de un partido que hace lo posible y lo imposible por sobrevivir a partir de afirmarse en la validez de su proyecto político y de posicionar el ejercicio de la oposición que ninguna otra formación política tiene el coraje de asumir con tan rotunda claridad y decisión.
Todo es difícil para el Polo porque, como es sabido, “al caído caerle” y “del árbol caído hagamos leña”, filosofía que practican todavía quienes en un momento anidaron en sus ramas. En política, y más aún si es de izquierda, la crueldad es implacable. No obstante, mi hipótesis es que el Polo sobrevivirá y que de las cenizas, como el Ave Fénix, remontará las alturas, subiendo aún más arriba que antes.
Bogotá Progresista y el Polo Democrático
El gobierno de Bogotá ha sido la mayor oportunidad y el mayor reto que ha tenido el Polo Democrático desde su gestación a comienzos de la década de los 2000, y ya constituido formalmente a fines de 2005.
Plataforma de lanzamiento. El Polo proveyó la plataforma legal, electoral y discursiva de dos gobiernos consecutivos de la ciudad entre 2003 y 2011. El proyecto social, inspirado en el Programa del PDI primero y luego en el Ideario de Unidad del PDA, relacionado sin duda con la izquierda en ascenso en todo el continente, se constituyó en una adecuada oferta electoral frente a la deuda social lacerante creada por gobiernos de neta orientación neoliberal que hicieron énfasis en la ciudad competitiva, y produjeron incrementos explosivos de la pobreza y la desigualdad social.
La Ciudad sin Indiferencia, Moderna y Humana de Lucho Garzón; y luego la Bogotá Positiva, Ciudad de Derechos, de Samuel Moreno, respondieron adecuadamente a las demandas de las mayorías populares de la urbe en el sentido de atender las urgencias sociales más apremiantes y crear un curso pronunciadamente ascendente de la inversión social, muy distinto de lo que al mismo tiempo ocurría en el nivel nacional. Bogotá redujo la pobreza, amplió de manera impresionante las coberturas en educación y salud, y elevó sustancialmente el promedio de vida de los bogotanos.
La pérdida del rumbo. El acierto en la oferta electoral y programática, y el avance extraordinario en la gestión de políticas sociales se quebraron en el campo de las relaciones políticas donde los responsables de la administración, el primero y el segundo alcalde en particular, se empeñaron en construir esquemas de gobernabilidad con fuerzas ajenas al Polo Democrático, y mediante medios y prácticas más ajenas a los principios del partido. El hecho de que éste haya sido crecientemente incapaz de gobernar a sus líderes, sus gobiernos y sus propias prácticas constituye hoy un objeto de análisis no agotado todavía. El interrogante ¿Qué pasó, camarada? se plantea con fuerza prácticamente en todos los espacios del partido, y genera un intenso debate que no se elude ni adentro ni fuera del Polo.
La costilla de Adán. Sin haber asimilado plenamente la experiencia de ser gobierno, el Polo transita a la experiencia de tener ante sí el gobierno de la disidencia que surgió en el momento de sus más relevantes falencias (segundo semestre de 2010). El progresismo pretende ser pero no es un proyecto absolutamente diferente e independiente del Polo Democrático. Por la historia, por el programa, por sus integrantes, por sus referentes de contexto, por la legalidad, el progresismo es una disidencia del Polo Democrático que sólo el tiempo dirá si logra constituirse en un proyecto totalmente distinto. Por ahora, el progresismo es una especie de costilla de Adán del Polo Democrático.
Por eso, entre la gente de base del Polo en Bogotá, el sentimiento que prima es que con Petro tenemos serias diferencias pero no somos la oposición a Petro. Quizás en ello esté pesando el hecho de que muchos que siguen fieles en las filas polistas votaron como progresistas el 30 de octubre para impedir el retorno de la derecha en alguna de sus versiones posibles a la Alcaldía Mayor de la ciudad.
Tomando en cuenta el sentir de la base, se pronunció la bancada polista del Concejo en asocio con la Presidenta del partido: “No será oposición sino que asumirá una postura de autonomía crítica. Apoyaremos todas las iniciativas orientadas a profundizar y mejorar el modelo incluyente de ciudad de derechos que se viene construyendo durante los últimos ocho años. Se han sostenido conversaciones oficiales con el secretario de Gobierno de Bogotá, Antonio Navarro, sin recibir ofrecimiento burocrático alguno”.
El unanimismo santista y el Polo Democrático
El Polo Democrático Alternativo marca una clara diferencia con el proyecto político hoy dominante en Colombia y que se expresa en la ‘unidad nacional’ del presidente Santos, que con el ingreso de los Verdes que lidera Lucho Garzón quedó convertida casi en el unanimismo nacional.
