La campaña por la revocatoria de Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, sube la apuesta. Así sucedió desde que el país conoció la decisión del alto funcionario público de liderar una campaña activa por el No –que el electorado lo refrende en las urnas–, y no pasiva –abstenerse–, que es el camino seguido por todos los funcionarios públicos por elección que han tratado de revocar, tanto en el país como en el continente.
Por lo tanto, Bogotá y Colombia están ante un proceso sui generis de liderazgo político donde se enfrentan dos tendencias claramente opuestas y contradictorias: “[…] una tendencia por la paz, por la reconciliación, por la transformación social, por la posibilidad de la igualdad y la justicia social que tanto reclaman los colombianos; y una tendencia de derecha guerrerista que indudablemente representa a los núcleos pequeños de la burguesía colombiana; creo –aclara Luis Alfonso Jaramillo– que esto inicia un proceso que también tendrá que ver mucho con la contienda presidencial de los próximos meses”.
Decisión difícil y discutida. “Yo era de los partidarios de la abstención y no del No…”, comenta Jaramillo, coordinador de la campaña que impulsa la continuidad de Gustavo Petro en esta lid revocatoria. Y amplía, “[…] traté de convencerlo, para hacer que en estas elecciones el gasto y el trabajo lo hicieran los contradictores, ya que ellos eran los que debían sacar un millón doscientos treinta y cinco mil votos y no nosotros que ahora nos toca no solamente ganar sino hacer una buena causa electoral que inclusive supere la votación que el señor Alcalde tuvo en las pasadas elecciones para la alcaldía de Bogotá […], pero el señor Alcalde decidió que su mandato fuera ratificado, y la única forma de hacerlo es que la propia gente diga que No desea revocarlo, y los que están interesados en revocarlo digan Sí”.
El otrora secretario de Salud y de Gobierno de Bogotá amplía ante un interrogante abierto por los representantes de este medio de comunicación, “El éxito del NO sería si nosotros logramos tener en favor del señor Alcalde una cifra mayor a la que él obtuvo en las elecciones de octubre de 2011, eso sería el mayor de los éxitos, de todas maneras creo que hay dos metas en este caso: primero, que el No le gane al Sí, y el segundo, que superemos el umbral de un millón doscientos cincuenta mil votos necesarios para poder avalar esta votación de la revocatoria […]”.
En el esfuerzo por reunir ese caudal de votos, el Alcalde no pierde tiempo, enfocado en la consulta electoral del 2 de marzo (ver, recuadro Fecha en entredicho). No hay día que no asista a algún mitin o concentración nocturna. Al filo de las 7 de cada tarde-noche, en una localidad diferente de la ciudad se reúnen sus seguidores: Fontibón, Candelaria, Ciudad Bolívar, Kennedy, Chapinero, ya lo han recibido y escuchado sus razones. La tensión de fuerzas entre centenares de activistas, en su mayoría con raíz en el M-19, es notable. Con el paso de los días y las noches exteriorizan mayor seguridad en su causa: lograr que cientos de miles voten por el No. Muchos de ellos se sienten, desde ahora, en la campaña presidencial de 2018. Explica Jaramillo: “…posteriormente se verá qué es lo que el Alcalde va a hacer en su carrera política, nosotros somos los que estamos insistiendo en que se lance a la presidencia de la República [para el 2018], que asuma esa responsabilidad, ya lo hizo en 2010”.
Por su parte Petro, sin dejar que el cansancio asome en su rostro, explica a quienes lo escucharon el pasado 10 de febrero en el teatro La Candelaria:
“[…] ¿qué pasa al día siguiente, el 3 de marzo, si vencemos? Es decir, si el No se vuelve abrumador y mayoritario, ¿qué pasa? […] Petro tiene que salir a gobernar, ese gobierno tiene que cambiar sustancialmente porque ya le pertenece (lo era del primer electorado del 30 de octubre –de 2011– porque por ellos ganamos la Alcaldía), pero ahora sí que va a quedar refrendado por las nuevas ciudadanías, es decir, es un gobierno que se tiene que transformar, quiera o no quiera, en todas sus secciones, en un gobierno de las nuevas ciudadanías y eso va a profundizar aún más la discusión y la libertad política de la ciudad, porque el efecto de imitación en el país va a ser fundamental.
