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La autonomía universitaria es sólo cuento

La autonomía universitaria es sólo cuento

El pasado 28 de marzo fue nombrado el nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia para el período 2012-2015, quien remplazó al profesor Moisés Wasserman. Se trata de Ignacio Mantilla, quien se desempeñó hasta ahora como decano de la Facultad de Ciencias. Esta selección se llevó a cabo luego de una consulta formal entre siete aspirantes a la rectoría, realizada con la comunidad universitaria el día 22 de marzo, en la cual se descartaron los dos aspirantes menos votados; de los cinco restantes, el Consejo Superior Universitario –sin reparar en la decisión colectiva– escogió al profesor Mantilla.

El descontento por tal proceder no se hizo esperar. El día 28 y 29 de marzo los estudiantes hicieron marchas y expresaron su inconformidad por considerar que el Consejo Superior Universitario nunca tiene en cuenta al candidato que más ha obtenido votos por parte de la comunidad universitaria, que para este caso se trató del profesor Leopoldo Múnera Ruiz, de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. A pesar de que en la Universidad los estudiantes no acuden masivamente a votar, el profesor Múnera obtuvo la mayor votación entre los estudiantes, los profesores y los egresados.

Un rector impopular

La inconformidad de los estudiantes es porque cada tres años la consulta termina siendo una especie de burla, ya que finalmente el rector es escogido por un Consejo Superior Universitario orientado por el Gobierno. Esto explica que el nuevo rector tenga una hoja de vida académico-administrativa comprometida con una concepción elitista de la Universidad; que sea un continuador de las políticas neoliberales y que no sea muy querido entre los estudiantes por ser el promotor de un estatuto estudiantil que no considera las condiciones socio-económicas de los educandos, hecho que incide en su deserción. Entre otras cosas, es popular en la Universidad Nacional el comentario de que el profesor Mantilla, cuando era decano, trajo de Alemania para su oficina una silla que le costó 15 millones de pesos. ¿Qué traerá ahora para su nueva oficina?

Un debate que apenas empieza

Para la comunidad universitaria no fue una sorpresa la escogencia de un candidato del Gobierno porque son las reglas que éste mismo ha impuesto, sino que participar en la consulta es en cierto sentido una forma de protesta para evidenciar que no hay autonomía, mientras que, de otra parte, es una coyuntura favorable para airear el debate académico y político. En esta oportunidad, la confrontación de ideas tiene una connotación distinta porque se enmarca en el gran debate que por el derecho efectivo a la educación pública ha liderado el movimiento estudiantil, el mismo que muy seguramente en el segundo semestre del año en curso movilizará a todo el país. En este contexto, la llegada de un rector que defiende una idea de universidad y educación que hace parte de la crisis global de los estudiantes y los jóvenes –como también ocurrió en la Universidad de Antioquia– indica con nitidez que el gobierno está colocando sus piezas en cada uno de los centros de estudio, para imponer su proyecto educativo a como de lugar. En estas condiciones, las rectorías elegidas serán motivo de discordia en los centros de estudio, y de manipulación informativa hacia la opinión pública. Sin duda, las cartas están marcadas.

Sobre éstas y otras ideas, conversamos con Leopoldo Múnera, candidato a la Rectoría de la Universidad Nacional:

“El nombramiento de las directivas universitarias debe ser absolutamente reglado y transparente”

Carlos Valbuena: ¿Qué nos puede decir del recorrido del profesor Mantilla en la Universidad Nacional?
Leopoldo Múnera: Por el profesor Mantilla, como por la mayoría de mis colegas, siento un profundo respeto. Además, el profesor Mantilla ha tenido una experiencia que viene desde la dirección de carrera hasta la Decanatura de Ciencias. El problema no es personal. Sencillamente, no comparto el proyecto de Universidad que él propone.

CV: ¿Cuáles son los principales rasgos de la propuesta del profesor Mantilla?
LM: Es un proyecto que considera que la autonomía académica no debe estar en cabeza de las comunidades académicas sino en cabeza de unas directivas que no son nombradas con la participación decisoria de la comunidad. En este sentido, es un proyecto que se basa en la supuesta autoridad de quien resulta escogido por un Consejo Superior para gobernar la Universidad. Este es el primer elemento que no comparto.
El segundo punto que no comparto tiene que ver con su concepción no integral de la academia. Considero que la academia debe estar ligada a las condiciones de vida de los estudiantes, que lo primero para la academia debe ser garantizarles unas condiciones de vida digna, para que puedan desarrollarse plenamente dentro de la Universidad. Él tiene una visión más elitista de la academia, en que el estudiante tiene que desarrollarse independientemente de esas condiciones de vida.

El tercer punto tiene que ver con la manera como pensamos. Considero que al Estado hay que exigirle, y legitimar ante la sociedad, los recursos que necesita la Universidad Nacional para ser una institución de excelencia. Él considera que eso se puede hacer mediante un lobby permanente con el Estado. Es algo que no comparto y que no ha dado resultados para la Universidad Nacional. Aparte de esto, yo hago énfasis en las líneas estratégicas de investigación y extensión para responder a los problemas de la sociedad colombiana. Estos son algunos puntos que diferencian las dos propuestas de Universidad.

