¿Hacia dónde va el sur?

Los habitantes de la localidad de Bosa, una de las 20 en que está distribuido administrativamente el territorio bogotano, tienen un largo trasegar de lucha y organización popular. Este se remonta a la lucha por la tierra y con ella a la defensa del territorio que hace siglos hace el pueblo música, la movilización social por el derecho a la vivienda y a los servicios básicos de las mayorías trabajadoras y, en general, a la disputa por vida digna, cuya más reciente expresión encarnó en el estallido social del 2021.

Atendiendo al llamado a encontrarnos nuevamente para pensar de qué forma respondemos a la precarización de la vida por fuera del marco institucional, múltiples organizaciones sociales que trabajamos desde y por la localidad decidimos reunirnos con miras a juntar fuerzas y trazar objetivos comunes.

En desarrollo de tal propósito, la primera tarea de la agenda fue la preparación de la olla. A las 11 de la mañana del pasado 20 de enero, en el Centro de Procesos Comunitarios, iba creciendo el grupo de personas dispuestas a lavar, cortar y preparar los alimentos para nutrir los cuerpos de los asistentes al encuentro. En los espacios de planeación se contemplaba una olla para 30 personas, sin embargo se tenía una olla grande y abundancia de alimento, afortunadamente porque asistieron muchas personas más que las estimadas.

La Cucharona Errante, un colectivo de cocina popular, lideró la preparación y muchos otros acompañamos. La gente continuó llegando poco a poco. Los niñas y niñas participaron activamente, unos lavan los alimentos que irán a la olla y otras ayudan a preparar el fuego. Otras personas pican las verduras y arreglan la papa. Después de un par de horas todo está listo para que el fuego termine el plato del día: sopa de lentejas.

Las horas pasan y a eso de las dos de la tarde, se da inicio al cronograma del primer Encuentro de Organizaciones Sociales y Populares de Bosa. La primer actividad es una dinámica de presentación de tejido en red, uno a uno los participantes enuncian quiénes son, de dónde vienen, cuál es su incidencia en el barrio y si pertenecen a alguna agrupación.Y la gente no para de llegar, haciendo la red más y más grande,  jóvenes, adultos y mujeres que dedican su día a día a disputar el derecho a una vida digna, conectados por una pita que por su tamaño nos hace acercarnos de a poco para que nadie se quede por fuera de la dinámica.

El tejido en red deja ver la diversidad de luchas y preocupaciones que motivan hoy a los habitantes de la localidad a encaminar sus acciones hacia la transformación social. Entre las agrupaciones se encuentran colectivos de derechos humanos, ambientalistas, culturales, feministas y de educación popular. Unas con más trasegar que otras,  todas unidas por la inconformidad de ver cómo el territorio se planea sin escuchar sus voces.

Precisamente ese fue uno de los objetivos del encuentro, juntarse para pensar el territorio que soñamos y merecemos. Por eso mismo, terminado el tejido en red y dándole el espacio para apaciaguar el hambre y disfrutar de la sopa de lentejas con un buen pico de gallo, nos dividimos por grupos de trabajo y nos disponemos a realizar una cartografía social que nos permitiera leernos en el territorio y dar pinceladas de hacia dónde debe ir la cosa.

Para ello, la categoría de cuerpo-territorio fue central en el trazado cartográfico, atando nuestra experiencia en Bosa a nuestras proyecciones colectivas nos dedicamos a cuestionar los espacios y las normativas que atraviesan la cotidianidad de quienes estamos reunidos. Hablamos sobre el derecho a habitar con tranquilidad los espacios, sobre la importancia de los ecosistemas que sobreviven en la localidad, sobre la urgencia de reformular el concepto de seguridad, entre muchas otras cosas.

Con la cartografía del cuerpo-territorio consolidada, nos dispusimos a comenzar con la definición de los principios que le darían cohesión al proceso de articulación a lo largo del año. La unidad se presentó como uno de los principios más necesarios, entendiendo la unidad desde la inclusión de la multiplicidad de colectividades. Otras propuestas de principios fueron el reconocimiento de la lucha de clases, la toma colectiva de decisiones y la solidaridad como práctica continua.

La última actividad de la jornada consistió en mesas de discusión por upz, en donde se propusieron las temáticas y/o módulos que le darían cuerpo a una escuela de formación en la que se proyecta construir un plan de ordenamiento aterrizado a las necesidades de la gente, lo que implica, además, hacerle cara al POT que dejó la alcaldía pasada. La idea de la escuela es podernos cualificar y entender a profundidad lo que propone  la institucionalidad, para así hacerle frente. El encuentro  terminó con el acuerdo de generar un comité de sistematización que construya una propuesta que debe ser revisada nuevamente por todas las organizaciones a eso de las siete de la noche.

Es una responsabilidad en el corto plazo refrendar los principios construidos y darle forma a la escuela de formación, siempre priorizando el aterrizaje práctico de las temáticas que apropiamos. Sin duda, este primer encuentro representa un platado de esperanza, con sabor a lentejas hechas en leña, en este camino de hacer de nuestro existir un lugar más justo. Este solo es un primer pasó para que ninguna decisión pueda ser tomada sobre nosotros sin nosotros. El caminar continua. 

Por, Andrés Ramírez Ordoñez, ambientalista popular

Información adicional

Memoria escrita del 1° Encuentro de Organizaciones Sociales y Populares de Bosa (2024)
Autor/a: Andrés Ramírez Ordoñez
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente:

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