Oposición con fundamento, no por capricho. El PDA es la oposición y la alternativa al régimen político y al modelo económico que lo soporta y subyuga. Los parlamentarios polistas en Cámara y Senado materializan el ejercicio cotidiano de la oposición en relación con temas tan centrales y sensibles como las víctimas, los desplazados y la restitución de tierras; la extranjerización de grandes extensiones de tierras productivas; los 40 millones de hectáreas en concesión para explotación minera, ocho veces más que la tierra destinada a la producción agrícola; la tragedia de la salud y la educación, sometidas a las leyes del mercado y asimismo a los intereses voraces del capital financiero; los TLC ya firmados y por firmar que desmantelarán gran parte del aparato productivo nacional, la pantomima del gatopardismo oficial y la corrupción connatural al ejercicio del poder por las élites oligárquicas colombianas. Los parlamentarios del Polo constituyen una voz lúcida y valiente en estos asuntos, procurando en todo momento sacar adelante la causa de los derechos fundamentales de los ciudadanos, y las mayorías populares y los intereses de la nación.
Desde la Presidencia y otros liderazgos nacionales y regionales no parlamentarios, se mantiene en alto el tema de la paz política, la necesidad de contar con un real y efectivo estatuto de la oposición y se reclama que, sumergido el país en el pantano de los TLC, por lo menos se haga realidad la agenda interna que facilite las avenidas físicas, las virtuales y las del conocimiento, para que el país no se vea imposibilitado de generar productos, de acceder a mercados y de poner su exigua producción y sus materias primas en la circulación global de mercancías. Importantes líderes y lideresas del PDA han enfatizado recientemente la centralidad de la paz en la vida del país y en el quehacer político del partido, sin que esas voces hayan tenido eco aún.
Esforzado y pertinente el ejercicio de la oposición por parte del Polo en sus múltiples manifestaciones, incluida la referente a la participación en los procesos de movilización, como el más reciente de los estudiantes frente al proyecto de reforma a la educación superior, el Polo apoya y participa de estos movimientos con pleno respeto de su autonomía.
Limitaciones inocultables. Pero el Polo es consciente de sus limitaciones; sabe que las acciones de oposición se inspiran en una postura pero no obedecen a una estrategia; que hay iniciativa individual pero no fuerza de bancada. La institucionalidad partidaria es débil, y su capacidad de acompañamiento a las bancadas parlamentarias en sus diferentes niveles es casi inexistente, aparte del discurso y las orientaciones de política general. Se echa de menos en la vida del Polo la existencia práctica de los proyectos estratégicos, prevista para fortalecer la incidencia partidaria en temas y campos de vital importancia política. Entre las respuestas a esta sensible carencia está la propuesta de crear el Centro del Pensamiento del partido.
El PDA recompone su capacidad de propuesta mediante el trabajo de la Comisión Programática en Bogotá, y de grupos de trabajo de académicos y personas con experiencia en gobierno y políticas públicas, dispuestos a estrechar sus vínculos de cooperación con el partido. El Polo no declina; al contrario, tiene la firme voluntad de continuar perfilándose como actor principal y casi único de la oposición política en el país, sin arredrarse ante los peligros que en Colombia acechan sobre quienes legítimamente ejercen la oposición social y política.
Los pasos del Polo para retomar el rumbo
Clara, presidenta de todos y todas. El regreso de Clara López Obregón a la Presidencia del PDA, después de su Alcaldía de seis meses en la capital, ha sido recibido y sentido dentro y fuera de este partido con gran alivio y mucha expectativa. Ella misma dio a su intervención del miércoles 25 de enero, cuando reasumió funciones, el título de cambio de rumbo. El acto en que ello ocurrió, realizado en el Salón Esmeralda del Hotel Tequendama, el mismo donde en diciembre de 1999 se realizó la Cita del Árbol, que es un referente clave de toda la dinámica vivida por la izquierda y sectores independientes en más de una década, rebasó todas las previsiones porque hubo que atiborrarlo de asistentes y aun así muchos quedaron por fuera, incluso parlamentarios y dirigentes locales. El ambiente, las palabras dichas, los gritos de los más entusiastas, tuvieron ese sentido: del gran revés, mediando una profunda reflexión, transitamos a retomar el rumbo. Retomar el rumbo bajo la orientación de un liderazgo compartido y plural como es la realidad del Polo Democrático en todas sus dimensiones.