CV: ¿Cómo es la estructura del Consejo Superior Universitario, la elección de sus representantes y el proceso de consulta para elección de rector?
LM: El Consejo Superior Universitario está compuesto por la Ministra de Educación o su delegado, que normalmente es el viceministro, quienes presiden el Consejo. Hay un delegado del Presidente que es egresado de la Universidad Nacional; otro delegado de la Universidad, que no es egresado de ella, es decir, tres de ocho miembros tienen vinculación directa con el gobierno nacional. Después hay un representante del CESU (Consejo de Educación Superior); hay otro que es representante de los ex rectores, un representante del Consejo Académico –que tiene que ser un decano–, que en este caso viene de la anterior administración y que es más representante del ex rector que de las comunidades académicas, y luego está un representante de los estudiantes y otro de los profesores, estos dos elegidos democráticamente.

En términos del nombramiento del rector, lo que se hace en la Universidad Nacional es convocar a una consulta de la cual salen cinco nombres que pasan al Consejo Superior, uno de los cuales es escogido discrecionalmente, sin que los criterios para esta elección sean claros o transparentes para la comunidad. En mi caso, obtuve la mayor votación entre los estudiantes, los profesores y los egresados, con una amplia ventaja entre los estudiantes, y entre profesores y egresados prácticamente doblé al segundo.

CV: ¿En el ámbito universitario hay modelos o experiencias que traten de ser más democráticos con respecto a sus procesos de elección?
LM: Yo diría que, más que de elección, sería de participación decisoria de la comunidad académica. En América Latina tenemos tres ejemplos de universidades que son mucho más participativas y más fuertes que la Universidad Nacional. La más participativa es la Universidad de Buenos Aires (Argentina); la Unam (México), participativa en la adopción de las decisiones, no tanto en el nombramiento, pero de todas maneras la junta que nombra es autónoma del gobierno. Otra que es participativa es la Universidad de Chile. Si queremos mirar más allá de América Latina, podemos ver una universidad mixta público-privado. Una de las universidades más importantes del mundo es la Católica de Lovaina, en donde se elige directamente al rector.

CV: ¿Cuál es su propuesta para un tipo de elección más democrática en la Universidad?
LM: Teniendo en cuenta la cultura política colombiana, propongo que el nombramiento de las directivas sea absolutamente reglado y transparente. ¿Qué quiere decir esto? Que se le asigne un porcentaje a la consulta, por ejemplo, 55 por ciento, o entre 45 y 55 por ciento. Que la consulta tenga ese valor en la decisión final. Que se asigne otro porcentaje a la hoja de vida académica, otro porcentaje a la experiencia administrativa, y finalmente un último porcentaje al programa y la viabilidad del programa. Sin embargo, que la hoja académica, la experiencia administrativa y el programa sean evaluados previamente a la consulta, con unos resultados de conocimiento público. Este pudiera ser un mecanismo en términos de nombramiento de rector, decanos y directores de instituto.

Con respecto a la campaña y la manera como son manejados los procesos de participación en nuestro país, quiero decir por último que resulta paradójico que, durante toda la campaña para la rectoría de la Universidad Nacional, CM& se haya dedicado a estigmatizarme sin haber hablado conmigo. Sin embargo, una vez elegido el rector, sí me llaman para entrevistarme. Esta es una de esas ironías que tienen algunos medios de comunicación en Colombia. A diferencia de CM& y Semana, que fueron bastante tendenciosos, puedo decir, por el contrario, en términos generales, que El Espectador y El Tiempo trataron de ser más imparciales, lo mismo que varios de los periódicos regionales, ejemplo, La Patria de Manizales.


Una universidad posible*

Durante los meses que duró la campaña por la dirección de la Universidad Nacional, el debate entre los candidatos permitió la ventilación de distintas propuestas. El más votado entre los candidatos, profesor Leopoldo Múnera, presentó iniciativas de hondo calado y larga proyección que ganaron gran simpatía entre la comunidad universitaria. A pesar de no quedar a la cabeza del centro de estudios, su ideas están vivas, y la presión de esa misma comunidad debe propiciar que se hagan realidad. Extendemos a continuación algunas de ellas para que las conozca y valore el público en general:

1. La Universidad ha venido concentrándose en términos de unas formas de decisión o de toma de decisiones que están muy alejadas de la comunidad universitaria y académica. Hay que reconocer a estas comunidades como sujetos activos para que asuman plenamente frente al conjunto de la sociedad colombiana, en relación con la cual se constituyen y adquieren sentido sus funciones esenciales, la responsabilidad pública que implica la función social de garantizar la independencia del saber académico, la pertinencia del mismo con respecto a la sociedad colombiana y el buen funcionamiento de las instituciones públicas.

