La relación entre seguridad, paz y política exterior en Colombia

En el primer año de gobierno de Petro la relación entre paz, seguridad y política exterior no ha tenido cambios significativos en la forma en la que se articulan. Sin embargo, esto mismo no ocurre en el contenido, en el que se han hecho modificaciones circunstanciales que aún tienen que consolidarse o comenzar a construirse.

El reto del gobierno de Gustavo Petro se encuentra en generar un “cambio” en el país, el cual sea respuesta al conjunto de demandas de la sociedad colombiana en los diferentes niveles del Estado, dentro de las que se encuentran una transformación de la política exterior. Este camino todavía está en construcción, hay importantes continuidades respecto a los anteriores gobiernos y puntos por consolidar en la elaboración de una nueva agenda; sin embargo, la ruptura más notable se produce en el contenido que se propone articular por parte de Colombia en el entorno internacional.

En el texto se propone abordar la relación compleja que se ha producido en Colombia entre la política exterior, la seguridad y la paz. Esta dinámica se presentó desde finales del siglo XX ante la internacionalización del conflicto armado colombiano, siendo la comunidad internacional un apoyo para legitimar o dar recursos en torno a las políticas llevadas en paz y seguridad. Esta estrategia sería llevada por las administraciones de Pastrana, Uribe y Santos, dependiendo de los intereses de cada una y teniendo en cuenta los aprendizajes acumulados. 

Esta dinámica la afianzó el gobierno de Santos con el apoyo prestado por la comunidad internacional (tanto en recursos como en legitimidad) al proceso de paz con las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y al fortalecimiento de la transformación del sector defensa para el posacuerdo. No obstante, este entró en reevaluación después de la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, la cual se acompañó del posicionamiento colombiano como un país de propuestas activas en el ámbito internacional al salir de su mayor conflicto.

La administración de Santos no logró generar una línea posterior para continuar con dicha dinámica, lo cual facilitó que, con la llegada del gobierno de Iván Duque esta interrelación no tuviera una propuesta concreta de desarrollo. Este fracaso se debió a la indefinición de una política de seguridad y de paz concreta y adaptada a las necesidades del contexto, la alineación con la administración Trump de Estados Unidos y una centralización de la política exterior en la crisis venezolana.

En el primer año de la actual administración, Petro tuvo el importante reto de recomponer las relaciones internacionales colombianas, plantear directrices claras y hondear nuevas maneras en el escenario internacional. Dentro de estas, se encuentra que hay una recuperación de la forma en la que se llevaba la relación entre la política de seguridad, exterior y de paz, pero que se cambian de manera circunstancial los contenidos ante el posicionamiento de banderas como la Seguridad Humana y la Paz Total. El que se produjeran dichos cambios en este primer año de gobierno es fundamental para lograr transformaciones que permitan un nuevo posicionamiento colombiano en el escenario internacional. 

La relación entre la política exterior, de seguridad y de paz

La política exterior colombiana en las últimas décadas se orientó hacia la consecución de apoyos para la búsqueda de la resolución del conflicto armado doméstico (por medio de la confrontación o la negociación), apegándose a temas de la agenda internacional a partir de una adaptación de nominación de problemas internos. De esta manera, el relacionamiento con el exterior se vio a partir de temas como: la lucha contra las drogas o el terrorismo, la búsqueda de la paz, y el posicionamiento de disputas en el escenario geopolítico que le sean favorables.

Esta adaptación y alineamiento han dependido de las posiciones programáticas del gobierno de turno en cuanto al conflicto, pudiendo recurrir a un mecanismo de negociación o de confrontación con las organizaciones armadas, propiciando el apoyo internacional. De esta manera, las políticas de paz y de seguridad se han visto impulsadas por la política exterior, siendo una relación compleja que ha llevado a que Colombia tenga oportunidades en dicho campo, a la vez que limitaciones por la temática. 

La actual política exterior de Petro

Gustavo Petro plantea una relación compleja con el entorno internacional, la cual incluye una interrelación fluida con otros actores y abarque una mayor diversidad de temas. No obstante, como el mismo mandatario lo ha señalado, pasado un año de su administración, los retos por esa articulación internacional son mayores que los mismos avances que se han presentado. Hasta el momento, las líneas de toma de decisión no son claras, hay diversos inconvenientes en el personal diplomático y hay una fuerte centralización de la agenda en los preceptos del Presidente.