Debate ideológico y programático. Contra todo pronóstico, el Polo está en debate, en intenso debate, en un debate que no va a ser burlado. Un partido que domina el aturdimiento que produce haber experimentado un gran revés; que tiene la serenidad de reflexionar y la capacidad de debatir, acordar y decidir en colectivo, en pluralidad, en democracia, es un partido capaz de volver al camino y seguir hacia la meta. Eso está pasando hoy con el Polo. Eso es lo que significa el proceso hacia la Conferencia Ideológica, ahora prevista para finales de abril. En los dos fines de semana que acaban de pasar (febrero 4-5 y febrero 11-12), se realizaron en Bogotá cerca de 20 eventos deliberativos y otros tantos en el resto del país, sobre cuatro grandes temas señalados por el Ejecutivo Nacional: coyuntura y acción política, propuesta programática hacia un gobierno democrático, temas relacionados con el partido, en Bogotá coyuntura y proyecto de ciudad.
La Comisión Programática ha traducido este temario en una matriz conceptual que incluye análisis del capitalismo global y nacional (justicia social y ambiental), discusión de las condiciones en que hoy se construye democracia, consideración del sujeto social y político, lectura del conflicto y vías de la paz. La metodología de los debates se construye en un marco de responsabilidad política, dándole pleno juego a la expresión de tendencias y afiliados independientes con registro y sistematización rigurosa de las ponencias e intervenciones.
El PDA pondrá a través de este proceso deliberativo un punto alto de referencia en relación con las condiciones, los actores y las vías para profundizar la democracia y aproximar la paz en Colombia. Quizás algunos sectores persistan en producir arreglos al margen de los debates; en esta ocasión, la dinámica los conducirá a aceptar que los acuerdos para la reconfiguración del Polo, de la izquierda, de la opción alternativa, se harán con base en el más amplio debate plural y democrático. El proyecto democrático se construye democráticamente.
El viernes 17 de febrero se realiza en Madrid la Asamblea de Polo Europa, que discutirá los mismos cuatro temas para revitalizar el proyecto político y responder a los nuevos retos. La presidenta Clara López participará activamente en ese encuentro sin precedentes.
Convergencia necesaria. En la proximidad del Polo gravitan fuerzas que pueden descentrarlo y hasta diluirlo o, al contrario, formar parte de una articulación mucho más amplia y compleja como la que conceptualmente se visualiza en la mirada de sujeto político plural portador de innúmeras resistencias que aportan analistas contemporáneos (Rauber, Hinkelammert, Houtart…) o, más relevante aún, como la que políticamente visualiza y trata de hacer realidad el conjunto de partidos latinoamericanos, medio centenar, que conforman desde 1990 el Foro de Sao Paulo (Managua, mayo de 2011). Me refiero por un flanco a los Progresistas, y por otro a iniciativas como el Congreso de los Pueblos y la Marcha Patriótica, cercanas a dar pasos importantes. Colombia necesita que el eje de articulación y convergencia de un gran conjunto plural de fuerzas sociales y políticas sea una postura indubitable de civilismo radical, democrático, como la que se expresa en el proyecto político del PDA contenido en su Ideario de Unidad.
Estamos ante un entendimiento básico sobre mínimos sustantivos de transformación democrática con el máximo de adhesiones posibles para formar nuevas mayorías, campo de cooperación estratégica y no sólo de precaria unidad de acción electoral. La movilización, la cultura y la comunicación también entran en la construcción política alternativa. El Polo no puede arriar la bandera del civilismo y de la democracia en profundidad que haga realidad la promesa de Estado Social de Derecho contenida en la Constitución de 1991, caminando con paso firme al otro mundo posible que reclama el capitalismo depredador que colapsa. Hacia la reafirmación de este horizonte ideológico de convergencia amplia, de liderazgo plural y de acción política transformadora, se encamina la Conferencia Ideológica y el III Congreso del PDA. Lo que se busca salvar es el proyecto no el aparato.
Polo necesario. Como se verá en los textos y entrevistas que incluye desde abajo en la presente entrega, el Polo está en pleno debate. Es un debate en sus propios espacios y que tendrá definiciones en sus instancias estatutarias, pero debate abierto, puesto que cada partido es una potencial opción de gobierno para el país, y todos los ciudadanos y ciudadanas están concernidos con su existencia y su devenir. Colombia debe entender que, sin oposición real y vigorosa, no hay democracia de verdad. Más aún, sin alternativa transformadora no hay país viable con dignidad para todos y todas.
* Investigador social, Centro de Estudios Democracia Hoy.
[email protected]
Bogotá, 14 de febrero de 2012
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