Home » 10.000 fincas campesinas sostenibles

10.000 fincas campesinas sostenibles

10.000 fincas campesinas sostenibles

El 1º de diciembre de 2017 se realizó en Bogotá el Primer Encuentro Nacional de la Estrategia de 10.000 fincas campesinas y shagras sostenibles para América Latina. El evento contó con la participación de representantes de organizaciones campesinas de 52 municipios del país provenientes de 12 departamentos. La iniciativa, que se conoce simplemente como 10.000 fincas, fue promovida inicialmente por la Corporación Obusinga, el Observatorio de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional (Obssan) y el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (Pdpmm) y, posteriormente, fue fortalecido con el apoyo del movimiento Slow Food. De hecho, en el año 2018, en el marco del Terra Madre de Slow Food en Turín (Italia), 10.000 fincas, en unión con la iniciativa de fincas agroecológicas que se impulsa en Cuba, lideraron un encuentro latinoamericano que derivó en la creación del programa Fincas Slow para América Latina y el Caribe.

La acogida que recibió 10.000 fincas en este escenario internacional halla explicación no solo en la especial sensibilidad que mantienen los miembros de Slow Food del mundo entero ante las causas relativas al alimento bueno, limpio y justo. A lo largo y ancho del continente la finca campesina, en sus distintas modalidades como la shagra ecuatoriana, la chacra uruguaya, la milpa centroamericana, la parcela peruana, etcétera, ha sido y continúa siendo la columna vertebral de la seguridad y la soberanía alimentaria de los pueblos. Representa la agrobiodiversidad de nuestra América Latina y es también el resultado de la multiculturalidad y de la riqueza gastronómica de nuestras naciones. Así mismo, para los activistas de los otros continentes, Latinoamérica es claramente un escenario estratégico para el futuro agroalimentario de la humanidad. Una apreciación que, con intencionalidades distintas, mantienen las grandes corporaciones que dominan el mercado mundial de alimentos y comestibles.

Por estos motivos, el protocolo del Programa de Fincas Slow Food para América Latina y el Caribe se inicia con las siguientes palabras: “El programa de Fincas Slow Food para América Latina y el Caribe corresponde a una red ciudadana de carácter mundial, coordinada por las expresiones territoriales del movimiento Slow Food, que asume las unidades productivas campesinas e indígenas tradicionales como columna vertebral de los sistemas agroalimentarios de Latinoamérica y baluartes de la alimentación buena, limpia y justa de la humanidad”.

De vuelta a Colombia, la iniciativa ha impulsado acciones con diverso grado de desarrollo en las regiones de Nor-oriente, Sur-occidente y Centro del país. En cada una de ellas, las personas que animan el proceso han implementado estrategias distintas de acuerdo con sus propias posibilidades de gestión. En Sur-occidente las escuelas agroecológicas son el epicentro de la acción mientras que en la zona centro se han desarrollado laboratorios territoriales alimentarios con una gran movilización de jóvenes y estudiantes quienes, junto a las comunidades campesinas, están construyendo una nueva relación campo-ciudad. En Nor-oriente, la iniciativa ha desembocado en una estrategia intersectorial llamada Centro Regional de 10.000 fincas campesinas en la que convergen los sectores campesino, empresarial, académico y social. Desde esta estrategia, se está consolidando una modalidad de asistencia técnica llamada “Oficina Virtual de 10.000 Fincas Campesinas” en la que asesores voluntarios acompañan a las comunidades campesinas del alimento en sus iniciativas de agroecología, agroindustria y comercialización.

No obstante, para todas las regiones, el Manifiesto Ético de la estrategia 10.000 fincas campesinas y Shagras sostenibles para América Latina se ha convertido en el principal instrumento de identidad, cohesión y organización de su trabajo. El Manifiesto Ético, promulgado en el año 2017, se compone de los siguientes 9 puntos:

1. La estrategia de 10.000 Fincas campesinas y shagras sostenibles para América Latina se organiza en nodos territoriales, lo cuales son definidos como instancias locales (municipales) de gestión de la finca campesina y la shagra sostenible.
2. Cada nodo es autónomo en la concepción, diseño y desarrollo de su modelo, estrategia y propuesta de finca campesina o shagra sostenible, basado en los principios de la agroecología, por lo tanto, debe responsabilizarse de la gestión del proceso en su territorio.
3. Cada nodo está autorizado para utilizar como respaldo a su gestión, la estrategia 10.000 fincas campesinas y shagaras sostenibles para América Latina.
4. 10.000 fincas campesinas y shagras sostenibles para América Latina es una estrategia de la sociedad civil organizada, y por lo tanto solo puede ser representada por organizaciones de la sociedad civil. Todo proceso que se respalde en la estrategia, debe contar con la participación protagónica de comunidades, familias campesinas y/o demás población étnicamente diferencial.
5. En el proceso de gestión, los nodos de 10.000 Fincas campesinas y Shagras sostenibles pueden acceder o recibir apoyos de las instituciones públicas y/o privadas, sin comprometer la autonomía de los procesos concertados.
6. 10.000 fincas campesinas y shagras sostenibles, no será utilizada por ningún proceso electoral ni puede comprometerse con ningún partido o movimiento político.
7. Los nodos de la estrategia 10.000 Fincas campesinas y shagras sostenibles, no estarán supeditados a estructuras institucionales y/o administrativas en los territorios.
8. Dentro de la estrategia no se podrán realizar alianzas con organizaciones o procesos que atenten contra la sostenibilidad de las fincas campesinas y shagras sostenibles.
9. La estrategia 10.000 fincas campesinas y shagras sostenibles, no participará ni se aliará con ningún tipo de movimiento que promueva cualquier forma de violencia.

