Hay discordias. Es muy difícil convocar a la izquierda política y social a debatir entre sí y a escucharse. Y es casi imposible, que aborde la «unidad de gobierno», aunque la tragedia de millones con prolongación y la ausencia de una fuerza convocante de la continuidad del Paro Agrario; reclamen el acercamiento en la acción y el análisis de fondo. Más necesarios aun, ante el intento de ampliación de su base por parte de Santos. Con un vistazo a los sucesos de la región, las temáticas del Foro, no podían tener conclusiones con una declaración tradicional. Vendrán, con pausa para pensar e integrar a más. El debate quedó abierto a un año.
El Foro continuará mediante réplicas en diferentes territorios y colectivos: Regionales, departamentales, pequeños y grandes; facultades, carreras, colegios, comunidades y localidades; iglesias, torneos y canchas, sindicatos y organizaciones. Un ir a la realidad con acercamientos y Diálogo en el campo popular; para sembrar en el tejido social las palancas de su aceleración; profundizar y ampliar la polémica alrededor de la directriz general «ser gobierno y ser poder» como estrategia integral, que ante las dificultades de alternativa en el corto plazo, adquiera sujeto y extensión nacional; con vista al 2019.
Los temas de las comisiones: Crisis de idearios y nuevos referentes ideológicos y políticos, Movimientos sociales y políticos y sus articulaciones, y Formas de lucha, cambios y retos; no resultan del gusto y discurso de la izquierda. De los aparatos, de buena parte de la dirección visible del movimiento social, de la mayoría de la franja “profesional” que aspira a las corporaciones, y de sectores activistas que aprovechan o patinan en variedades de localismo, que disponen a la cooptación o el quietismo.
Mosaico popular a convocar
El evento constató que con diferente eco y territorialidad, existen iniciativas y voces que militan –distantes, o en casos tienen interrelación– desde las matrices gruesas de i) Movimiento social y comunidades. ii) Izquierda. iii) Oposición. iv) Insurgencia –en trance de negociación– y, v) Personalidades. Todas, con activismos que trasciende en las expresiones políticas y sociales…
Asimismo, advirtió la necesidad de discutir carices de estrategia y táctica general y hacer ruptura con el concepto del “poder” a conquistar –ponencia de Luis Mattini–, y disponer de este año para explorar el ¡por aquí! para «ser gobierno y ser poder», con respaldo de un amplio convencimiento; bajo el impulso de un sujeto social diverso, popular y con raíz nacional, en el cauce, memoria y conciencia de los pueblos indígenas, las negritudes, los artesanos-plebeyos y vaciados/obreros, ciudadanos, mujeres, una generación de jóvenes y la otredad.
Un sujeto y calidad a obtener, en tanto abramos un camino de participación horizontal, consensos sociales, proyección de comunidades y territorios, y núcleos de «vanguardia política colectiva» –sin vanguardismo de aparato–; que apruebe y descubra en el debate abierto de una «línea de inclusión, poder popular y de gobierno». En la faena por dominar una dirección táctica oportuna, que permita hallar el quehacer ante las preguntas inmediatas, ahora, cuando a partir de i) las consecuencias del terror y la represión que no tuvieron contención puntual ni una deslegitimación de masas, y ii) los errores y equivocaciones de conducción; nadie encarna en su imposición y hegemonía el porvenir del pueblo. Es urgente para una táctica: Dar canal, convocatoria y conducción a las reivindicaciones del Paro Agrario tendrán para el reclamo de un efectivo cumplimiento a Santos. ¿Las fuerzas de oposición “alcanzarán el umbral” en marzo, y en caso contrario qué sigue? ¿El Presidente obtendrá otro margen de ‘legitimación’? ¿La negociación bilateral en La Habana impondrá un parámetro a la otra Mesa (¿Montevideo?), y al movimiento social apenas en condición de testigo o invitado?
Salto de periodismo militante
En medio de una insuficiente comprensión y apoyo, el Foro resultó de la convicción en la siembra por seguir, de los instrumentos necesarios en el aprendizaje, proyección y disputa por una comunicación social propia, y del análisis y presagio de una coyuntura no favorable que están por afrontar el campo popular y las fuerzas que filan en contra de la oligarquía. Coyuntura de ingrediente electoral, tras el desprestigio de la parainstitucionalización con apogeo mafioso en el poder que provocó denuncia internacional, sin “cumplir” en sus ocho años la derrota o “entrega de la subversión”; con cruce de:
1. La realidad estructural que dio piso y despertó, como nunca antes, solidaridad con el Paro Agrario, sin tener a la vista instrumentos, tareas de continuidad y de desnudamiento del poder central.
