El líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán llama a la disolución de la organización. Ankara dice que “estudiará” la situación, que también influye sobre Siria, Irán, Iraq y la situación en los países de Oriente Próximo.
27 feb 2025
Después de cuatro décadas de guerra de guerrillas, el llamamiento de Abdullah Öcalan, líder kurdo, a la integración en la vía democrática y a dejar las armas, abre una nueva etapa en la relación de este pueblo con Turquía así como en el resto de Estados donde viven comunidades kurdas: Siria, Irán e Iraq. En un comunicado hecho público hoy, 27 de febrero, Öcalan ha pedido al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) que se desarme y se disuelva, como consecuencia de un cambio de época.
“Hago un llamamiento a dejar las armas y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento”, escribe Öcalan, nacido en 1949 en Ömerli (Turquía). El líder del PKK, que fue fundado por él en 1978, ha enviado su mensaje desde la cárcel de prisión de Imrali, situada en una isla del Mar de Marmara. “El respeto de las identidades, la libre auto-expresión, la auto-organización democrática de cada segmento de la sociedad basada en sus propias estructuras socio-económicas y políticas, sólo son posibles mediante la existencia de una sociedad y un campo político democráticos”, ha escrito en referencia al conflicto de larga data que el régimen turco, actualmente dirigido por Recep Tayip Erdogan sostiene contra el pueblo kurdo.
El mensaje ha sido transmitido y apoyado por el partido prokurdo Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM), que tiene 57 cargos electos en la Gran Asamblea de Turquía (su Parlamento). Una delegación del partido DEM visitó este jueves 27 de febrero la prisión de la isla donde el líder del PKK permanece encerrado y luego trasmitió su comunicado en Estambul. Con esta declaración de Öcalan, el DEM quiere estabilizar las relaciones con el Gobierno de Erdogan, que ha hostigado al pueblo kurdo y sus representantes en diferentes oleadas, una de ellas en curso durante esta semana.
Justicia y Desarrollo, el partido de Erdogan, ha manifestado que estudiará el desarrollo de la solicitud de Öcalan. El interés de Ankara ha sido la disolución unilateral del PKK, que está catalogado como terrorista por el gobierno turco y por otros gobiernos occidentales como el de Estados Unidos. Desde 2016, el régimen de Erdogan ha conseguido debilitar al PKK hasta expulsarlo prácticamente del territorio turco. Esa presunta debilidad es, según los analistas, uno de los motivos del manifiesto leído hoy por el DEM.
Devlet Bahceli, presidente del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), uno de los socios parlamentarios de Erdogan, ha sido el encargado, por parte de Turquía, de negociar con Öcalan el sentido de la declaración de hoy, a todas luces histórica para un movimiento político y social, el kurdo, que reclama los derechos lingüísticos, culturales y existenciales de los kurdos en un conjunto de Estados de Oriente Medio.
Pese a que DEM ha buscado esta declaración desde hace semanas, el hecho es que aun no está claro cómo se responderá desde la facción armada del PKK. Algunos de sus portavoces ya han indicado que el hecho de que Öcalan no haya dado este paso en libertad, y siga detenido, tiene un valor diferente a que si lo hubiese hecho como ciudadano libre. Ankara cuenta con la posibilidad de que algunas facciones del Partido de los Trabajadores de Kurdistán no renuncien a las armas.
A la situación se le suma la compleja situación en Siria, tras la caída del régimen de Bachar Al-Assad a finales de 2024. Las Fuerzas Democráticas Sirias —que operan en el territorio autónomo de Rojava— está en conversaciones con el nuevo gobierno islamista de Damasco para ver el encaje en el nuevo sistema. Salih Muslim, copresidente del Partido de la Unión Democrática (PYD), filial kurda siria del PKK, ha mostrado su acuerdo con la declaración de Ocalan: “Estamos esperando la decisión del Congreso de los Trabajadores del Kurdistán. No habría necesidad de armas si se nos permitiera trabajar políticamente. Si desaparecen las razones para llevar armas, las abandonaremos”.