En términos de los puntos relevantes para el presente texto, hay una mejoría notable de las relaciones con los países latinoamericanos, haciendo las excepciones de Perú, El Salvador (por diferencias ideológicas) y Nicaragua (por el litigio por San Andrés), lo cual facilitó que se presentaran escenarios conjuntos de trabajo (especialmente con Venezuela). Esto se ha visto orientado por un fuerte impulso hacia la unión latinoamericana y el fortalecimiento de organismos regionales como la Comunidad Andina y Unasur, lo cual se compagina con esfuerzos como los que ha comenzado Lula Da Silva. Sin embargo, estos todavía no se encuentran consolidados, no se ha logrado afianzar un liderazgo regional y se tiene una Latinoamérica con dificultades en sus relaciones conjuntas.

Asimismo, se ha buscado afianzar relaciones en otras zonas del mundo, siendo el mejor ejemplo de ello los nuevos vínculos avanzados con África, así como una mayor mirada hacía Europa, especialmente en relaciones con España, Francia y Alemania. Adicionalmente, la relación con Estados Unidos no ha sufrido los daños que se esperaban, por el contrario, ha habido un vínculo más fluido al que se presentó con la anterior administración.

Además de tener una diversidad de actores más amplia, también hay un mayor número de temáticas, dentro de las que resaltan el fortalecer las capacidades económicas del país por medio de las relaciones con otros, así como hacer una lectura de los derechos humanos desde un fuerte componente internacional. Dentro de estas temáticas nuevas se encuentra el que la política exterior colombiana se haya abanderado de la lucha contra el cambio climático, dando especial relevancia a la transición energética.

La relación entre la política de seguridad y la política exterior

En cuanto a la relación entre la política exterior, la de seguridad y la de paz, se generan vínculos que no son similares a los presentados en otros gobiernos. Esto se debe a que hay caminos idénticos a los adoptados en anteriores administraciones, pero con trasfondos diferentes. Las formas son relativamente similares, mas el fondo cambia de manera sustancial.

En términos de la Política de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana, se denota que hay esfuerzos que se continuaron en el ámbito internacional, tal y como es prorrogar la interrelación en términos de inteligencia, cooperación operacional y estratégica. Sin embargo, en dicha materia, a pesar de ser una de las apuestas más importantes contra las organizaciones multicrimen (centro de la política) y quedar consolidada en el Plan de Desarrollo, los avances aún son escasos y puede afirmarse que hubo un retroceso en cuanto a la confianza que producen las instituciones colombianas en dichos campos.

Asimismo, los comentarios de Petro anteriores a su elección, respecto al actuar de la Fuerza Pública con organizaciones como la Organización Tratado del Atlántico Norte (Otan), pusieron incertidumbre en cuanto al avance de acciones. De esta manera, persisten lazos con el extranjero en materia de pensamiento estratégico, los cuales perduran por las actividades propias de la burocracia del sector y esfuerzos pre-existentes, pero hay mayores reservas con esta administración al compartir información y no se les ha dado un respaldo desde el gobierno.

El hecho de que la presente administración adoptara como bandera la Seguridad Humana también le abrió oportunidades frente al componente internacional, teniendo un aliado en Naciones Unidas para poder legitimar dicha política. El hecho de que Colombia desarrolle de buena manera dicho esfuerzo puede ofrecer un medio de verificación con evidencia, en el que se aplique este concepto a partir de una política nacional.

Otro punto de interconexión en seguridad a nivel internacional es el proceso para el cambio de los aviones Kfir, los cuales, por sus mismas condiciones de uso y el tiempo de servicio, implican un peligro para quienes los maniobran, así como generan importantes sobrecostos en sus vuelos. En este aspecto el gobierno Petro tiene la posibilidad de aumentar la relación del sector defensa con un determinado país, por lo que es una ventana de oportunidad para fortalecer dichas relaciones en seguridad. No obstante, después de un año de gobierno, el proceso se ha vuelto incomodo al haber una diferencia entre las necesidades de la Fuerza Aeroespacial y las promesas de campaña de no invertir en la compra de armas. 

En esta articulación entre la política exterior y la seguridad no se han presentado mayores cambios en la forma, sin embargo, el impulso que tenían este tipo de vínculos gestionados desde el sector defensa ha menguado. No obstante, hay un importante apoyo internacional que legitima la transformación por la Seguridad Humana de parte del gobierno, dando un respaldo a su implementación y a que se logren los objetivos propuestos.

