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El triunfo de “nuestros” deportistas, no es el triunfo de “todos” los colombianos

El triunfo de “nuestros” deportistas, no es el triunfo de “todos” los colombianos

El de Nairo Quintana no es un triunfo de toda Colombia, pero sí de sus mayorías. Es un aliento de esperanza, un ejemplo de superación para aquellos que con tesón tienen que labrar a diario la vida, nunca será una victoria para aquellos que condenan al sometimiento, a la explotación y al abandono a su propio pueblo. Humildes deportistas, poco apoyados por el Estado y por los gobiernos de turno, siguen aportando con su ejemplo y sus victorias motivos para creer y para soñar. Triunfan en el exterior de la misma manera que salen adelante millones de connacionales lejos del territorio nacional. La clase dirigente sigue reclamando la gloría que nunca cultivo para el país.

 

Las 21 etapas de la vuelta a España estuvieron matizadas por tres radiantes y familiares colores: amarillo, azul y rojo. Cuatro insignes colombianos pedaleaban por planicies, montañas y abruptos descensos, mientras centenares de connacionales alentaban metro a metro su esfuerzo: aguardaban el breve momento en que pasaran para gritarles con todas sus fuerzas pequeñas frases surgidas del corazón, para registrar en sus recuerdos la imagen de sus ídolos, de los paisanos que aquellos días trasmutaron sus nostalgias por la patria en orgullo, alegría y felicidad.

 

Fue evidente. Durante toda la competencia estuvieron presentes, etapa tras etapa, muchos de los 400 mil colombianos residentes en España1, el país europeo con mayor número de connacionales en su territorio. El pasado domingo 11 de septiembre durante la clausura de la Vuelta a España, una multitud de los nuestros esperaba eufórica la llegada triunfal a Madrid de Nairo Quintana (ver recuadro) como gran vencedor, de Esteban Chaves en el podio, de Jhonatan Restrepo y Darwin Atapuma como protagonistas destacados de la carrera.

 

Aquella tarde los aplausos, los vítores, los gritos a todo pulmón y las lágrimas de regocijo derramadas en las aceras de Madrid, provenían de miles de compatriotas que en algún momento compartieron la misma suerte de los deportistas que aquella tarde ovacionaban: la pobreza, la falta de oportunidades en el suelo de Colombia. Es la verdadera razón por la que proliferaron los tricolores en España durante toda la Vuelta: persistentemente fueron agitados en el aire por nuestros hermanos que preservan una identidad sustentada entre estas victorias y otros tantos artificios, aquellos que siguen apegándose a los símbolos patrios en la lejanía, mientras sueñan con regresar a una Colombia que sigue sin existir.

 

Fue por esto que nuestros ciclistas, aquella tarde memorable del 11 de septiembre y en todas las etapas anteriores galoparon en sus bicicletas como quien rueda por las calles de Tunja, Pasto o Bogotá.

La gloria deportiva viene por cuenta de los pobres

 

Para Nairo Quintana, el gran vencedor de la Vuelta España, no ha sido fácil alcanzar sus sueños. Este gigante de 1.67 metros de altura nació con serios problemas de salud, tanto así que en la vereda la concepción le diagnosticaron ‘tentado de difunto’ y no le daban más de dos años de vida. Poco se esperaba de él. Su padre, Luis Quintana y su madre, Eloísa Rojas, campesinos de toda la vida, siempre apoyaron a Nairo, la mayoría de veces con aliento y buenos deseos, porque sus recursos apenas daban para alimentarse y pagar el colegio de sus 5 hijos. Desde pequeño Nairo ayudó con las tareas del campo y el hogar; además de arar la tierra, ordeñar las vacas y cuidar los sembradíos, él y sus hermanos se ocupaban de reparar las rajaduras del techo de la casa, de cubrir los marcos de puertas y ventanas con tablones una vez llegada la noche y la hora de dormir. Había que evitar que el frío o las goteras se colaran por los agujeros.

 

Con “perrenque”, Nairo fue construyendo una reputación recia y de liderazgo en este deporte ingrato, pues en el ciclismo la mayor parte de los ingresos de los corredores los obtienen de la empresa privada y al ser este un deporte no tan popular como el fútbol, reciben muy poco dinero en comparación. A “Naironman” lo acompañaron los otros pedalistas colombianos quienes antes que vanagloriarse por sus triunfos, se escucharon pidiendo recursos para apoyar el ciclismo en Colombia, criticando las políticas estatales con los deportistas de alto rendimiento que con poco apoyo siguen entregando títulos y honores al país.

 

La situación no es exclusiva del ciclismo. María Isabel Urrutia, por ejemplo, tuvo que soportar dormir en hoteles de mala muerte y en el metro de Madrid, para poder entrenar al más alto nivel, porque Coldeportes sólo cubría los gastos de su formación deportiva, los viáticos iban por su cuenta; sucedía esto cuando ya había sido campeona mundial de pesas en 1990. Aunque la vida fue mucho más amable con Mariana Pajón, su carrera también se forjó sin la ayuda del Gobierno, por fortuna para ella, contó con los recursos de su familia para llegar a la cima. La historia de Catherine Ibargüen y Oscar Figueroa es más parecida a la de María Isabel. Ambos medallistas de oro en Río, tuvieron que hacer un lado la pobreza y demás adversidades para ser los deportistas consagrados de hoy.

