27S: caminando por el cambio

Con músculo oficial que invitó a la movilización hacia Bogotá de miles de indígenas y algunas, sus calles se llenaron de rostros color de la tierra, quemadas por el Sol tras miles de faenas trabajando el suelo que da los frutos de la vida.


El activismo local no acudió en la proporción necesaria y esperada, en cuyas delegaciones destacaron, con su rutina de siempre, los sindicatos. Grupos artísticos iban animando el caminar. La población en general, la no organizada, no abandonó sus lugares de trabajo para responder al llamado presidencial y marchar “Por la vida”, por una sociedad diferente en la que la injusticia y la desigualdad social comiencen a ser cosa del pasado.


Un reto, un propósito por afrontar con toda convicción, para que el paquete reformista que el Congreso ha bloqueado, finalmente se haga realidad. No en vano lo recordó el Presidente: “Esta movilización tiene un fin: defender las reformas democráticas que se han presentado a la sociedad colombiana”.


Como en movilizaciones anteriores, la Plaza de Bolívar se fue llenando poco a poco, de mujeres y hombres, adultos y jóvenes, pobladores de zonas rurales y urbanas, rostros populares pero también de clase media, empleados, oficinistas, sindicalistas, hermanados por una misma causa: una Colombia para todos y todas, no para una minoría. Todos/as a una, marchando, y en la Plaza esperando la llegada del Presidente, sin dejarse intimidar por la lluvia que de un momento a otro le tomó la posta al radiante astro rey que desde las primeras horas del día iluminaba y calentaba con sus rayos la ciudad.


Así estaba concurrido el piso. Por su parte, en la tarima, a partir de las dos de la tarde, Gustavo Petro con parte de su gabinete y algunos congresistas del Pacto Histórico. La voz del cambio retumba para recordar la importancia del pueblo movilizado para los resultados que se esperan de este Gobierno. Un llamado tal vez tardío y que debió ser bandera cotidiana durante los 15 meses de esta soñada experiencia y esperanza, necesaria movilización archivada por la primacía al acuerdo con los partidos del establecimiento.


Esa misma voz enfatizó: “Si tenemos un pueblo organizado y movilizado a este Gobierno no lo van a tumbar”. Para después expresar el deseo de que, al retirarse de la Casa de Nariño, que describió como fría y fea, prosiga en labores un segundo gobierno progresista.

Información adicional

Autor/a: Equipo desdeabajo
País: Colombia
Región: Suramérica
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