¿Con qué irá a salir el Gobierno? Los universitarios colombianos no han cesado en su trabajo de plantear un proyecto educativo de carácter democrático. Pronto, las dos partes se sentarán de nuevo en pugna abierta.
Los días 8 y 9 de junio refrescan,la memoria estudiantil de manera luctuosa. No es para menos. Hace un poco más de 60 años en esas fechas fueron asesinados por la dictadura militar no menos de una docena de estudiantes. Y 73 años atrás cayó asesinado Gonzalo Bravo Pérez, en resistencia contra la hegemonía conservadora que había masacrado a los trabajadores del banano. Como si fuera poco, año tras año, en igual fecha, en medio de los actos de protesta que denuncian la represión y demandan justicia, un importante número de estudiantes han sido heridos o asesinados por balas oficiales.
Pero en el 2012, esta fecha ha sido transformada en espacio de reflexión y construcción colectiva a través del Primer Encuentro Social y Popular “por una nueva educación para un país con Democracia, Soberanía y Paz”, realizado entre el 8 y 11 de junio en la Universidad Nacional de Colombia. Sin duda, el encuentro se constituye en uno de los mejores homenajes rendido a los estudiantes caídos en la lucha por la transformación de la educación y la sociedad, porque precisamente este primer encuentro fue convocado por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), para seguir dándole palabra a la construcción de un proyecto de ley alternativa que recoja las reivindicaciones históricas y presentes para una Colombia en dignidad.
Las muchachas y los muchachos salieron otra vez
El viernes 8 de junio, luego de haberse instalado el Encuentro Social y Popular en la Universidad Nacional de Colombia, los estudiantes volvieron a una de sus principales aulas: las calles. Realizaron una marcha de antorchas por el centro de Bogotá, que fue recibida con aplausos y júbilo de esperanza por muchos transeúntes. Este recorrido terminó en un concierto en la Media Torta. Luego del reencuentro, el día sábado se dio comienzo a un proceso de discusiones que se prolongó hasta las 10:30 de la noche del lunes. En este encuentro se reunieron alrededor de 1.000 estudiantes de diferentes universidades de Colombia, profesores, trabajadores, padres de familia, y representantes de sectores sociales y organizaciones políticas.
Pido la palabra
Levante la mano compañer@, hable desde el micrófono, moción de procedimiento, silencio por favor, volvamos a leer la relatoría. ¿Hay disenso?, ¿hay consenso? ¿Cuáles son los criterios? Volvamos a redactar el párrafo, ¿aporta a la exposición de motivos o al entramado político?, etcétera. Expresiones como estas iban y venían por el auditorio León de Greiff de la Nacho. Expresiones como estas iban y venían llenas de emociones, ideas y movimiento tejedor de un nuevo modelo de educación y país.
Fue un fin de semana en el que el auditorio León de Greiff dejó de ser el recinto por excelencia de conciertos filarmónicos y sinfónicos, para convertirse en un ágora o maloka donde los estudiantes desarrollaron el debate en las siguientes mesas, antes de pasar a la socialización de las discusiones: 1. Diagnóstico de la educación superior y del país, 2. Ideas de país y de universidad: objetivos y alcances, 3. Ejes rectores: carácter y principios, 4. Relación universidad-sociedad, 5. Educación propia, 6. Financiación, 7. Calidad y excelencia académica, 8. Autonomía y democracia, 9. Libertades democráticas, 10. Bienestar universitario.
Debate en construcción
El objetivo del encuentro social y popular fue socializar y alimentar los insumos del debate desarrollado hasta ahora, con diferente ritmo en cada región, por parte de estudiantes, profesores y trabajadores en un gran número de universidades. Es un encuentro abierto al aporte y el complemento con otros sectores sociales, preocupados por la construcción de un país distinto. Con los nuevos insumos logrados en este encuentro, se continuará el trabajo multiestamentario en las diferentes universidades, con el fin de sintetizar la exposición de motivos y el articulado que deben constituir una propuesta de ley alternativa para la educación universitaria en Colombia.
Otro escenario de la discusión son los debates públicos, en desarrollo mensual, de los cuales están por concretarse entre los estudiantes y el Gobierno: 1. Universidad y sociedad (Univalle), 2. Autonomía universitaria (Cartagena), 3. Excelencia o calidad académica (Bogotá), 4. Financiación y gratuidad (Pereira). Para los siguientes meses, hasta octubre, están estos otros debates: 5. Bienestar universitario (UIS), 6. Sistema de educación superior (Medellín), y 7. Financiación enfocada a cobertura (por definirse universidad).
Algunos elementos discutidos por los estudiantes
El movimiento estudiantil también ha identificado las problemáticas que más afectan la educación superior en Colombia, así como las opciones para superarlas. Problemas como desfinanciación, pérdida de libertades democráticas, difuminación del sentido de lo público y relación de los estudiantes con la sociedad son centrales. La deuda histórica, financiera y académica, que el Estado mantiene con la educación superior es creciente.
La lucha no es sólo por construir otro sistema de educación sino asimismo por otro modelo de país que sea democrático, soberano y popular. Una educación que sea concebida como derecho inalienable, como bien común de la nación, universal, autónoma, intercultural, y no como un servicio o mercancía.
Hay elementos que deben ser centrales a la hora de garantizar otra Universidad: gratuidad, cobertura sin desmedro de la calidad, autonomía con mayores niveles de representación, un sistema nacional de bienestar; libertades democráticas no sólo para denunciar las violaciones a los derechos humanos sino también para evitar estas situaciones; calidad, apuestas pedagógicas, formas de construcción de conocimiento en la relación Universidad-sociedad, un aporte desde la Universidad misma para resolver los problemas de la sociedad, entre muchas otras discusiones.