[…] quiero que imaginemos, no solamente esas nuevas ciudadanías se harán al poder en lo pequeño –que es la alcaldía de Bogotá, pero es un poder–, sino que abrirán inmediatamente un sendero […] de reformas democráticas en el país, es decir, el No, no es Petro, el No es una nueva ciudadanía que clama de manera inmediata, democracia y libertad, y se vuelve ahí mismo –el 3 de marzo se verán si las cosas van bien– […] un movimiento nacional con un alcalde que queda con funciones propias en Bogotá, pero con movimiento de nuevas ciudadanías que sale al país en medio de la definición del poder político por excelencia, la Presidencia de la República y del Congreso […].
[Este] movimiento de nuevas ciudadanías […] tiene que plantear una reforma inmediata de la democracia colombiana de cara al proceso de paz porque es el principal objetivo de esta sociedad, no hay otro posible, en medio de la muerte no se puede construir ni se puede pensar la democracia y la libertad […]. Entonces, lo que vamos a tener es un No contestatario enfrentado directamente con la definición del poder político, desde una perspectiva profundamente democrática […].
Petro no se va, se queda en la Alcaldía, entonces ¿quién queda en el país?, las nuevas ciudadanías que se organizarán inmediatamente.
El 3 de marzo Petro sigue en la Alcaldía y entonces ¿qué pasa en el país?, ¿a dónde va a parar el millón, ojalá millón y medio, ojalá dos millones de personas que dicen No a la tiranía?, eso no desaparece el 2 de marzo, eso tiene que volverse poder o transformación del poder, así que les toca a ustedes el turno del 3 de marzo, mientras nosotros seguimos gobernando la ciudad de Bogotá, pero con una nueva manera de pensar el gobierno que no puede ser más que al lado de las multitudes, un gobierno con las nuevas ciudadanías y de las nuevas ciudadanías”.
La confianza que exterioriza el Alcalde en cada intervención, la refrenda Guillermo Jaramillo cuando recuerda los tres propósitos fundamentales del actual gobierno capitalino: “[…] no segregar más entre ricos y pobres; no depredar más la ciudad, […] y tercero, institucionalizar esta ciudad porque se la robaron y ahora quieren que la tengamos funcionando al dedillo, cuando lo único que ha sucedido es que se la han robado, la han saqueado y fuera de eso la han dejado en una situación deplorable. Entonces, por esa sencilla razón es que es importante votar por el No”.
Recuadro Fecha en entredichoEl pasado 14 de febrero los registradores distritales dieron a conocer la resolución 0183, por medio de la cual decidieron que las votaciones para conocer la decisión de los habitantes de Bogotá, con respecto a la continuidad o retiro de su alcalde, no será el 2 de marzo sino el 6 de abril. La decisión, se tomó cuando las campañas por el Sí y por el No habían dado a conocer sus estrategias. En entrevista concedida dos días antes de conocerse esta decisión, Guillermo Alfonso Jaramillo, coordinador de la campaña por el No, había explicado: “[…] no entendemos por qué ahora pretenden ponerle palos a la rueda a algo tan importante y que debe cumplirse de acuerdo a la ley que es que una vez conformada la Resolución de convocatoria a la revocatoria que se hizo el 3 de enero de 2014, la ley 131 de 1994, dice que dentro de los dos meses siguientes de la convocatoria a revocatoria tiene que hacerse la elección, estaríamos incumpliendo la ley si se alarga este periodo”. Ante tal posibilidad, los impulsores del No, explicó su vocero, ya han actuado, pero además tienen definidos recursos jurídicos: “Hoy [miércoles 12 de febrero] el senador Avellaneda entregó una carta bastante fuerte que le hicimos llegar a la Registraduría, tenemos lista una tutela para presentarla mañana, si llega a salir una resolución cambiando la fecha, se estaría demandando por prevaricato a quienes tengan que ver con esta situación, tanto a la Registraduría Distrital, como a la Registraduría Nacional, como al gobierno nacional en cabeza del ministerio de Hacienda, y por otro lado un desacato de tutela, ya que el 23 de enero de este año hubo un fallo de tutela, donde el magistrado Gamboa dejó en claro que para preservar los derechos fundamentales de la electora que había presentado la tutela, se hacía fundamental e importante cumplir con la revocatoria el 2 de marzo y da la fecha concreta, y además, como dijimos, la resolución de enero 3 de 2014 tiene que cumplirse dentro de los dos primeros meses subsiguientes a la convocatoria y la fecha se vence el 2 de marzo”. |
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