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“La suerte de nuestro Continente esta hoy en vuestras manos”

“La suerte de nuestro Continente esta hoy en vuestras manos”

La Instalación del Supremo Colegio Electoral de Cundinamarca, el 13 de junio de 1813, fue la culminación aparente del enfrentamiento que dividió a las dos corrientes surgidas inmediatamente después de la caída del régimen colonial el 20 de julio de 1810. Una de ellas, la federalista, proponía una constitución semejante a la que entonces era la República Modelo, los Estados Unidos de Norteamérica. Y otra, la centralista, partidaria de un Estado fuerte y unitario, basado en la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano expedida por la Asamblea Nacional de Francia el 4 de agosto de 1789, y cuya primera traducción al español había sido hecha por Antonio Nariño en 1793.

La corriente federalista, liderada por el doctor Camilo Torres, tomó la iniciativa y formó gobierno el 25 de julio, presidido por don José Miguel Pey; el 29 de julio se convocó a las diversas provincias del Reino para enviar diputados a Santafé, con el fin de formar un congreso constituyente de las Provincias Unidas y crear el nuevo Estado, sin que todavía se hablara de Independencia absoluta, ni de separación de España, acciones ya configuradas de hecho. La Junta Suprema de Santafé, por presión popular irresistible y constante, suprimió las instituciones pilares del régimen antiguo (el Virreinato y la Real Audiencia), y encargó la elaboración de un proyecto de Constitución a una comisión presidida por don Jorge Tadeo Lozano, que lo redactó en su mayor parte. El 22 de diciembre de 1810 se instaló en Santafé el Congreso, con asistencia de diputados de siete de las doce provincias que conformaban el extinguido Virreinato de la Nueva Granada. El Congreso eligió presidente a don Manuel de Bernardo Álvarez, y secretarios al doctor Crisanto Valenzuela y a Antonio Nariño, y aprobó tentativamente el proyecto de Constitución de Jorge Tadeo Lozano, sin mayor discusión, condicionando la aprobación definitiva de la Carta a la discusión previa por parte de los Colegios Electorales, que eran el cuerpo legislativo de cada Provincia, como lo disponía la Constitución aceptada en principio por el Congreso. El Colegio Electoral de Cundinamarca se instaló en febrero de 1811 e inició de inmediato el análisis de la Constitución, el que se prolongó los meses de febrero y marzo, con objeciones que se plantearon al redactor del proyecto y que Jorge Tadeo Lozano explicó satisfactoriamente. En los últimos días de marzo las provincias deliberantes dieron su beneplácito al texto constitucional y procedieron a la elección de sus presidentes respectivos. En Cundinamarca, el Colegio Electoral nombró por unanimidad presidente del Estado a don Jorge Tadeo Lozano, quien, pretextando que padecía enfermedades crónicas, rehusó por tres veces aceptar la presidencia. El Colegio Electoral de Cundinamarca trasladó el asunto al Congreso, que reiteró el nombramiento de Lozano. Al fin el renuente candidato aceptó y tomó posesión del Poder Ejecutivo de Cundinamarca el 1 de abril de 1811, fecha que se conservaría para las asunciones presidenciales hasta 1886, en que la Constitución de ese año estableció la del 7 de agosto, en homenaje a la Batalla de Boyacá de 1819.

Las objeciones más serias a la Constitución de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, habían sido planteadas por el segundo secretario del Congreso, Antonio Nariño, y a ellas no dio Jorge Tadeo Lozano una explicación que convenciera a la minoría centralista de que esa Constitución se adaptaba a las necesidades del nuevo Estado, pues estaba calcada de una Carta hecha para una nación de características e idiosincrasia diferentes por completo a las condiciones geológicas y humanas de la Nueva Granada. Además, se establecía el absurdo de que la soberanía nacional no existía, porque la Constitución de 1811 tampoco declara la independencia absoluta, ni la separación de España, mientras que las Provincias sí eran soberanas, lo que inevitablemente conduciría al caos y a la disolución. Nariño publicó en julio siguiente La Bagatela, primer periódico político en Colombia, y en dos meses creó un movimiento popular de oposición a don Jorge Tadeo Lozano, que lo obligó a su renuncia el 19 de septiembre. Ese mismo día, Nariño fue elegido presidente de Cundinamarca por el Colegio Electoral. Las diferencias inconciliables entre federalistas y centralistas condujeron a un conflicto armado entre el Congreso (que se trasladó a Tunja) y el Gobierno de Cundinamarca. La guerra civil estalló en 1812, el Congreso apoyado por las provincias de Antioquia, Cartagena, El Socorro y Cauca, y el gobierno de Cundinamarca, por las provincias de Neiva, San Gil, Casanare y Mariquita. Sitiada Santafé por las tropas del Congreso, éstas atacaron la capital el 9 de enero de 1813, pero la derrota aparatosa y apabullante que sufrieron a manos del ejército disminuido de Nariño, y de los ciudadanos de Santafé, liquidó a las fuerzas federalistas y causó la rendición del Congreso. A partir de ese momento Nariño se dedicó a la organización administrativa del Estado, la convocatoria del Colegio Electoral para reformar la “Constitución defectuosa” de 1811, declarar la Independencia absoluta de Cundinamarca y dar cuerpo al Ejército Expedicionario que haría la Campaña Libertadora del Sur.

El discurso pronunciado por el presidente de Cundinamarca, Antonio Nariño, para la instalación del Colegio Electoral de 1813, del cual reproducimos los apartes más significativos, es sin duda, como podrá comprobarlo quien haga un estudio comparativo de ambas piezas, uno de los documentos que más influyó en las ideas expresadas por el Presidente Libertador Simón Bolívar al instalar el Congreso de Angostura de 1819, como paso previo a la iniciación de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada.

 

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Información adicional

Autor/a: Enrique Santos Molano
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