¿Cuál debe ser la agenda de los estudiantes?
En este momento, cuando el sistema reduce los espacios de estudio universitarios y trabajo estable y bien remunerado para la juventud, y en medio de esta aguda crisis de civilización, la valoración sobre el papel y la agenda de los estudiantes amerita ir más allá de pensar sólo en sumarse a los tiempos políticos de las agendas nacionales ya establecidas, no para alejarse o ir en contra de las actuales agendas, ni como un llamado abstracto y emocional a ir contra cualquier orden o poder –en este caso– sino que, por sus características para un momento histórico como este, tiene facilidades para llegar cualitativa y cuantitativamente a otros escenarios y dimensiones de la realidad social y cultural, y por tanto contribuir a la constitución de un sujeto social y popular que desarrolle la política desde los diversos tiempos que constituyen la realidad nacional. ¿Tendrá la izquierda colombina, dentro de sus posibilidades y limitantes, la capacidad de asimilar la fuerza subversora de un movimiento estudiantil y juvenil dinamizador de la sociedad?
Recuadro
Voces
A continuación algunos de los muchos testimonios que profesores y estudiantes compartieron sobre las problemáticas comunes y particulares que viven sus universidades:
José Gabriel Flórez, profesor de psicopedagogía y presidente de ASPU (Asociación de Profesores Universitarios) en la Universidad de Córdoba. A pesar de sus limitantes físicas y las condiciones adversas en la Universidad, durante todos los años de crisis, logra mantener una postura ética que se va convirtiendo en fundamental referente moral de todo el proceso. Es quien aportó el siguiente relato:
Desde el año 1995 empiezan los asesinatos de estudiantes y profesores. En la elección de rector del año 2000, Mancuso ordenó que debía ser elegido el señor Víctor Hugo Hernández entre los dos candidatos que se presentaron. En aquel período, ASPU quedó reducida a dos miembros. El nuevo rector empieza a nombrar a familiares de Mancuso y la política de la Universidad se dirige desde Santa Fe de Ralito. Después de utilizar a esta persona por un tiempo, Mancuso lo amenaza para que se vaya, y en una reunión en Santa Fe de Ralito, donde se encontraba el Consejo Superior, los profesores fueron obligados a ir, lo mismo que el delegado del Ministerio de Educación. Llega Mancuso en su camioneta con Claudio Sánchez, quien sería el nuevo rector por dos períodos. En el último mes adicional de su rectoría, se perdieron 8.000 millones de pesos.
El nuevo rector elegido en 2008 mantuvo el desangre de la Universidad, hasta que las condiciones paupérrimas hicieron que el 14 de marzo de 2012 se declarara asamblea permanente con exigencia de la renuncia del rector. Se realizaron marchas multitudinarias de estudiantes, padres de familia y profesores. El sindicato de profesores y trabajadores que había creado el rector desapareció durante el paro y muchos de sus miembros se unieron a los manifestantes. Los padres de familia crearon su asociación.
Finalmente, después de dos meses, el Consejo Superior acepta reunirse con los manifestantes, quienes presentan una propuesta base para sacar a la Universidad de la profunda crisis académica y administrativa. Así, el 23 de mayo se logra firmar un acta de compromisos y se restablecen las clases. Este ejemplo de valor moral y civil es apoyado por las 32 universidades públicas del país, las cuales se mantienen a la expectativa de que se cumpla el acta de compromisos firmada con el viceministro Javier Botero y la asamblea multiestamentaria.
Juan Pablo Cassiani, estudiante de la Universidad de Cartagena: “No existe ningún tipo de residencias estudiantiles y sólo hace dos años se instaló un comedor que no ofrece las mejores condiciones. Quiero denunciar que en esta y otras universidades hay ciertas personas en su dirección que tienen intereses ajenos a la Universidad y ven a los estudiantes como enemigos. Es el caso del actual director de Bienestar, quien fue líder estudiantil en el paro de 2002 y hoy no recuerda que algunos de sus compañeros fueron asesinados y desplazados por el paramilitarismo […]”.
Claudia Agudelo, estudiante de la Universidad de Caldas: “Nuestras libertades democráticas son vulneradas al tomar fotos a los estudiantes que protestan, establecer vigilancia privada, amenazar, y proyectar la idea de instalar un torniquete que controle el ingreso al centro de estudios, etcétera. El déficit de 132.000 millones ha limitado nuestra actividad académica. Una gran parte de los profesores es ocasional, la Universidad se ha endeudado en 18.000 millones para construir un centro cultural que tendrá como función principal la venta de servicios para autofinanciarse […]”.
Saulo Lizarazo, estudiante de la Universidad Industrial de Santander: “El 60 por ciento del presupuesto lo pone la Universidad, el 40 restante el Estado. De 1.900 profesores, el 75 por ciento está por contrato. En 2009, el actual rector les pasó a los paramilitares un listado de estudiantes. Desde junio de 2011 militarizaron las entradas de la Universidad, ahora la fuerza pública se encuentra a una cuadra. Este rector quiere ser reelegido por tercera vez. El gobierno, por las denuncias y críticas, se ha avisto obligado a aplazar la fecha de elección […]”.
Víctor José Correa, estudiante de la Universidad de Antioquia: “Más del 60 por ciento es autofinanciación que en gran parte beneficia a la empresa privada, en una ciudad donde predomina la venta de servicios. Hay una planta de docentes congelada. Han impuesto las TIP (Tarjeta de Información Personal), con cuatro megas de información sobre los estudiantes. Se ha vuelto normal que el Esmad ingrese cuando quiera […]”.
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