El cambio más importante en dicha materia tiene relación con la política de drogas y la transformación de paradigma, el cual se encuentra orientado por las problemáticas del consumidor desde la salud pública y la falta de acciones contra los grandes productores. No obstante, a pesar de que se han logrado consolidar apoyos en el ámbito internacional, esta es una disputa que aun se encuentra en un periodo inicial y que no ha terminado de abanderarse por parte de la administración colombiana en este primer año de administración.

La Paz Total desde la perspectiva internacional

En el punto de conjunción entre la Paz Total y la Seguridad Humana se encuentra la consideración de que el conflicto armado ha concluido, la cual es una aproximación temeraria respecto a la manera en la que se maneja la violencia en Colombia. De este modo, se planteó un reto importante del gobierno para lograr la aprobación de la comunidad internacional en los diferentes procesos de negociación que se están llevando a cabo.

El proceso que más cuenta con legitimidad en el ámbito internacional es el que se lleva con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), el cual ya contaba previamente con apoyos por parte de diversos actores y que algunos ven como la continuación del que se desarrollaba en el gobierno de Juan Manuel Santos. En este se encuentran involucrados como países garantes Cuba, Noruega y Venezuela, así como Alemania, Suecia, Suiza y España como acompañantes; asimismo, Brasil, Chile, México, Sudáfrica y hasta un invitado de los Estados Unidos se han contemplado por parte de los miembros de la mesa. Como se puede observar, con los países señalados se tienen relaciones particulares las cuales se han fortalecido o restablecido con el actual mandatario.

Esto ayuda a blindar la legitimidad del proceso y permite dar garantías para las negociaciones. De igual manera, en la verificación y monitoreo al cese bilateral entre el gobierno y el Eln, el principal involucrado es Naciones Unidas, quien llevara a cabo esta tarea, examinando los actos que pudieran producir diversos actores.

Sin embargo, con el resto de las negociaciones aun no queda claro el componente internacional. La más adelantada de ellas es la que se lleva con el Estado Mayor Central, con las cuales Gustavo Petro afirmó que Venezuela sería uno de los países garantes; sin embargo, esta información causó amplio revuelo nacional; así como fue negado por la agrupación armada un acuerdo.

La situación, a un año de gobierno, no es mejor con el resto de los grupos. Por un lado, con las organizaciones de Buenaventura no se encuentra claro el mecanismo que se llevará a cabo con los Shottas y los Espartanos; situación similar a la que ocurre con las agrupaciones que hacen presencia en el Valle de Aburra. Con el Clan del Golfo el mecanismo de solución del conflicto no se ha concretado después del levantamiento del cese bilateral, y en el caso de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada los avances aún son tímidos.

Con las Disidencias de la Segunda Marquetalia el proceso es todavía más complejo debido a las dificultades internas en términos de legitimidad, así como externas en materia de derecho y de la posibilidad de dar un respaldo, teniendo en cuenta que se encuentra compuestas por excombatientes que firmaron el Acuerdo de Paz del 2016. Con base en lo anterior, aun no se tiene clara la participación internacional en el proceso, el cual se encuentra en consolidación en sus mecanismos.

La finura de la acción política y de la diplomacia

Las políticas de seguridad, de paz y exterior colombianas tienen una importante relación, consolidada a lo largo de los últimos años; no obstante, uno de los retos de la presente administración es afianzar los vínculos entre estos tres vectores de su política y lograr transformar su trasfondo. El camino empezó a recorrerse en este primer año de gobierno, pero aun es un esfuerzo incipiente que conserva muchas de las formas de las anteriores administraciones, sin lograr tampoco proyectarse en debida forma en el ámbito internacional.

Pese a ello, el gobierno de Gustavo Petro tiene una oportunidad histórica con propuestas como la Paz Total o la Seguridad Humana, las cuales cuentan con dificultades para ganar apoyos en el nivel doméstico, al tiempo que portan oportunidades para lograr legitimidad en lo internacional. En este por hacer/potenciar, de la manera como el gobierno nacional logre sumar apoyos, dependen las posibilidades para la consolidación de los proyectos políticos en paz y seguridad de la actual administración.  

*  Miembro del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa, politólogo, profesor universitario y magister en Estudios Políticos de la Universidad Nacional.


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Información adicional

Autor/a: Farid Camilo Rondón Raigoza*
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°305, 18 de agosto-18 de septiembre de 2023

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