Una coyuntura especial vive la capital del país: su alcalde y Programa de gobierno soportan ataques diarios de parte de los sectores que se sienten afectados por las políticas que tratan de recuperar el valor de lo público. Desde una posición de confianza con lo realizado en su primer año de gestión, Gustavo Petro evalúa las políticas que ha tratado de implementar.
desdeabajo (da). Queremos que le explique a quienes nos leen como ha sido este primer año de gobierno al frente de la alcaldía de Bogotá, sobre lo cual hay opiniones divididas. Para empezar en orden, ¿cómo se han construido las políticas públicas que hoy se implementan en el Distrito?
Gustavo Petro (GP). No ha sido el resultado de un proceso de planificación frio y tecnocrático como algunos creen. De ahí han acotado el señalamiento de la improvisación –como una especie de matriz de opinión– para calificar cada política, cuando en realidad cada política es un escenario resultante de un conflicto de fuerzas desatado al interior de la sociedad bogotana y por lo tanto de la administración distrital. La capacidad para implementar la nueva política, y para correr ciertos intereses que ahora se sienten lesionados, no se da de la noche a la mañana, es un proceso de resistencias y de lucha.
da. ¿Una lucha intensa? ¿Cómo son sus resultados?
GP. Sí. En cada política pública se desata esa lucha, y en cada una de ellas es posible apreciar esas fuerzas desatadas, a favor y en contra, fuerzas poderosas, pero en general el año 2012 fue de avance en el plan de desarrollo. El balance de nuestro primer año de trabajo es satisfactorio, sin caer en optimismos infundados. Hay quienes dicen que no deberíamos hacer del programa de gobierno una especie de fundamentalismo, pero en una sociedad que no conoce la política a partir de programas sino de triquiñuelas, de posturas engañosas, lo que estamos haciendo es enseñar de cierta forma que la política es un asunto de discusión de problemas fundamentales, programas, deliberación de programas…
da. ¿Por qué es satisfactorio el resultado en el 2012?
GP. Porque los principales ejes de las políticas están rodando, están ya colocados sobre el tablero de la ciudad. No son sólo papel. En unas políticas se avanza más que en otras. Hay que medir, examinar las distancias entre el discurso y el hecho. ¿Qué se ha logrado? ¿Qué falta allí donde no se han logrado los objetivos? Este ejercicio se puede hacer en cada política, pero podemos empezar por la educación, teniendo en cuenta la divisa programática de privilegiar en la ciudad los cerebros sobre el cemento.
da. Teniendo en cuenta que el peso en la cultura educativa sigue siendo instruccional, con una cantidad abrumadora de información desligada de la vida concreta de los estudiantes y de su capacidad de pensar y valorar por sí mismos, ¿qué varió en educación?
GP. La educación de calidad es un instrumento básico para superar la tremenda segregación social que hay. ¿Qué fallas tenemos? Un presupuesto que proviniendo de un gobierno de izquierda no contemplaba el escenario de la educación con la importancia fundamental que tiene. Dos punto tres billones de pesos son insuficientes para las necesidades del sector. Por eso, una de las primeras medidas que nos propusimos fue elevar –con la primera oportunidad que tuviésemos–, el presupuesto educativo para el año 2013. Yo no voy a decir que fue un crecimiento espectacular, pero sí histórico. Los tres punto uno billones de pesos aprobados trazan el marco financiero en el que nos vamos a mover. Si a esto sumamos los recursos destinados por la sección educativa de la Secretaría de Integración Social, estamos hablando de un crecimiento de un billón de pesos, aprobados y con recursos ciertos en el presupuesto educativo, entre el 2012 y el 2013. Si lo compara con la principal aspiración de la MANE, que en sus propuestas habla del crecimiento en un billón de pesos del presupuesto nacional, encuentra que Bogotá cumplió para el territorio distrital.