Abdullah Öcalan, fue detenido en Kenia por parte de los servicios secretos turcos, el 15 de febrero de 1999. Desde esa fecha ha estado sometido a un régimen de aislamiento continuo.
Comunicado completo
Llamamiento por la paz y la sociedad democrática
El PKK nació en el siglo XX, en la época más violenta de la historia de la humanidad, en medio de las dos guerras mundiales, bajo la sombra de la experiencia del socialismo real y la guerra fría en todo el mundo.
La negación absoluta de la realidad kurda, las restricciones a los derechos y libertades fundamentales —especialmente la libertad de expresión— desempeñaron un papel importante en su aparición y desarrollo.
El PKK ha estado sujeto a las duras realidades del siglo y al sistema del socialismo real en cuanto a su teoría, programa, estrategia y táctica adoptadas.
En la década de 1990, con el colapso del socialismo real debido a la dinámica interna, la disolución de la negación de la identidad kurda en el país y las mejoras en la libertad de expresión, condujeron al debilitamiento del significado fundacional del PKK y dieron lugar a una repetición excesiva.
Por lo tanto, ha seguido su curso como sus homólogos y ha hecho necesaria su disolución.
A lo largo de la historia de más de 1000 años, las relaciones turcas y kurdas se definieron en términos de cooperación y alianza mutuas, y turcos y kurdos han considerado esencial permanecer en esta alianza voluntaria para mantener su existencia y sobrevivir frente a las Potencias hegemónicas.
Los últimos 200 años de modernidad capitalista han estado marcados principalmente por el objetivo de romper esta alianza. Las fuerzas implicadas, de acuerdo con sus intereses de clase, han desempeñado un papel clave en la consecución de este objetivo.
Con las interpretaciones monistas de la República, este proceso se ha acelerado. Hoy, la tarea principal es reestructurar la relación histórica, que se ha vuelto extremadamente frágil, sin excluir la consideración de las creencias con espíritu de fraternidad.
La necesidad de una sociedad democrática es inevitable. El PKK, el movimiento insurgente y armado más largo y extenso de la historia de la República, encontró base social y apoyo, y se inspiró principalmente en el hecho de que los canales de la política democrática estaban cerrados.
El resultado inevitable de las desviaciones extremas nacionalistas -como un Estado-nación separado, la federación, la autonomía administrativa o las soluciones culturalistas- no responde a la sociología histórica de la sociedad.
El respeto de las identidades, la libre auto-expresión, la auto-organización democrática de cada segmento de la sociedad basada en sus propias estructuras socio-económicas y políticas, sólo son posibles mediante la existencia de una sociedad y un campo político democráticos.
El segundo siglo de la República sólo puede alcanzar y asegurar una continuidad permanente y fraternal si está coronado por la democracia. No hay alternativa a la democracia en la búsqueda y realización de un sistema político.
El consenso democrático es la vía fundamental.
El lenguaje de la época de la paz y de la sociedad democrática debe desarrollarse de acuerdo con esta realidad.
El llamamiento hecho por el Sr. Devlet Bahceli, junto con la voluntad expresada por el Sr. Presidente, y las respuestas positivas de los demás partidos políticos hacia el llamamiento ya conocido, han creado un ambiente en el que hago un llamamiento a deponer las armas, y asumo la responsabilidad histórica de este llamamiento.
Como en el caso de cualquier comunidad y partido moderno cuya existencia no ha sido abolida por la fuerza, convoquen su congreso para integrarse con el Estado y la sociedad voluntariamente y tomen una decisión; todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse.
Transmito mis saludos a todos aquellos que creen en la coexistencia y que esperan con impaciencia mi llamada.
25 de febrero de 2025. Abdullah Öcalan
Nota adicional del Sr. Öcalan transmitida a través de la Delegación de Imralı: «Sin duda, la deposición de las armas y la disolución del PKK requieren en la práctica el reconocimiento de una política democrática y un marco legal.»
27 de febrero de 2025.
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