2. Las dinámicas de Mesa (una, en desarrollo; otra, en retardo) bajo presión de admitir el statu quo, que sin señalar la responsabilidad histórica del conflicto armado, arroja una ‘participación política’ culpable, en un entorno de indiferencia metropolitana acerca de los ingredientes necesarios de una democracia sin privilegios y para una paz justa.
3. Un conflicto armado sin disipar y su influjo en unas elecciones que por encima de las necesidades sociales, está pendiente de reafirmar o no un manejo (aniquilamiento-negociación) sin cuchicheos dentro de los cuarteles, a resolver mediante un reconteo en mayo o en una segunda vuelta en junio, que deje claro quién subordina la “contradicción interburguesa” Santos-Uribe, y la aplicación de un “reacomodo” del régimen que prodigue márgenes de gobernabilidad.
4. La decaída de la acción revolucionaria y la radicalidad social, concede ventaja a la iniciativa oligárquica que usufructúa y difunde la admisión de un tope de continuismo en la acción política y de oposición. Un amarre que hacer ver conveniente la reelección de Santos.
5. Una “justa” sin “candidato único de oposición” ni de “tercería”, que aplaza hasta 2018 un protagonismo de oposición con carácter, que suma otro segmento: El posicionamiento de Gustavo Petro, y su veta con mano hacia algunas exclusiones.
El Foro dejó temas abiertos
Sin pasar completa la realidad de la región ni contar con la voz oficial de los gobiernos con victoria sobre el poder tradicional, la comisión Crisis de idearios y nuevos referentes ideológicos y políticos, automáticamente pasó a mirar la situación del continente, las dudas acerca de las tendencias en juego (Brasil, México, Venezuela), el Grupo Pacífico, y sólo como aproximación, el constatar que sin el esperado triunfo electoral en Paraguay y Honduras, ni ahondar en el aumento opositor de alcaldías capitales de estado en Venezuela, cabe determinar una situación de ¿avance, sostenimiento, declive?, retroceso? o de contraofensiva de la derecha?, con zancadas económicas estructurales hacia una «recolonización» bajo la tutela del Norte. Del mismo modo, traslució la necesidad aplazada de: Repensar las opciones válidas de los socialismos posibles, ¿cuál demanda la realidad y cuál sustentan sus partidarios y procesos con alcance de gobierno?, y de ¿cuál democracia hablamos?
La comisión Movimientos sociales y políticos, sus articulaciones señaló que no hay una fuerza con legitimidad convocante de la expectativa que planta el movimiento social y. que la situación en “defensiva” del movimiento de masas y su relación con el movimiento revolucionario, no es “pasajera” por un reflujo común de la dinámica de la lucha social en un país, sino que hay grados de deslegitimación popular de los actores políticos de oposición y ‘vanguardia’.
La de Formas de lucha, cambios y retos agregó al título el aspecto de la negociación del conflicto armado. Salta a la vista, que el país asiste a tres discursos: El oficial. con su trasfondo de “reacomodo” institucional y económico del régimen, en busca de dividendos de ‘legitimación’. El de la guerrilla –en la circunstancia de una economía estructural que aumenta la inconformidad social–, asume la postura de “dilación”. Y, ante la bilateralidad en la Mesa, y sin una presión masiva; el activismo no trasciende un “lavarse de manos” con discurso de “paz declarativa”, sin considerar cuál es el efecto real en ganar sectores de opinión; con la firma de declaraciones, como alguna intervención solicitó del Foro.
Raúl Zibechi, intelectual activista orgánico de los movimientos sociales, en reciente artículo en La Jornada (México), al respecto de “la ácida ironía que vive la izquierda colombiana”, citó al economista Héctor-León Moncayo: “En los 70 a quienes impulsábamos la lucha de calles, nos decían que había una forma superior de lucha a la que nos debíamos incorporar, en referencia a la lucha armada. Ahora nos dicen, y esa es la ironía, que la forma superior son las elecciones”.
Con el paso inicial del Foro y sus aportes, es hora de inventar y afrontar con rectificación una actividad con contenidos de comunicación y mensaje que calcen con la situación, levanten síntesis de plataformas con los sentimientos de urgencia y emplazamiento al poder en los próximos momentos, y de este modo salir de las debilidades y la “defensiva” general.
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