Este es un punto importante porque ese dinero, que hace honor a cerebro antes que dinero, no va a construir por si mismo otra educación, pero sin ese dinero no sería posible construir la bases de una revolución educativa.
da. ¿Cómo hacer mucho con poco y no al revés, tratando realmente de variar la educación imperante?
GP. Hay unos avances y unos estancamientos. ¿Dónde veo los avances? No sólo en el crecimiento de 450.000 a 550.000 jóvenes que acceden a refrigerios, en el aumento del número del comedores escolares, o que se lograron adecuar treinta establecimientos educativos para aumentar el número de horas diarias de la jornada educativa de cinco a ocho, posibilitando que 40.000 estudiantes del Distrito puedan estudiar ocho horas. Hay fibra óptica ahora, porque antes llegaba una mega a un colegio, si es que llegaba; pero en el 2012 doscientos colegios lograron banda ancha, que se convertirán en 700 con infraestructuras educativas que tendrán entre 50 y 100 megas. Esto significa abrir las puertas del mundo. Pero esas puertas del mundo no se abren por si solas, se abren si sabemos que buscar en el mundo, si en medio de toda la basura imperante se pueden encontrar los filones que permiten construir saberes críticos, aprovechar lo que se discute en el mundo, hacer saltar el escenario del joven de su calle de barrio pobre con necesidades, hacia un universo de posibilidades. Dado que ahora existe el presupuesto, estos son avances que tienen que multiplicarse en el 2013.
da. ¿Y donde visualiza los estancamientos?
GP. En el contenido de la educación. Este no ha sido un tema fácil y es necesario que el 2013 sea un año propicio para cambios profundos en las metodologías educativas.
Otro tema preocupante es la participación en las decisiones por parte de la juventud. Creo que el balance del Polo Democrático Alternativo deja cifras positivas en términos de la participación de los profesores en la hechura de una política educativa, pero deja un balance en rojo alrededor de los jóvenes, y creo que eso lo tenemos que llenar nosotros. ¿Cómo pueden el joven o la joven participar en la construcción de la política educativa? Ese mundo nuevo que va a existir en los colegios públicos de la ciudad de Bogota, ¿cómo puede ser moldeado por la manera de entender la educación que tienen el joven y por la joven? He ahí un reto que me parece fundamental para el año 2013.
da. No se avanza en pos de una revolución educativa imprescindible sin variar favorablemente las condiciones concretas en las que se desarrolla la labor de los maestros…
GP. Van a entrar 4.000 maestros nuevos a una población que ya es de 34.000. Al final de nuestro mandato el número de maestros estará entre 40.000 y 44.000, por lo menos una tercera parte de ellos será nueva. Son maestros jóvenes, sin denigrar de la edad, que vienen de otras experiencias, de otros mundos, con procesos educativos más ligados a las tecnologías del siglo XXI.
Con relación a la educación de los maestros, ¿qué nos había sucedido en el inmediato pasado? Que los programas de educación de los maestros eran pobres en recursos, la financiación se hacía para cursillos sin mayor bagaje, una especie de cumplimiento de requisitos para ver si se podía ascender en el escalafón. Nosotros multiplicamos cinco veces el presupuesto para formar maestros, pasamos de diez mil a cuarenta y ocho mil millones de pesos. Eso puede ser un problema sí se derrocha, pero ese salto expresa una voluntad: que el maestro, sea nuevo o antiguo, pueda tener una educación de mayor calidad, para que pueda transmitir una educación de mayor calidad.
da. Es duro decirlo, pero hay que decirlo: la mayor parte de la educación imperante obstruye antes que ayudar en la tarea de lograr que los estudiantes piensen por si mismos, sepan valorar lo que vale y no apreciar lo que no vale…
GP. La capacidad de pensar por si mismo es lo que uno esperaría como resultado del sistema educativo en su fase secundaria. Esa capacidad de pensar por si mismos es lo que construye ciudadanía capaz de tomar una elección libre en el mundo del saber. En mi reflexión esa capacidad de pensar y de crear está íntimamente vinculada a la formación artística. Lo que construye creadores, creadoras, es el arte.