2. En cuanto a la manera como la Universidad responde a los problemas nacionales, cada vez está más sometida a los criterios de mercado para definir sus líneas de extensión e investigación, pero además no se construyen estas líneas con los diferentes actores sociales. Hay que volver a construir estas líneas, esa pertinencia de la investigación, de la docencia y de la extensión en diálogo con la sociedad colombiana.

3. El 42 por ciento de los estudiantes de la Universidad es de estratos económicos 1 y 2. Son estudiantes que carecen de condiciones mínimas para estudiar en la Universidad Nacional, factor que concentra la mayor deserción, alrededor de un 30 por ciento. La Universidad necesita un sistema de bienestar claro, con políticas nutricionales, de vivienda y subsidio, y acabar ese fantasma del pasado, cuando se decía que el bienestar no se podía tratar o que el bienestar era asistencialista. Las investigaciones en la Universidad Nacional demuestran que los estudiantes, cuando tienen acceso a un bienestar básico, pueden rendir mucho más y la deserción se disminuye.

4. Que se haga efectivo el 3 por ciento que fue aprobado en la ley de presupuesto; que se vincule el crecimiento de las universidades al crecimiento del gasto público general; que se constituya un fondo de renta básica para la educación; en este sentido, según un estudio realizado, con el 1,1 por ciento del PIB anual durante 14 años tendríamos un fondo autosostenible de cobertura universal. Planteamos igualmente incrementos de los aportes de la nación y creación de fondos anónimos de solidaridad con los egresados. Hay propuestas económicas pero no voluntad política del Gobierno para financiar la educación pública.

5. El problema de los docentes. Su trabajo es crecientemente más precario, con docentes ocasionales y docentes de cátedra. Profesores que no pueden preparar clases porque tienen una sobrecarga de trabajo, o al mismo tiempo tienen que conseguir recursos para una investigación o un proyecto. Hay que recuperar una docencia que permita reflexionar sobre el país, la sociedad y el conocimiento mismo, y para esto hay que darle tiempo a docentes y estudiantes, de modo que hagan una reflexión colectiva de conocimiento. Esto hace necesario fortalecer no sólo los espacios curriculares sino asimismo los extracurriculares de los estudiantes, que en la Universidad se conocen como grupos de trabajo, donde ellos establecen una relación con la sociedad y crean procesos de aprendizaje.

6. Una innovación no reducida a procesos tecnológicos ni de las ciencias duras, y mucho menos a procesos productivos que sólo alimentan las formas de producción dominante. La innovación, en el sentido social y de construcción colectiva, para formular propuestas alternativas, para una sociedad determinada; la potenciación de nuevas formas de socialización; innovación para que las universidades puedan pensar autónomamente las formas del buen vivir de los ciudadanos.

7. Construir un Sistema de Educación Nacional que permita desarrollar interrelaciones entre este sistema y pensar el sistema educativo como una unidad, no seguir pensando la educación desde el centro hacia las regiones, sino desde procesos educativos para la formulación de políticas educativas; la construcción de nodos regionales complementarios y articulados, donde se puedan desarrollar las funciones de la Universidad (docencia, extensión e investigación), y no seguir trabajando en instituciones fragmentadas. La Universidad Nacional debe asumir plenamente su misión histórica como núcleo del Sistema Educativo Nacional y ejercer liderazgo en los órganos que definen las reformas, los planes y las políticas públicas para el sector, y proponer un plan de integración sistémica, tanto para la educación superior como para el conjunto de la educación pública.

8. Una Universidad no construida desde un proyecto estatal o un proyecto de afirmación de nación sino construida desde un diálogo con la sociedad que sea referente de construcción social y que permita el diálogo de saberes académicos y sociales, y el reconocimiento de otras formas de producción, transformación y transmisión del saber, como es el caso de universidades indígenas o de otras universidades que vienen de lo social. La construcción de un modelo de educación para la Universidad tiene que hacer parte de la construcción de un modelo pedagógico y por tanto ésta necesita entrar en diálogo con los movimientos de la educación y con el resto de la sociedad.

9. Evaluar las reformas que se han implementado en los últimos años en la Universidad, los efectos sobre la calidad académica de la ampliación de la cobertura con una planta docente congelada, la renovación del profesorado en aproximadamente una tercera parte, las nuevas modalidades de regulación laboral y las modificaciones en la planta administrativa.

10. En el caso de los posgrados, los egresados de la Universidad son quienes tienen menores posibilidades de ingresar por motivos económicos; en consecuencia, se debe garantizar que un 30 por ciento de los cupos de especializaciones, maestrías y doctorados se reserven para los estudiantes en opción de grado debidamente admitidos, de tal manera que puedan cursar la totalidad del posgrado, incluida la graduación, pagando la matrícula que les corresponde en el pregrado.

11. La puesta en operación del hospital universitario y la consolidación de una red hospitalario-universitaria, la estructuración de una política de bienestar para todos los estamentos, el desarrollo de las sedes de frontera, la inserción institucional en redes académicas

* Ver entrevista completa: www.desdeabajo.info 

Información adicional

Escogen rector para la Universidad Nacional
Autor/a: Carlos Valbuena
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