Quién lo creyera, un colegio público que da origen a una universidad pública, este es el caso del Instituto Pedagógico Nacional (IPN) que parió la Universidad Pedagógica Nacional. Por los sinsentidos de las leyes y reformas educativas, desde hace décadas vive una penosa situación financiera y legal, la cual quiere solucionar con una propuesta resumida como “Expedición por el IPN”*. Sobre este particular conversamos con Alejandro Álvarez, su actual rector, quien nos contó de qué trata esta propuesta.
David Gutiérrez P. (DGP). Profesor Alejandro, ¿de qué se trata eso de una Expedición por el IPN y qué implica para el colegio?
Alejandro Álvarez (AA). Bueno, el proyecto se encuentra dentro de una propuesta ambiciosa para sacar adelante al IPN, e implica cuatro asuntos que creemos neurálgicos, porque dificultan un poco su labor, sobre todo si los consideramos en perspectiva de su futuro.
DGP. ¿Cuáles son estos cuatro aspectos?
AA. El primero pretende que a través de una ley el Congreso de la República nos reconozca como patrimonio pedagógico de la nación. Y así proceder porque en sus 90 años de existencia el IPN sí ha explorado novedosos y alternativos caminos pedagógicos, que muestran que sí es posible que la educación pública se autorregule desde la escuela y ofrezca una educación de calidad.
El segundo, que consideramos estratégico para sacar adelante al colegio, es resolver su presupuesto, que ahora es todo un problema.
DGP. ¿Un problema por qué o debido a qué?
AA. Tal vez pocos sepan que el IPN, como normal femenina, dio origen a la Universidad Pedagógica, y que con el paso del tiempo el Instituto quedó bajo su ala. Bien, con la ley 30/92 se definió la estructura del presupuesto de las universidades públicas, y no se previó que la UPN tenía colegio, quedando así desfinanciado, realidad que le pesa hasta hoy.
DGP. ¿Cómo se ha financiado, entonces el Instituto?
AA. Con dinero de la Universidad, la cual no le dio la espalda, pero que como consecuencia, en tanto solo recibe del gobierno escasamente para su funcionamiento. Por lo que sostener al colegio le generó un déficit histórico, que ya cuenta con 25 años, hueco que cálculos generosos lo estiman en 8 mil millones al año. De manera que la intención es que a través de un acto legislativo o una disposición del Gobierno, le asignen a la UPN unos recursos específicos para financiar su colegio.
DGP. ¿A qué se refiere el tercer aspecto?
AA. Resalta un sinsentido. Por la ley 115, la financiación de la educación pública quedó restringida al Sistema General de Participación, que depende de las entidades territoriales (gobernaciones, alcaldías), pero como el colegio no depende de una entidad territorial, sino de la UPN, entonces quedó en un limbo jurídico. Su consecuencia: para el Ministerio de Educación, la Secretaria de Educación, el Icfes, y muchas otras entidades del Estado, somos un colegio privado. Y eso es absurdo, eso cambia su naturaleza, su razón de ser. Aunque frente a esto sí hemos avanzado mucho porque ya tenemos un concepto del Ministerio de Educación con el cual quedamos claramente identificados no solo en las estadísticas, sino dentro de las políticas, como un colegio público.
DGP. Cuéntenos sobre el cuarto aspecto.
AA. Corresponde a un problema muy sensible y que de alguna manera afecta nuestra buena marcha: el carácter legal y el estatuto docente que rige a los maestros que trabajan aquí. La Universidad no ha podido resolverlo, en parte por la ambigüedad normativa que existe acerca del estatus del IPN. Entonces, sus docentes no saben si son maestros oficiales o no, ni cuáles su régimen. En este momento la Universidad homologa su régimen laboral al régimen 2277 (el estatuto docente que regía antes de 2002 y que rige todavía para los maestros antiguos), pero eso nos ha generado muchos problemas. Entonces, urge que el Consejo Superior de la Universidad expida un estatuto docente propio para los profesores del colegio, pero para eso necesitan la garantía del presupuesto.
DGP. ¿En qué va el trámite del proyecto de ley, cómo ha avanzado la propuesta al interior del Congreso?
AA. Bueno, radicamos en la Comisión sexta el proyecto de ley, que es muy claro, ya que simplemente dice: declárese patrimonio pedagógico de la nación al IPN, y autorícese al Ministerio de Hacienda para que le asigne los recursos a la UPN para financiarlo. En esta Comisión todas las bancadas, sin excepción, expresaron su voluntad política de apoyarlo. Y ellos, a su vez, lo presentan entre sus copartidarios en otras comisiones para que en el momento que el proyecto llegue a las plenarias tenga apoyo.
No obstante, en este momento no se ha reiniciado la presentación de Susana Correa, la congresista ponente asignada, quien a expresado su apoyo, pero no ha presentado ponencia porque el Congreso está tramitando todas las leyes del Acuerdo de Paz. Pero confiamos en su aprobación.
DGP. En un artículo publicado en El Espectador aluden a rumores sobre la venta del IPN, ¿tiene algún asidero tal comentario?