Entonces, nuestro esfuerzo, al principio presupuestal, va dirigido a lograr que el arte y la cultura, que hace mucho dejaron el colegio, puedan ser el alma, la vertebra fundamental del colegio del año 2013. Hay ahí un programa, al que también habrá que ponerle todo el cuidado para que se implemente en debida forma. Hemos fortalecido la Secretaria de Cultura, los gestores culturales, transformado la orquesta filarmónica, Idartes, articulándolos al sistema educativo. Buscamos que crezca de manera exponencial la creación artística en el colegio, lo mismo que la deportiva, pero ese es otro tema.
Niñez y políticas integradas
da. ¿Por qué se afectó, en un gobierno sensible a lo social, un proceso de organización popular como el de las Casas Vecinales, que nace de la tenacidad de las mujeres humildes para enfrentar la adversidad?
GP. Sí, dimos este paso, que tiene muchas resistencias dentro de la Secretaría de integración Social, de trasladar el aparato de jardines infantiles, incluido un segmento llamado Casas Vecinales, hacia el preescolar de la Secretaría de Educación. Nos ha costado mucho, incluso oposición popular, pero en mi consideración estas son fuerzas inerciales. No le vi sentido a que la Secretaría de Integración Social, que no está hecha para la educación, mantuviese varias decenas de miles de niños de la primera infancia en un sistema que está desligado del sistema educativo. Queremos que cien mil niños, entre cero y cinco años, se puedan atender en el año 2013.
da. La segregación social se inicia desde el vientre, desde la primera infancia, ¿qué avances se han alcanzado a este nivel?
GP. La Secretaría de Educación Distrital se encargará de toda la población de primera infancia con edades entre los tres y hasta los cinco años, que es lo que llamamos el preescolar. Esto es un esfuerzo puramente bogotano. La ley y el presupuesto nacional todavía no reconocen el trabajo que se hace en este segmento poblacional. En este ámbito nos proponemos ofrecer 25.000 nuevos cupos para entrar al sistema preescolar en el sistema educativo.
Por su parte, la Secretaria de Integración Social se concentrará en la primera infancia con edades entre cero y dos años. Esta atención ya no es escolarizada, sino que tiene otro tipo de sensibilidad. Entre cero y dos años, la primera infancia popular está conformada por niños/as que se quedan en una casa, encerrados, sin mayor atención familiar, pues en general son mamás solas, más o menos medio millón de mamás en Bogotá, muchas adolescentes, jóvenes, que crían sus hijos solas, sin el padre que se ha ido o nunca estuvo. Esos niños/as crecen en condiciones adversas que forjan su personalidad de una manera irreversible, son los “Condenados de la tierra”. Podemos llegar después con mucha política social, pero ese devenir entre los cero y los cinco años, si ha sido triste, duro, marca al ser humano.
A su vez, esta Secretaría debe llevar salud, vacunas, leche y algo que nos ha parecido fundamental: llevar, a través del arte, alegría, lúdica, juego. En este proceso se articula la Secretaría de Cultura. El juego enseña, si no hay juego, no hay saber. En este componente esperamos atender 50.000 niños. Este sí es un salto espectacular desde el punto de vista de lo que se hacía antes, pues en realidad no se hacía prácticamente nada.
Hay otro componente que es la salacuna. Aquí sí hay cierta institucionalidad, y queremos crear 25.000 nuevos cupos que favorecerán a la mujer que sale a trabajar.
da. La información estadística distrital revela que hay por lo menos trescientos mil niños no atendidos en Bogotá…
GP. Los cien mil niños que nos hemos propuesto atender este año es la tercera parte de la población que no está atendida. Es una meta absolutamente ambiciosa, si la cumplimos en este año podremos atender la población que falta en el resto del mandato de nuestra administración.
Este es el esfuerzo que quiero dejar. Este es el esfuerzo que en veinte años hará de Bogotá una ciudad profundamente humana, porque esa niñez será una juventud alegre, con seguridad en sí misma, popular, que va a transformar la vida y la política en Colombia.
