La memoria es producto de la terquedad de algunos y el olvido de otros, la memoria se lleva en el bolsillo, ese que hay junto al corazón, o se arrastra por el tiempo como un pesado fardo, pero a veces hay lagunas de memoria producidas por el engaño o por el trauma que solo las salvan quienes ejercen el don de la palabra viva y el que la escucha o la lee debe decidir si cree o no en esa verdad incompleta. Los pueblos que permanecen en el imaginario humano se empeñaron en dejar su verdad, su rastro y el tiempo se encargó de los demás.
Hay hombres que deciden su propio recuerdo en la mente de los otros hombres y sin embargo son susceptibles de ser consumidos por el fuego implacable del olvido, porque hay otros hombres que se empeñan en borrar sus huellas y dejar claro que nunca existieron. He aquí dos prototipos:
Muerte fatal
Ya no existes
Ni siquiera
en la mente de los hombres
¡El polvo de los años
cubrirá tu memoria!
Tu rostro se borró como
borraste los de los demás
Tu voz se apagó
Como apagaste la
de los demás
Anatema
Nadie volverá a pronunciar tu nombre jamás
Y sobre ti se edificarán otras iniquidades
¡El polvo de los años
Cubrirá tu memoria!
Pero siempre habrá un
perro faldero
Que te defienda
(perdón al perro)
Y otro déspota que intente revivirte.
Muertos vivos
Los locos abren los caminos
que más tarde recorren los sabios
C. Dossi
Hay vivos que permanecen vivos
porque estorban más de muertos
¿Y si se mueren?
Hay que erigirles una estatua
y sacar suvenir en su memoria
carteles , camisetas, calzoncillos,
portadas de cuadernos,
Volverlos un best seller
por décadas continuas
hasta confundirlos con estrellas
de Hollywood, o santos
Así se garantiza
una memoria limpia
de toda suspicacia
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