 

El panorama es sombrío. Según Coldeportes el presupuesto asignado para el deporte en el 2017 lo convierte segundo sector con menos recursos. Para el próximo año el presupuesto será reducido en un 27,5 por ciento respecto a este año, es decir, de los 412 mil millones girados en el 2016, el deporte colombiano sólo contará con 299 mil millones el año entrante2. La falta de apoyo del Gobierno implica que sólo los deportistas de alto rendimiento (ganadores de medallas en competiciones internacionales) pueden acceder a sueldos y otros beneficios. Esto quiere decir que para vivir del deporte, antes hay que pasar penurias, llorar lágrimas de sangre, caminar a la deriva durante largos años y bregar para destacarse para obtener el apoyo estatal. Hoy el Gobierno sigue sin girar un peso para muchos deportistas que tienen que costear por su cuenta su indumentaria, hacer pilatunas para acceder a una buena alimentación, a un servicio médico y programas educativos de calidad.

 

Nuestros deportistas no olvidan su sacrificio, las penurias sufridas para poder cosechar los frutos de su constancia y mucho menos el origen humilde del que provienen. Aunque comparten sus hazañas con nosotros, cada una de sus victorias les pertenece a ellos, a sus familiares y las personas que creyeron en ellos y ellas, sus triunfos son un aliento de esperanza, un ejemplo de superación para aquellos que con tesón tienen que labrar a diario la vida. No en vano Esteban, Oscar, Catherine, María Isabel, Rigoberto, Mariana y el mismo Nairo, han criticado -sin pelos en la lengua- el abandono histórico del Gobierno para con sus deportistas, sobre todo cuando, descaradamente, sacan pecho por triunfos que no les pertenecen y que muy poco o nada han ayudado a conseguir.

 

A pesar de todo, es desde las barriadas, los municipios y departamentos más empobrecidos desde donde siguen regalándonos flores que, contra todos los pronósticos, germinan entre los légamos de la pobreza, miseria y el abandono gubernamental.

 

1 De acuerdo a cifras del Banco de la República, entre el 2013 y el 2015 estos 400 mil colombianos residentes en España enviaron a Colombia la suma de USD $2.703 millones de dólares. En términos de remesas, España es el segundo país (solo superado por EU) desde donde nuestros connacionales giran mayor cantidad de dinero a sus familiares en el país. Para ampliar consultar (“El oxígeno de la economía colombiana”: https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/29584-el-oxigeno-de-la-economia-colombiana.html)
2 “Deportes está en alerta por recortes del 27.5% en presupuesto nacional”. http://www.eltiempo.com/deportes/otros-deportes/alerta-por-recorte-en-el-presupuesto-nacional-para-el-deporte/16680502. 23 de agosto de 2016.

 

Recuadro

 

Nairo “Naironman” Quintana, boyacense de hierro

 

Nairo Alexander Quintana Rojas nació en Tunja el 4 de febrero de 1990, se crió en El Moral, en la vereda La Concepción, en Cómbita, Boyacá. Aunque lo daban por muerto antes de empezar a caminar, supo anteponerse a la adversidad y con voluntad de hierro a logrado la gloria. A Nairo no le gusta leer, tampoco le gustaba ir a la escuela, irónico, porque sería en los recorridos diarios de 18 km, desde su casa hasta la escuela Alejandro Humboldt de Arcabuco, donde encontraría al amor de su vida: el ciclismo. A los 15 años obtuvo su primera bicicleta de carreras y compitió en la clásica de Cómbita, haciendo polvo a sus rivales, aunque nadie daba un peso por él. Desde entonces demostró tener madera de campeón, un niño prodigio que interpretaba piezas musicales al compás de las bielas.

Inició su carrera amateur en 2009 en el equipo Boyacá es para vivirla; en 2010, con apenas 20 años, en el equipo 4-72 Colombia ganó el Tour del Porvenir. En 2012 fue contratado por el equipo español Movistar Team con el cual ha logrado 11 campeonatos en competencias locales; en 2013 terminó segundo en el Tour de Francia, además de ganar 1 etapa, la clasificación de la montaña y la clasificación de los jóvenes Lo mismo logró en 2015, esta vez sin ganar la clasificación de la montaña. En 2014 cumplió su profecía; ser el primer latinoamericano en ganar la segunda competencia ciclista más importante del mundo: el Giro de Italia. Hoy, con 26 años, es el flamante campeón de la Vuelta a España, la tercera grande de Europa.

Información adicional

Autor/a: ALLAN BOLÍVAR Y DANIEL VARGAS
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