Democracia incipiente
da. En otro aspecto de la política pública, la prensa articulada a las redes corporativas reconoce algunos avances en seguridad ciudadana, ¿qué nos puede decir a este respecto?
GP. La prensa no hace un examen en profundidad de esta materia. Ha entrado en una lógica errada de señalar si es más el General Martínez o es más el Alcalde Petro, y ese no es el tema.
Una estadística de homicidios, como variable indicadora de la violencia, no cae en una ciudad de la noche a la mañana. Lo que hemos visto en Bogotá es una tendencia a la caída desde niveles muy altos en el año 93 –cuando alcanzó 73 homicidios por cada 100.00 habitantes–, hasta la tasa que presentamos en febrero: 16 homicidios por cada cien mil habitantes. Entonces, hay que buscar una explicación estructural a ese fenómeno. No es un solo gobierno, no es la política de un alcalde. Pienso que la disminución sostenida se debe en lo fundamental a una caída de la tasa de pobreza. En esto hay discusiones académicas, ¿por qué Haití, que es tan pobre, no tiene tanta violencia? Bogotá ha visto caer la tasa de pobreza porque, como Bucaramanga, tiene estructuras económicas, comerciales e industriales, bastante democráticas. No estamos hablando de ciudades con un grupo que domina toda la actividad económica, hablamos de dos ciudades en las que centenares de miles de empresarios se distribuyen la riqueza que genera la ciudad, y esto tiene un efecto y es que, con decisión de acabar con la pobreza, se logra que la pobreza caiga independiente de la manera como se mida.
Hay otros elementos que aportan a esta tendencia. Bogotá incluye Presupuestos Participativos. y hay espacios donde la segregación no es absoluta.
da. ¿Cómo se ve, en este campo, la capital ante el país?
GP. Si se utiliza el índice Gini, Bogotá es la tercera capital del país más desigual, antecedida por Medellín y Montería. Pero cuando se hace un análisis más profundo se encuentra que en Medellín y Montería hay poblaciones muy pobres, una clase media pequeña y un sector muy rico. En Bogotá es diferente, solo una parte de la población más rica es hiperrica, todo lo demás es relativamente igualitario. Bogotá es una ciudad de clase media, con un núcleo de pobreza dura pequeño y con un pequeño núcleo de la población que es hiperrica, son los ricos de Colombia, que viven en un sector pequeño de la ciudad, son los dueños del poder económico, político y social del país. Entonces, ese sector arroja un índice Gini de desigualdad muy alto, pero si se quita ese sector de la estadística automáticamente la ciudad se vuelve mucho más igualitaria. La diferencia entre un habitante del estrato cinco y un trabajador de un barrio popular –por ejemplo Kennedy–, no es mucha, es más de apariencia que de realidad, la distancia del ingreso disponible no es muy elevada. Esto ayuda al tema democrático. Bogotá es una ciudad que vive una democracia incipiente.
Finanzas y economía popular
da. ¿Cómo encontró el tema tributario en Bogotá? ¿Qué han hecho en esta materia para superar la segregación?
GP. La gran mayoría de la población bogotana es la que sostiene el presupuesto. Si ven los desarrollos económicos en los últimos años, observarán que en el periodo de Uribe creció, de manera espectacular, el precio de la tierra, el costo de la ciudad, pero en un fragmento de la misma, barrios como Rosales, Cabrera, y algo hacia el aeropuerto El Dorado. Un proceso de especulación inmobiliaria intenso, que beneficia a menos del uno por ciento de la población, sector que no hace un esfuerzo tributario medible en el impuesto predial. Nosotros presentamos una reforma tributaria buscando grabar ese crecimiento especulativo, grabar parte de esa renta especulativa, para socializar esa renta.