AA. Le informo lo oficial, cualquier rumor, cualquier otra versión que circule, no puede asumirse como cierta. La Universidad, pese a su precaria situación financiera, no va a dejar ni a vender su colegio, eso es impensable. A no ser que llegue una administración que esté muy loca, salida de todo sentido común. Porque una Universidad Pedagógica sin colegio es como una facultad de medicina sin hospital, o una facultad de derecho sin consultorio jurídico. Es impensable que una Universidad Pedagógica, más una universidad uniprofesional como la nuestra, no tenga su colegio. Pero, además, porque la Universidad le debe la vida y su existencia al colegio. Y así lo ha dicho el Rector de manera contundente y clara: el colegio no se vende, no se arrienda, no se negocia; este es un tema que no se discute.
DGP. Entiendo que existía el proyecto de trasladar el colegio a la sede Valmaría y considerar la venta del lote donde hoy funciona…
AA. En algún momento se habló de tal traslado, pero esa posibilidad está prácticamente descartada. Quiere decir que por ahora el colegio se queda en la 127, donde funciona desde 1970. En su origen en 1927, y hasta esta fecha, funcionó en la calle 72.
DGP. Pero Valmaría sí continúa…
AA. En Valmaría no se cumplieron las metas proyectadas. Por ahora la universidad trabaja fuertemente para poder construir, por lo menos, la Facultad de Educación Física.
DGP. ¿Con qué recursos abordan este proyecto?
AA. Recursos que provienen de una estampilla aprobada exclusivamente para financiar la infraestructura de tal sede. Pero los recursos no son muchos, sí acaso alcanzarán para esa Facultad, y la Universidad no quiere salir de la 72, ni quiere salir de la 127. Cualquier otra cosa es especulación.
DGP. En caso de que no aprueben la propuesta, ¿han pensado vías alternativas o estrategias para lograr la financiación del IPN?¿Han discutido acerca de esa posibilidad?
AA. Valorando tal posibilidad también nos movemos por otras vías. Llevamos año y medio gestionando ante el Ministerio de Educación, con otras universidades que también tienen colegios, para que reconozca los recursos para estos colegios. Y, en efecto, logramos un decreto presidencial, que ya se firmó, en el que el Ministerio le asigna recursos a las entidades territoriales para que a través de un convenio con los colegios de las universidades que tienen facultades de educación, le financien la matrícula a un determinado número de estudiantes. Entonces, en este momento ya estamos preparando una propuesta para sentarnos a hablar con la Secretaria de Educación de Bogotá y plantearle la necesidad que tenemos de que le financien la matricula a las familias que poseen más necesidades económicas. De manera que ahí ya garantizaríamos la gratuidad para esos niños y esos padres de familia, lo cual es un gran avance.
Eso en términos económicos no le representa a la Universidad mayor alivio, pero sí a los padres de familia, y eso es parte de lo que buscamos, eso ya lo logramos y creemos que en el transcurso de este año estará finiquitado este proceso. En todo caso, seguimos buscando por otros medios el apoyo y los recursos para solucionar el problema estructural financiero del colegio.
DGP. Finalmente, suponiendo el caso contrario, en medio de la desfinanciación que viven las universidades públicas del país, ¿cree que la aprobación de esta iniciativa, daría pie a que otras instituciones busquen estrategias similares para lograr recursos?
AA. Claro, mire que estamos llamando la atención de que el Estado tiene una obligación para garantizar la gratuidad, para garantizar la estabilidad de las instituciones de educación pública. Entonces, lograr esto de alguna manera toca la causa más general de la lucha por la defensa de la educación pública, por los recursos, la financiación, y por su gratuidad. Lo cual, como dice la Constitución, cobra aún más motivos al tratarse de la educación básica.
Entonces, ojalá logremos sacar adelante esta iniciativa, porque sin duda será una muestra de que sí es posible conseguir que el Estado, con la movilización de las comunidades, reconozca su deber, su obligación de garantizar el derecho a la educación. Hemos hablado con los padres de familia, los egresados, los estudiantes, y ellos saben que detrás de esto hay una causa más grande que es la defensa de la educación pública.
* Actualmente el IPN promueve una iniciativa de apoyo al proyecto de ley a través de la plataforma virtual Change.org. Sí desea apoyar con su firma puede hacerlo a través del siguiente link:
Como un solo cuerpo
DGP. ¿Cómo ha sido el apoyo a la propuesta por parte de la comunidad del IPN y la UPN?
AA. Toda su comunidad educativa ha manifestado su apoyo a estas iniciativas. Todo el mundo está trabajando en este momento por esta causa, por estos 4 puntos. Hemos logrado una muy buena movilización, hay sensibilidad, hay apoyo, hay acogida. En la Universidad también, aunque menos, porque a veces sentimos que no tienen suficiente conciencia de la importancia de su colegio. Sin embargo, con la actual administración de la Universidad tenemos una gran fortuna, porque el señor rector, y todo el equipo directivo, está muy convencido de estos 4 puntos, de la importancia de recuperar, estabilizar y de conseguir los recursos para el colegio, y apoyarlo en todo sentido.
Algo de su historia
El IPN es un colegio oficial que surge en 1927 producto de una misión alemana, cuyo fin era la formación de mujeres docentes. Desde sus inicios como “Instituto Pedagógico Nacional para señoritas”, y durante buena parte del siglo XX, el colegio fue epicentro de innovación en pedagogía. Comenzando por el hecho de que fue una de las primeras instituciones que en Colombia ofreció educación de calidad a las mujeres. Además, como parte de los esfuerzos por dar educación superior a las egresadas, el Instituto fundó en 1955 la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Por lo cual ésta comienza a estar en cabeza del colegio, el cual, desde ese entonces, funciona como su centro de prácticas. | ||||
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