La vigencia del Manifiesto Ético, merece un especial análisis ya que puede arrojar luces sobre el tipo de organización social que se necesita para el desarrollo de estas iniciativas ciudadanas. En ese sentido, se pueden destacar cuatro elementos fundamentales:

– El protagonismo de los campesinos. En la filosofía de la estrategia, las fincas campesinas son entendidas como un patrimonio ciudadano que debe ser preservado y fortalecido. Sin embargo, esta connotación no significa que se pueda ignorar que los tenedores y propietarios de las mismas son los y las campesinas. Ellos y ellas no solo son los propietarios de los predios, sino que pueden ser apreciados como custodios del patrimonio ciudadano del que se habla. Por estos motivos, el liderazgo campesino dentro de la propuesta resulta totalmente determinante, sin su presencia protagónica en los nodos locales de 10.000 fincas no puede ni siquiera iniciarse la movilización ciudadana.
– La autonomía local. De acuerdo con el Manifiesto Ético, el protagonismo de los campesinos y campesinas se evidencia especialmente en la definición del modelo de finca sostenible que se define para su territorio. A diferencia de otras propuestas en las que los criterios técnicos resultan dominantes y, con frecuencia, tienden a imponerse a las comunidades, en este caso son las comunidades quienes determinan su propio modelo territorial de finca sostenible. Básicamente, se privilegia el acuerdo social que alcancen las comunidades sobre los detalles técnicos que pretendan introducirse en los modelos de finca campesina. Paradójicamente, en la experiencia de estos años, la autonomía para determinar su plan de trabajo colectivo ha demostrado que las comunidades campesinas poseen criterios muy claros y equilibrados en cuanto a la sostenibilidad social, ambiental e incluso económica de sus fincas. En todos los casos, los elementos ambientales (como el agua, los bosques, los suelos y las semillas nativas) se conjugan con la producción de alimentos y de cultivos comerciales. Igualmente, las comunidades incluyen aspectos sociales esenciales como formas de trabajo solidario y el fortalecimiento de los lazos familiares y comunitarios.
– La distancia con la política tradicional. 10.000 fincas es una iniciativa esencialmente política. Se basa en la construcción de acuerdos territoriales y en la concertación entre distintos sectores con un propósito dirigido al interés común. Sin embargo, sus miembros enfatizan su condición de experiencia ciudadana independiente de la institucionalidad pública. No se rechaza la concertación con las instituciones públicas y los gobernantes, pero se traza una gruesa línea divisoria con las campañas y los partidos políticos. Esta decisión puede apreciarse desde dos puntos de vista. Por una parte, el desprestigio de la clase política tradicional ha convertido a los procesos electorales en unas zonas oscuras que son frecuentadas, en inmenso porcentaje, por personas de dudosa calidad ética. Por lo tanto, es mejor mantenerse al margen de esos procesos si se quiere conservar una imagen pública decente y convincente. Por otro lado, por distintas razones que merecerían un artículo exclusivo para ello, los gobernantes tienden a concentrar sus esfuerzos en acciones de corto plazo que les brinden réditos políticos ante una opinión pública voluble y caprichosa. La iniciativa de 10.000 fincas tiene un horizonte de 30 años, por lo tanto, no puede estar en manos de una clase política cuya mirada de lo público no supera el escenario de las siguientes elecciones.
– La vocación de paz. No cabe duda de que la población campesina ha sido la más afectada por el inveterado conflicto armado de nuestro país. Millones de víctimas y sobrevivientes así lo atestiguan y, en medio de la lenta cicatrización de sus heridas, comprometen sus esfuerzos en formas no violentas de transformación de la realidad. En ese sentido, el rechazo a cualquier forma de violencia por parte de los miembros de 10.000 fincas no puede confundirse con pasividad ni mucho menos con una suerte de resignación ante los abusos y las amenazas que distintos actores mantienen sobre las comunidades campesinas. Desde 10000 fincas se busca una plena integración del mundo campesino en la sociedad contemporánea colombiana.

Entendiendo a las fincas campesinas como los baluartes de la alimentación de nuestra sociedad, tanto para las generaciones presentes como para las futuras, se trata de comprometer a todos los sectores sociales con el respeto y la protección de la vida campesina. Que lo que ocurra en nuestras veredas importe en los barrios; que aquello que sucede en la vida de las familias campesinas resulte prioritario para las familias citadinas; que los campesinos y campesinas sean reconocidos plenamente como ciudadanas y ciudadanos y que las personas que viven en las ciudades recuperen el vínculo con sus territorios alimentarios y superen la triste situación de no poder reconocer la mano que las alimenta.

*Corporación Obusinga.
Octubre de 2021.

 

Para adquirir suscripción

https://libreria.desdeabajo.info/index.php?route=product/product&product_id=179&search=suscri

Información adicional

Autor/a: Néstor Mendieta
País:
Región:
Fuente:

Leave a Reply

Your email address will not be published.