En el Instituto para la Economía Social hicimos un esfuerzo sobre bancos, grandes superficies comerciales que de manera similar son los que han amasado la renta económica. Nuestra búsqueda es justicia social. En el proyecto presentado al Concejo hace algunos meses, su mayoría, incluso viejas figuras de la izquierda, como el concejal Sanguino, ni siquiera captaron la importancia revolucionaria del proyecto que se les presentó, porque de haber sido aprobado hubiera trasladado al conjunto de la ciudad un porcentaje del acumulado producto de la especulación financiera e inmobiliaria sufrido en la misma. Eso hubiera arrojado posibilidades de política social mucho más amplias, y de disminución, no sólo de la pobreza, sino de la desigualdad, que es un objetivo progresista. Vamos a seguir intentándolo por otras vías.
da. ¿Qué se ha avanzado en economía popular?
GP. La economía popular es un concepto ligado al capitalismo social, al mercado, a formas mercantiles simples, trabajadores/as solitarios/as, que hay muchos en Bogotá. Y hay también formas asociativas, pero incipientes, es un mundo muy rico, multicolor, que explica el trabajo en Bogotá. Sin esa economía popular Bogotá no existiría, asi ciertas mentalidades crean que Bogotá es el Parque de la 93. La economía popular es el corazón bogotano, explica sus éxitos relativos, igual que Bucaramanga. Esa economía popular está solitaria desde el punto de vista del Estado, ahí no hay crédito, no hay asistencia técnica, no hay acompañamiento, el Estado se vuelve un enemigo de la economía popular. Así es visto por quienes la construyen, el Estado es su enemigo, no su compañero. La postura política nuestra es acompañarla.
da. ¿Cómo es el acompañamiento?
GP. Más que un discurso, se necesitan instrumentos concretos, y ahí es donde hemos tenido nuestros principales problemas. Estas son parte de las batallas más duras de la Alcaldía. El banco, por ejemplo. Si uno concibe la economía popular como capitalismo popular implica, para sobrevivir, tres elementos básicos: espacio físico, una herramienta financiera, y el saber.
da. ¿Cómo es lo del espacio?
GP. Vamos por lo más común, revise el tema de la acera y el vendedor ambulante y verá cuanta conflictividad tiene ese dónde. El Estado debería abrir los espacios del dónde, para poder construir economía popular en la ciudad.
da. ¿De qué se trata la herramienta financiera?
GP. La herramienta, o como yo le llamo: ¿con qué?, que en economía se llama el capital. Las economías populares están en manos de la usura, con interés diario al diez por ciento, mafias que controlan y deprimen la economía popular. El sistema financiero no llega a esta economía. Cuando dijimos “hay que crear un banco para la economía popular”, el Concejo cerró filas, excepto las bancadas progresistas, para hundir los proyectos de crédito popular que engañosamente montaron los gobiernos de izquierda al crear los bancos de segundo piso, que son un engaño, pues se reducen a una partida presupuestal que uno le entrega a un banco comercial para que asigne créditos. Y la gracia de una palanca financiera es que usted pueda usar, no el presupuesto, sino el ahorro de la ciudad, muchísimo más poderoso que el presupuesto, y es lo que podría potenciar la economía popular, y esto significa bancos de primer piso. Nosotros no hemos podido crear, por la oposición cerrada en el Consejo, un sistema de crédito popular.
da. ¿De qué se trata el saber?
GP. La economía popular necesita un saber. Ahí volveríamos al primer tema. Y ahí estamos haciendo un esfuerzo. Entonces, un tema como el del reciclaje es economía popular: 14.450 familias –en ámbitos de pobreza extrema para muchas de ellas– no es una cifra despreciable dentro de la economía popular. El simple traslado de una renta a las familias recicladoras de manera permanente, Auto 275 de la Corte Constitucional, significa que el operador privando disminuye su ingreso respecto al aseo y entonces esos recursos que libera, que paga la sociedad a través de las tarifas, pasan a las familias recicladoras. Este simple hecho tiene a punto de tumbar al alcalde. Esa fracción mínima de la riqueza de la ciudad, 36 mil millones de pesos, que se pretende sacar de los 4 operadores privados y trasladarla a las 14.450 familias, están a punto de hundir la alcaldía, por la oposición suscitada en los sectores de poder.
La generación de riqueza es fundamental para resolver todos los demás problemas. Pero la pregunta es: ¿la riqueza para quién? Cuando el progresismo llegó a la ciudad fue muy claro en decir: la generación de la riqueza es democrática, la economía popular debe ser objeto de fortalecimiento, pero todos los poderes, no solo estatales, sino extraestatales, económicos, medios de comunicación, etcétera, casi que se han aglutinado alrededor de una santa alianza en contra de empoderar la economía popular.
da. A propósito del ejemplo retomado por usted, ¿qué sucedió con basuras?
GP. Lo sucedido con Basuras Cero fue un déficit de lucha. Ha avanzado ya el 2013 y no he escuchado una sola central obrera apoyando un programa que resulta ser un hito contra el neoliberalismo en Colombia. Porque, desde hace veinte años, lo único visto en el país fue el pregón y el avance del libre mercado, destruyendo los espacios públicos. Esta es la primera vez que esa doctrina se revertió, parcialmente, mucho menos de lo que se quería, pero se avanzó, y esto es un hito.
El momento crucial de esta lucha fue el 18 de diciembre, cerca de la navidad. No fue que nosotros tuviéramos un exceso de optimismo, lo que hubo fue un déficit de lucha. Un sector de la ciudadana piensa que hubo un problema de planificación, pero planificar el aseo no es un problema complicado, saber cuánto carga un compactador, por dónde debe rodar, etcétera. No. La pregunta es, ¿por qué no tuvimos los compactadors el 18 de diciembre? Usted se hace esa simple pregunta, y encuentra que no es un problema de planificación, sino de luchas.
En esa disputa fuimos movidos por los intereses de los operadores privados que no querían que el Distrito tuviera la flota para podernos arrodillar en la negociación. Y nosotros presionando por tenerlos para precisamente cambiar la correlación de fuerzas en el escenario del aseo. Todo dio como resultado un 18 de diciembre donde nosotros no teníamos la flota, aún (14 de febrero) no la tenemos. ¿Dónde estaban las centrales obreras? Muchos sindicatos de base nos ayudaron, pero, ¿dónde estaban las centrales obreras, los movimientos políticos de izquierda, sus principales dirigentes?, los mismos que ahora, desde un escritorio, critican lo que hicimos.
Es muy fácil criticar a los que luchan, pero ¿dónde estaban sus formaciones políticas? Y a punto de írsenos este objetivo entre los dedos, literalmente aplastados, retrocedimos para que no se inundara la ciudad de basuras y lo logramos. Las jornadas que los trabajadores y la empresa pública naciente hicieron en esos días, son históricas. El Distrito pasó de recoger cero toneladas a recoger 2.600 toneladas diarias. A punta de fuerza muscular. De eso se escribirá más adelante, lo cierto es que aún no ha terminado el episodio. Pero se expresó un déficit de lucha popular, de lucha democrática, se mostró ausencia de desarrollo de la organización popular, sindical, intelectual, acorde con lo que demandaba esa lucha.
da. Es inocultable la ofensiva mediática contra la administración por parte de los intereses afectados en el primer año de gobierno, ¿cuál es su balance?
GP. La ofensiva mediática contra la administración no ha afectado la ejecución del programa Bogotá Humana. Lo que sí ha buscado es disminuir la fuerza de acompañamiento ciudadano al plan de desarrollo, y en eso han tenido un relativo éxito.
Es importante resaltar que Bogotá Basura Cero, por los efectos del 18 de diciembre, tuvo una falta de acogida, pero en general las demás políticas públicas puestas en marcha, cuando se encuestan, revelan un apoyo mayoritario. Las políticas son el objeto de enfrentamiento por los intereses que tocan. Es obvio que detrás de todas esas políticas públicas está la figura del Alcalde que sintetiza, en cierta forma, el conjunto del programa.
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